Uno. Se acabó lo que se daba y una
ocasión perdida a sumar a todas o casi todas las anteriores: El postureo
climático roza máximos históricos. El mercadeo de los denominados derechos de
emisión, particularmente, me parece de lo más vergonzoso: Tú estás tan atrasado
que ni quemas lo que te toca, ya quemo yo lo tuyo y lo mío… Seguimos sentados
en los consejos de administración de las empresas de la energía vieja, lo que
ya está llevando al límite a muchas empresas que a su vez cierran o despiden al
personal por no poder afrontar el coste de la energía vieja… De los hogares que
no llegan a fin de mes no se ocupan los EREs ni los ERTEs.
Dos. Postureo local de clima y más:
Amado presidente Revilla y el puerto
de Santander. La Universidad de Cantabria recibe premios y felicitaciones por investigaciones
sobre el papel de las marismas, su
efecto tampón, en relación con la subida del nivel del mar. Aplausos. Mientras,
la Autoridad Portuaria de Santander decide rellenar algunas hectáreas de marisma en la bahía
para aparcamiento… Las críticas al asunto se intentan tapar mezclando nuestro
AVE-gorrión con la unidad de España… Revilla está más desnudo que el rey de la
fábula pero alguien, entre sus socios de gobierno, alguien que sabe de medio
ambiente como el diputado García Oliva,
reconoce que lo del puerto no camina en el buen sentido ¿Y? ¿Pasa algo? ¿Están
volviendo los socialistas cántabros a andadas previas? Ya se vuelve a discrepar
abiertamente en público. Se terminó la pax Zuloaga.
Tres. Los conservadores británicos son
felicitados por Le Pen, Salvini y Trump, por su barrida electoral del pasado jueves. Se sentaría
ahora un Churchill con un Stalin? Me ocurren estas cosas. Algo no
me encaja y se me aparece una imagen histórica. La de Teherán o la de Yalta en
este caso. Aquí no tenemos ese problema. Hace al menos un siglo que esa derecha
demócrata sin reparos nos abandonó pero en Estados Unidos, en Gran Bretaña, en
Francia y en Italia había aguantado hasta hace poco ¿Se acabó?
Cuatro. Otro enlace. Escuché hace
unos meses el Bella Ciao en Estambul,
en un barco, en una calle peatonal…No me hice muchas ilusiones. Tiene que ver
con una serie televisiva española de éxito. Este fin de semana lo he escuchado
desde casa. Los jóvenes que hacen botellón aquí abajo, la única que no lo sabe
es la alcaldesa, entonaban bastante bien. Sigo sin hacerme ilusiones, pero mi
reconocimiento para los guionistas de la serie. También podían haber metido,
por el mismo precio, en la banda sonora, el Ich
hatt einen Kameraden, el Giovinezza
o el caralsol.
Y cinco. Vallecas. Se suspende un
partido porque el equipo visitante no quiere que a un jugador nazi el público
le recuerde su afinidad política…La piel es muy fina a veces y la pena máxima,
penalty, es que no haya ocurrido antes y por motivos más fundados, como llamar
negro a un negro o hacerle gestos de burla relacionados con animales nada más
que por tener la piel más oscura. El fútbol español nos va a seguir dando que
hablar incluso a quienes hemos apostatado de esa afición. Por ejemplo, Liga y
Federación o el Consejo Superior de Deportes, o la Casa Real o el mismo Sursum
Corda, ¿No podrían haber enviado a jugar a Arabia Saudí el Barça-Madrid de
pasado mañana y dejar por aquí, más cerca, la Supercopa de España?
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