martes, 19 de abril de 2016

De Watergate a Río



O a Granada. O aquí mismo. Desde la renuncia de Nixon hasta que visité Washington pasaron 14 años. Watergate me pareció un edificio feo, de los más feos que vi en la capital federal. En 1988 la mayoría absoluta de Felipe González era todavía muy sólida y podía haberse aprovechado para… el resultado final es cada vez más discutible. Está mucho más claro el sistema que teníamos cuando aquel presidente americano tuvo que hacer las maletas anticipadamente. No soy de los que tienen dudas al respecto. No es lo mismo, ni me gustaba lo de 1974, pero tampoco acaba de gustarme lo que tenemos.

Aquí no utilizamos mucho el término mafia. Nos suena más a cosas que suceden en Italia. Pero hay semanas en que las conexiones empresariales de políticos en activo con prácticas que ellos denominan de ingeniería financiera y que por alguna razón casi siempre pasan por lugares de clima envidiable, se convierten en sucesos que entran por la puerta del delito penal, mercantil, civil, internacional y seguramente canónico y desbordan las primeras planas del papel, de las ondas y de los medios virtuales. Además tenemos casos como el de las supuestas manos limpias… y adjudicaciones de obra pública con baja temeraria y suplementos posteriores ya no le llaman la atención a nadie…contrataciones en empresas públicas que no pasarían ninguna prueba de algodón…

En una misma semana puede dimitir el alcalde de Granada y el ministro Soria sin que el presidente del gobierno, o la vicepresidenta, pestañeen y sigan insistiendo en que han ganado las elecciones y pese a que no tienen mayoría parlamentaria ni la han buscado, machaquen con la idea de que tienen la única legitimidad para gobernar. Por otra parte, la acción  del parlamento brasileño en un nuevo proceso de impeachment que empezará a terminar con el hedor que desprende el gobierno de aquel enorme país, no es ejemplo suficiente para que aquí, esa mayoría parlamentaria, que existe, dé el paso adelante que aparte del gobierno a quienes utilizan con tanta maña esas prácticas, digamos, italianas.

No hace tanto tiempo, 2003-2010, pareció una radicalidad extrema  manifestar alegría cuando Lula da Silva formuló su primera promesa tras ser elegido presidente. Quería que todos los brasileños comieran todos los días, algo que sigue siendo revolucionario en muchos lugares del mundo. Lula y su sucesora están ahora en la piscina de los contaminados por la corrupción. Los brasileños, no se si todos, comen todos los días pero unos han engordado más que otros. ¿Quienes les sucedan  vendrán a lo mismo? ¿A llevarse lo que no es suyo?

En Ecuador se enfrentan a una catástrofe natural  como hacía decenios que no padecían y van a necesitar mucho tiempo para restaurar los daños materiales. Los otros daños también necesitarán tiempo-bálsamo…De momento parece que es uno de los pocos países latinoamericanos donde resisten las fórmulas que tanto se han denostado por aquí. Si finalmente aquellos gobiernos que ilusionaron tanto acaban en la misma fosa corrupta, la esperanza de un cambio real volverá a archivarse durante lustros.

Si cambiamos nt por l, Cantabria se iguala a Calabria. Facebook me recuerda que hace ya tres años que un amigo me animó a pedir derechos de autor a un político que denunciaba el parecido. Ese amigo sabía que la propuesta original sobre ese posible parecido era mía. Siguen pasando cosas a diario. De lejos parecen irregulares. Sin embargo no se conocen actuaciones aquí de jueces o fiscales que nos pongan en el paralelo de Mallorca, Granada, Valencia o Madrid. Aquí todo es regular. No el intermedio entre bueno y malo. Regular en el sentido de ajustar el funcionamiento del sistema a determinados fines ¿Qué fines?

Se va a cumplir el tercer aniversario de un cerrojazo que trató de callar a dos periodistas que se habían atrevido a hablar más claro de lo que aquí es costumbre.


Ellos siguen en la brecha. Conozco de cerca lo peligroso que sigue siendo hacer información local y regional con presupuestos independientes. Las prácticas mafiosas persisten. El cerrajero ha tenido recompensas. Roma no pagaba a traidores… la APC sigue empeñada en ser la Asociación de la Prensa de Calabria. Sin prensa libre la democracia es, necesariamente, tullida. Ejemplos a diario.

2 comentarios:

  1. Me alegro mucho de tu vuelta (quizá no, si está motivada por algún tipo de desencanto) al ruedo de la actualidad. Echábamos de menos tus sesudas, pero divertidas, reflexiones. Sólo tendrás la peligrosa tentación de desdecirte. Un abrazo

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  2. Chorizos, victimarios, aprovechateguis y abusones; mafiosos, canallas con carnet, funcionarios ful y políticos deplorables... Los ha habido siempre y temo que los habrá. No creo que el signo específico de ESTE tiempo sea su frecuencia ni su estomagante proliferación, ni siquiera el descaro grotesco con el que se conducen.

    Lo que tengo por nuevo es la falta de reproche. Antaño, creo, si te pillaba el toro, ¡te jodías! Más aún en la boñiga del trinconeo, pues sabido es que el corrupto no puede convivir con los incorruptibles, de modo que se las tiene tiesas con sujetos tan ávidos y sinvergüenzas como él; sujetos cuyo lema es: "Maricón, el último".

    El mangoneo existía, pero al desvelarse te granjeaba reproche. El ladrón existía, pero al saberse quedaba encuadrado como delincuente. ¿Y ahora? ¡Ahora son héroes populares! El inefable Mario Conde, modelo social, en saliendo de la cárcel ya estaba dando lecciones de ética, y el personal le compraba libros y le oía por TV y le reía las gracias. Alguno, incluso, votó a su grupúsculo político.

    Se han roto todos los clichés, al menos en cuanto tenían de traje moral. El periodista era quizás un bohemio borrachuzo, incontrolable y arbitrario, pero no se lo tragaba todo y de vez en cuando la liaba parda. La liaba porque en el fondo era un resentido y le importaba un carajo la estabilidad del "sistema", y además quienes le pagaban no lo veían como un peligro directo, pues a fin de cuentas ¿quién leía prensa?

    Hoy el gentío se guía por la TV. Vivimos una perfecta dictadura de la imagen, en la peor acepción del término. El personal se traga lo que le echen, incluso participa grotescamente de lo que le echan. (Ayer vi el primer episodio de un programa abyecto en el que parejas de desconocidos graban su primera cit, a ver si se cuelan el uno al otro. Yo pensaba que "El show de Truman" es una película demasiado metafórica, pero no, esto es peor; es el bobo cotidiano elevado a la categoría de estrella, pero no a sus espaldas, sino a la puta jeta, voluntariamente y con delectación.) En consecuencia, el control obsesivo de los medios de comunicación ha dado lugar a un nuevo personaje: el no-periodista. El tragasables y tragabolas y tragacuentos y tragatrinques. El puto cherif.

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