lunes, 21 de marzo de 2016

Democracia funcional



El último sistema totalitario padecido en España  se autodenominó democracia orgánica. ¿? La mejor definición: una democracia de ese tipo se relaciona con los órganos del jefe. Ahora hemos entrado en la democracia funcional. ¿Diferencia? Casi ninguna. Creo que la semana pasada me escandalizaba la posibilidad de que fuera por ahí el tema… las dosis de vaselina aplicadas han sido aparentemente satisfactorias. No va el jefe de gobierno, no va el ministro, se manda a un secretario de Estado al Congreso, parece que hay un consenso sobre el preacuerdo de la UE con Turquía y después, ya si tal, Mariano lo arregla en Bruselas. Pero a los refugiados sirios no les van a solucionar nada. Al contrario.

Podía haber titulado cerrado, pero no quiero. Hay millones de ciudadanos en Europa que no quieren, que no queremos que esa sea la visión que ofrece nuestro viejo continente. Y en esos casos es legítima la rebelión. El gobierno valenciano primero, más tarde el catalán, los de siete comunidades en las que no gobierna el PP: Andalucía, Extremadura,  Castilla-La Mancha, Baleares, Asturias y de nuevo Valencia, junto al nuestro, el de Cantabria, han firmado una declaración conjunta, un pacto humanitario de cooperación autonómica para asentar los refugiados que admitimos acoger hace meses y que siguen tirados por los Balcanes.

No pido que esos ocho gobiernos, -no creo que el vasco y el navarro tuvieran muchas dificultades para sumarse-, se rebelen en abstracto, pero si que procedan. La Europa de las regiones tiene su peso institucional y mucha capacidad de maniobra y buen margen de negociación con sus gobiernos centrales… claro que el nuestro está en funciones. En una vida anterior, es posible que anterior a la anterior, trabajé como analista-programador de aplicaciones. Eran años notables entre otras cosas porque han pasado muchos lustros desde entonces y todavía teníamos democracia orgánica. Pero en el análisis previo a la automatización de procesos, el funcional precedía al orgánico. Creo que todavía es así. Aquí no. Nuestra democracia funcional es heredera de la orgánica de Franco. Ya está dicho. Por otro lado, solo así se entiende lo ocurrido en el Congreso las últimas semanas.

Dejé mis análisis y empezó mi vida de profesor poco después de aprobar la Constitución todavía en vigor. Ese mismo año se rodó una película impactante: El expreso de medianoche ¿la recordamos? Una de las más brutales que he visto nunca. Seguro que es injusto pensar que la Turquía actual y la retratada en esa película, basada en hechos reales ocurridos unos pocos años antes, son exactamente lo mismo. Como España no es la misma, ni Japón, ni… la Unión Europea tampoco. En ese momento para nosotros, españoles, Europa, entonces las Comunidades, era un sueño, una utopía.

Los 30 años de permanencia española en esas instituciones se dividen en dos mitades aproximadas. Una primera de expansión de la idea comunitaria y la segunda de contracción, hasta llegar al punto actual. Con la única autoridad que me da haber sido europeísta convencido, creo que es momento de una enorme reformulación. No se si el europeismo admite la apostasía pero estoy a un paso. Hay que decirlo cada vez más alto y más claro: La división de poderes falla en la Unión y sin división de poderes no hay democracia. El Consejo y la Comisión se abrazan, se retuercen, se lían y el resultado es que nos dan gato por liebre cada vez que algún poderoso dice necesitarlo. Así no es posible continuar. El prototipo del estado de derecho habla del equilibrio entre los tres poderes. En la Unión hay cuatro…

La llegada de Obama  a la Habana ya tiene otras crónicas. Solo quiero recordar que Dios, Juan Pablo II, en el famoso titular de Manolo Vázquez Montalbán, entró en la Habana en el centenario de la guerra hispano-norteamericana. Desde aquella famosa misa ya han pasado 18 años. Una bonita cifra.

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