Hubo una época, entre el final del franquismo y el inicio de
la Transición, en que pudo parecer que el centralismo había perdido
definitivamente la partida en España. Las autopistas de peaje dibujaban un
mapa nuevo, alejado del concepto radial con centro en Madrid propio de la red ferroviaria del XIX. El cine, el diseño, la moda, la literatura y el arte,
casi todos los rasgos que iban configurando la modernidad en los países
occidentales, estaban mejor asentados en zonas periféricas, destacando
particularmente Barcelona, frente al gris madrileño atado a/por la
dictadura.
Ha costado un tiempo pero hoy aquel mapa ya no se reconoce.
La red ferroviaria de alta velocidad ha vuelto a rescatar el esquema radial.
Además, el empeño del soberanismo catalán por santificar este día, olvidando
que ya es festivo en Madrid, es un escaparate, incluso en tono de broma, de
cómo la periferia ha ido perdiendo a favor del centro y todo ello a pesar de
que la estructura del estado autonómico podría negar la foto.
El 9 de noviembre está lleno de acontecimientos históricos relacionados
con Alemania. Si alguien aspiró en Cataluña a hacer un hueco para lo suyo en
esta fecha, no se puede decir que haya acertado. Lo comenté de pasada hace un
año. El aniversario del final del muro era redondo. Sumamos un año más y serán
26. Pero en el final de la I Guerra Mundial, 1918, ya empezó esta fecha a
figurar en la historia alemana con la proclamación de la República. Y el primer
intento golpista de Hitler, 1923, y el primer ataque abierto a los judíos en
1938… Me cuesta creer que en el futuro esta fecha pueda figurar relacionada con
lo nuestro.
Y vamos a seguir en la confusión, semanas, meses o años.
Frente a una irracionalidad, otra igual y de sentido contrario. La tentación de
pescar votos en las zonas rurales, principalmente, del resto de España, las
zonas más favorecidas por la ley electoral, ha tenido hoy mismo una foto en mi
opinión muy desalentadora en la provincia de Salamanca. Enfrente una huida
hacia adelante que no parece que pueda tener salida racional y lógica. En
términos jurídicos las decisiones de la actual mayoría parlamentaria de
Catalunya pueden ser un disparate monumental. No soy experto. Pero en política
todo, absolutamente todo, es negociable. Llevamos años de retraso.
En algún momento de estos últimos años el razonable lamento
de sectores de la sociedad catalana se relacionó con el poco aprecio que el gobierno central tenía
por el aeropuerto de Barcelona. La necesidad casi absoluta de tener que hacer
escala en Madrid para viajes transoceánicos. Espero no vivir para ver la
llegada al Prat teniendo que mostrar un pasaporte distinto al de los locales.
Y que el 9 de noviembre siga siendo solo la Almudena y la
fecha en que aquella pobre a la que Cecilia dedicó su mejor canción, la que
tenía un marido con mal genio, recibía su ramito de violetas.
1793. Dales a los que dominan una fecha, una señal, un año, un mártir.....y a partir de eso construirán una idea, un sentimiento, una nación. Cualquier cosa es buena para matar la revolución de 1789
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