El borrador de esta semana tiene solo tres indicaciones:
Crimea, Revilla/Marcano y zurebila. Se supone que es lo que me
toca desarrollar en la entrada que acostumbro a publicar los lunes con una
formalidad que puede parecer profesional, la puntualidad. Todo lo demás es
amateur y a mucha honra.
Lo de Crimea me lo han pisado muchos medios convencionales a
estas horas. Casi todos los que pueden alcanzar a leer esto saben que viví
mucho tiempo en Catalunya, por lo cual, pese a que mi corrector se pone
nervioso, lo escribo así, con ny, lo que le sigue dando razones
para el nerviosismo. Y que los puntos de comparación entre el referéndum
celebrado ayer en Crimea y el anunciado para noviembre en el Principat seguramente ya están
exprimidos.
El orden territorial europeo nacido en Crimea, en Yalta, con
la firma de Stalin, Churchill y Roosevelt, hace tiempo que saltó por los aires. Reclamar algún
rasgo de coherencia ahora me parece un tanto hipócrita… Demolida la URSS,
fraccionada Checoslovaquia, pulverizada Yugoslavia quién puede enhebrar algún
recorrido verosímil para Ucrania con Crimea o sin Crimea, con buenas relaciones
con Rusia después de lo de ayer o con la Unión Europea después de lo de las
últimas semanas. El nivel de la discusión que escuché ayer en un bar de la
calle Santa Lucía, con el patrón y unos clientes como protagonistas, me
sorprendió. Conocimientos históricos y geográficos que si no están muy por
encima de la media es que nuestra ciudad se ha convertido en Oxford o Yale. Y no
es eso. Basta ver las discusiones del Parlamento regional…
Lo que no consiguió completamente Stalin, ni Kruschev ni sus herederos, lo va a
conseguir un individuo con un perfil fundamentalmente macarra como Putin. Una
ventaja objetiva catalana, estar lejos de la frontera rusa –recuerden lo de los
mejicanos, tan lejos de Dios y tan cerca de los gringos- opera en sentido
contrario a los supuestos intereses de quienes defienden con vehemencia, ahora,
en términos históricos desde hace un ratito, la necesaria creación de un estado
catalán independiente. Es un asunto sobre el que ya he escrito en este blog.
Que no me gusta especialmente y que requerirá nuevas citas de aquí a noviembre.
Seguro.
La pregunta que no quiero que quede hoy sin formular es: si
el orden territorial es algo que flexibilizamos sin límite, podría el Baix
Llobregat, el Bajo a secas,
en el lenguaje de la resistencia de los primeros años 70, hacer una operación
similar a la de ayer de Crimea? Separarse de Catalunya e integrarse, o no, en
el resto de España. Mucho lío, sin duda. A mi edad lo único que quiero es que
el resultado final, sea el que sea, se alcance por la vía de la negociación. La
que todavía no se ha ensayado. Y que Mr Witt en el cantón, de Sender, se convierta en bestseller.
Si el anterior presidente de Cantabria ha condenado a quien
durante tiempo se supuso su delfín
mejor colocado antes de que se dicte sentencia en el Tribunal Superior, juicio
que acaba de empezar hace un par de horas, en este momento no me importa mucho.
El PRC necesita una muda de dirigentes como los otros dos partidos que
administran o han administrado el poder. Como uno más con serias opciones a
volver a administrarlo. Y tiene la materia prima. Alcaldes, concejales y
diputados regionales preparados y muchos otros que no tienen cargo público. Y
un mensaje que se vende bien frente a los partidos sucursalistas.
Zure bila. Te buscamos o en tu busca. Conozco
de cerca un caso escalofriante. Un joven vasco desaparecido hace más de cinco
meses en Amberes. La incertidumbre peor que las certezas. Cuando el extranjero
oficialmente no lo es tanto. Una ciudad parecida a la de origen, industrial,
con conflicto lingüístico y político, europea, cuna de un personaje histórico
de relieve en el marco continental… No es uno de esos territorios africanos,
asiáticos, incluso americanos, donde los europeos siempre pensamos que estamos
en un determinado nivel de peligro. Al lado de casa. A un par de horas escasas
de vuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario