En este año recién comenzado se cumplen 400 años de la
muerte de El Greco. No estamos para fastos pero en Toledo, al menos en Toledo,
el acontecimiento se va a notar. Los actos ya han comenzado. En la presentación
del programa las imágenes del desencuentro entre la presidenta de La Mancha y
el ministro de Educación no sé si han traspasado las fronteras nacionales.
Muchas otras nos van poniendo de actualidad en todo el mundo y no en sentido
que favorezca lo que ellos llaman #marcaEspaña
No me quedo con la imagen. Cospedal en ese acto, y una vez que consiguió que el ministro le
dejara, habló del contexto en el que pintaba El Greco e hizo un énfasis
especial, el que hacen normalmente los que no saben de que hablan, en la España
de la Contrarreforma. No pude evitar acordarme de algunos que pintan ahora.
Amigos y desconocidos. Famosos y menos. Y los que se dedican y nos dedicamos a
cualquier otra cosa que no es la pintura. Todos, pintores y demás, estamos de
nuevo, cuatrocientos años después, en una España de Contrarreforma.
El último lustro de la vida de Domenico coincidió con la expulsión de los moriscos. Eso quiere
decir que ya hacía casi medio siglo de las revueltas que se habían iniciado en
la Alpujarra. No faltaba mucho para la guerra de 1640 en la que Catalunya intentó salir de la monarquía hispánica. Los motines campesinos eran frecuentes en toda Europa. Lo de Gamonal
no es nuevo y lo de Catalunya tampoco. Lo que puede ser más nuevo es que la vicepresidenta Soraya Saenz de Santamaría se lamente de
las protestas precisamente ahora que todo empieza a ir bien.
No consta, creo,
que el duque de Lerma hiciera algo parecido. En el siglo XVII las cosas no iban
bien en las Españas. En plural. Todavía faltaba al menos un siglo para que se
escribiera en singular. También es cierto que ni el Duque de Lerma ni el Conde
Duque de Olivares viajaron a la Casa Blanca para hacerse una foto. Quizá por
que todavía no se había construido dicha casa.
También ha saltado a la actualidad nacional, aunque por
otras razones, Torrelavega. Con un
retraso de entre tres meses y casi tres años, se ha presentado una moción de
censura contra un alcalde tan despistado que gobernaba la segunda ciudad de la
región como si tuviera mayoría absoluta. Y no la tenía. Ya no es alcalde. Otra
cuestión es si queda tiempo y posibilidades para que los ciudadanos más
castigados de Cantabria noten el cambio.
Los compañeros de la nueva alcaldesa de Torrelavega dan un
nuevo cambio organizativo en Santander. Los socialistas locales pueden empezar
a parecerse a la Penélope clásica.
Ahora reparto la agrupación en cuatro, más tarde las vuelvo a reunir. Supongo
que los afiliados conocen las razones. El resto de ciudadanos, incluyendo
votantes y simpatizantes, no se enteran. Paso con frecuencia por la puerta de
la sede de la hasta ahora agrupación
sudeste, en la plaza de Numancia. De geografía urbana es de una de las
pocas cosas que he sabido algo en mi vida.
Por otras razones que no vienen al caso, conozco lo poco que el PSOE se
gasta en mapas. Cualquier santanderino situaría la plaza de Numancia mas bien al oeste de la ciudad. Un despiste que puede ser el origen de otros más graves…
Formamos parte de una sociedad que espera el fallecimiento
de una persona para volcar elogios sobre la misma. No creo que tenga solución
ni a corto ni a medio plazo. La gripe ya se ha llevado por delante a más de una
persona esta temporada. El pasado sábado se marchó por su causa una
personalidad. Recuerdo una larga conversación con Martín Berriolope. Una entrevista hace más de veinte años sobre el
Tratado de Maastricht para una serie que se publicó en El Norte. En aquel momento, Martín era reticente a que en aquel
medio se trataran bien sus opiniones...
Yo se lo garanticé. Me consta que quedó satisfecho. Más
tarde, en el marco de una grave crisis en IU, él y algunos de sus compañeros
crearon un partido, IDCAN, que fue rápidamente incorporado al PSC… Eso ya es
historia. Descanse en paz Martín Berriolope y mis condolencias para su familia
y amigos.
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