¡Andoni! ¿Quieres
una? ¡Que te pongan tres! En mi pelea con el candado de la bici, a la salida de
la compra de una bombilla, oigo una voz ligeramente bronca, que con una cierta
sonrisa se dirige al tal Andoni, con d, a quien no veo entre la marea humana
que inunda el Corro de Campios a las ocho de la tarde. El verano parece que está
siendo muy generoso en cuanto a visitas y consumo en Comillas.
Parece que
en la tienda en la que he comprado la bombilla, en la que me conocen, en la que
ya conocían a mis padres y abuelos, y a mis hermanos y a mis tíos y primos,
parece que además de bombillas y muebles
y electrodomésticos y cualquier cosa que se necesite en casa o en la playa,
parece que también venden banderas, con riguroso escudo constitucional. No sé
si voy a cambiar en el tiempo que me quede de vida pero a mi me parece, hoy por
hoy, más necesaria una bombilla que una bandera.
A la compañera
de Andoni, una mujer que en su lugar de origen tipifican como morroska/jatorra,
el encuentro de la bandera le ha producido, al parecer, cierta alegría o
sorpresa o las dos cosas a la vez o vaya usted a saber. El caso es que ha
gritado el nombre de Andoni, con d, mientras agitaba la bandera y le hacía la
pregunta del inicio.
A mi me
cuesta poco confesar que tengo un lío con las banderas. De pequeño, cuando en
la ONU había 60 o 70 estados independientes creo que las conocía todas, a través
de mis colecciones de cromos y del libro de geografía. Después llegó la
revolución del África subsahariana y más tarde la caída de la URSS y ahora ya
no debe haber casi nadie que se sepa todas las banderas estatales, más de 200.
Cuando ya
había crecido un poco más aprendí que entre las singularidades de nuestra España,
y producto de nuestra Historia, teníamos más de una bandera. Como los grandes.
Quién no ha visto la bandera confederada en muchos jardines del sur de Estados
Unidos, y en pubs y camiones ….Aquí durante la dictadura franquista las banderas
partidistas de Falange y Requeté acompañaban a la nacional en todos los actos públicos.
En justo equilibrio los derrotados en la guerra mantenían la tricolor en el
fondo de sus desvanes. Esa bandera republicana que ha ido ganando espacio en la
calle en los últimos años.
Estoy
bastante convencido que Andoni y su morroska le tienen más cariño a una bandera
con los colores de la italiana y el dibujo de la británica, pero yo a esa le
tengo el respeto suficiente para no hacer la mínima ironía sobre ella.
Ciertamente la morroska de Andoni no dijo nada ofensivo. Probablemente ni los
miembros de la Brunete mediática que veranean en la villa se hubieran sentido
citados de lejos. No estoy nada seguro que por lo mismo, en el partido de
vuelta, pongamos con la ikurriña en Elorrio o Arrasate, no se hubiera montado
un pequeño lío. Pelillos a la mar.
Creo que las
banderas, como los nombres de los dioses, no deben tomarse en vano. No me gustó
lo de la morroska/jatorra pero últimamente he visto la bandera oficial de España
a la altura del betún, en alpargatas, y lo que me parece más ofensivo, en collares
de perros. Y a poca distancia de la actuación de la morroska de Andoni, tres días
más tarde, he visto a un adolescente con la bandera española en forma de
escarapela gigante en su camiseta y la leyenda “los españoles primero” Que supongo
que será bueno ir traduciendo a las lenguas de los países donde se van
instalando los españoles ahora que en nuestro país se han puesto las cosas tan
mal gracias, entre otras cosas, a los sobre-cogedores sobre-sueldos que han
tenido algunos que seguramente tendrán la bandera en las bragas y los
calzoncillos. Porque la variedad de chorizo patriota está de moda esta
temporada.
Y no quiero mencionar a un
ministro que parece que hace negocio con el asunto de las gasolineras flotantes
en el último escaparate de banderas: La bahía de Algeciras
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