lunes, 4 de febrero de 2013

Niño contrabandista




Quiero declararlo de entrada. Que nadie se equivoque conmigo. Yo también he estado fuera de la ley. Como todos los demás. Voy a decir algo en mi defensa, señoría/s: De eso hace mucho tiempo, de hecho fue entre mi primera comunión y una de las últimas. En mi familia y alrededores había muchos marinos, de carrera y de los otros, tripulantes de menos categoría. Eran los tiempos en que la Compañía (Trasatlántica) era la Compañía y no hacía ninguna falta añadir más. 

Y un niño, con una gabardina con capucha, era un mirlo blanco. En esa capucha han salido de los barcos de la Compañía, o de alguna otra, a los  muelles de Maliaño, desde latas de piña del Monte, hasta saquitos de azúcar de Camagüey, café y cacao, y algún cartón de winston, chester o marlboro, en paquetes sueltos y lingotes de cobre de Chile, que yo recuerde. Pacotilla, se decía. La pacotilla la lleva el niño, se decía. Pero a veces, el cobre por ejemplo, o la piña, pesaba. Pesaba mucho. Y ni un esguince cervical. Eran otros tiempos. Más duros, pese a que la realidad actual quiera imitarlos.

Venga, ya lo he dicho. Espero no ser la vergüenza de mi familia. Confíteor Deo omnipotente, soy un antiguo. Y ahora los demás. Bueno si, tengo algo más actual. He pagado chapucillas sin exigir la factura y el IVA, pero muy pocas, de verdad. Es más, a algún listillo de esos chapuzas, que además de en negro me habían hecho una chapuza, lo que se dice una chapuza, les he tenido que engañar diciendo que mi hermano era inspector de Hacienda: mano de santo. Volvían a casa y reparaban la fuga o la gotera y esta vez,  a conciencia. Y mi hermano no, pero primos tengo más de uno dedicados a ese noble empleo.

Estoy con el presidente del parlamento regional, José Antonio Cagigas, por mucho que  él se pueda sorprender. Hay que dar más leña a los nuestros. Nada de es un hijo de puta pero un hijo de puta de los nuestros. Es un hijo de puta, punto. Y esa diputada popular por Madrid, recién llegada tras la dimisión de la Aguirre. Son mis favoritos. Cagigas y la diputada cuyo nombre no recuerdo. Los demás... Uf, uf, me parecen sospechosos. Incluso algunos que parece que ni tienen carnet del PP. ¿Nunca se han saltado un semáforo en ámbar?

El sábado, en el Diario Montañés, que dejó su etapa bolchevique allá por 1969, por lo que ya casi nadie se acuerda, su director adjunto ironizaba sobre Bárcenas, ex senador por esta comunidad autónoma y que parece que nadie le ha visto ni compartido mesa, mantel y foto, con él. Las ironías las carga el diablo, Chemi.  ¿No ha estado Bárcenas en ningún sarao del propio DM? Es difícil creerlo, pero la competencia, El Mundo, publicaba horas antes, y no nos habíamos enterado, una foto de Bárcenas en Baqueira, el pasado miércoles, con el partido del Madrid y el Barça en la tele como prueba, con dos acompañantes sobre cuya identidad se está especulando mucho… 

Pese a que Nacho Diego tire de argumentario, y no se me ocurre que otra cosa puede hacer, en todo lo publicado por El País, verdadero o falso, existe una conexión cántabra y no entiendo quien se puede sorprender. Yo no me enteré, pero parece que fue senador por esta circunscripción durante ocho años. Bárcenas ha mantenido despacho en Génova hasta hace un par de semanas… No tengo la más mínima duda de que en pocas horas se va a aclarar todo este maldito embrollo. Incluida la foto. 

Desde aquí quiero que Esteban González Pons, rescatado de nuevo para la comunicación popular – a mi me parece insustituible- sepa que yo soy de puerto de mar y que en los Pirineos no he hecho contrabando, ni en Baqueira ni en Carcasonne. Bueno, salvo un libro prohibido en España, que compré en Andorra en 1973 y pasé camuflado de jugador de rugby. La Historia de España de Pierre Vilar, entonces editada sólo en Francia. Es una parte de nuestra esencia. Sin Francia no somos nada. Y desde Toulouse se vuela a destinos con muchas dificultades para la extradición. En algún momento Bárcenas tendrá que seguir declarando ante la justicia, ¿o no, Mariano?

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