Un
terreno de evasión muy actual es el posible enfrentamiento de la marca España
con la heredera mayor de la medieval Marca Hispánica. Sobre la segunda, en
algún momento, alguien mucho más autorizado que un servidor, deberá pasarle
bien las cuentas a tanto prócer del catalanismo otrora moderado que una vez
pillado con las manos en la masa, han decidido acelerar aunque los neumáticos se queden sin dibujo o las bielas
revienten el bloque del motor.
Sobre
la marca España, en el momento en que los niños de Primaria están conectados a
Internet, un breve apunte. Esta semana me he reconvertido en investigador.
Utilizando el buscador más conocido, ese que tiene un nombre muy parecido al de
las gafas, de soldar, o de nadar, ese. Cuando se teclea en inglés “Spain co” la
cuarta posibilidad que da el citado buscador, inmediatamente detrás de los
colores de España, es la corrupción en España. Cincuenta y dos millones de
referencias.
Una
para cada ciudadano y nos sobran unos cinco o seis millones, que empezamos a no
saber cuántos nos hemos quedado. No quiero dejar de indicar que con una “r”
más, “Spain cor” ya no hay salvación. Córdoba, Coruña, correo, todo queda a
distancia. Spain cor, que podría ser corazón si los de la otra marca no
estuvieran de estampida, se queda en lo que se queda. Curiosamente la primera
referencia es de la corporación vasca de radio y televisión, pero la segunda,
la segunda, es nada menos que “The Economist” con un titular muy claro que no
renuncio a destacar ¿Por qué España es tan corrupta? Que parece que
un poco hay en todas partes. La
tercera es del New York Times y la cuarta es un blog, atentos en cocina, creado
en 2009, con el título corruptioninspain.blogspot,
o sea, de la misma familia cibernética que este mismo donde me están leyendo.
En
francés ese fenómeno ocurre al primer toque. Un blog del mismo año 2009, caligrafies-ibéres, titula ¿Por qué hay tanta corrupción en España?
Algo más de cuatro millones de referencias y es obligado decir que aquí si, el
amor de nuestros vecinos por el arte islámico nos salva. “Espagne cor” pone por
delante Córdoba, Cordue, que la bicha de la corrupción. Las dos siguientes
referencias son del diario Liberation,
que ya se sabe que son unos desmandados. En uno la referencia del titular es
para el yerno del rey y en otro para la dimisión de Rajoy exigida por la
oposición.
Sin
querer señalar hoy a nadie, no me resisto a terminar con un toque alemán.
Tecleamos “Korruption Spa” y ahí mismo, como si fueran chorros de balneario, el
afamado buscador ya nos ofrece en primer lugar el resto del nombre de nuestra
patria en su lengua “nien” seguido de gürtel. No sé si hace falta añadir mucho
más. Más de un millón trescientas mil referencias que se inician con una de Der
Spiegel con un titular del pasado día 4, en el que creo que destaca el apoyo de
Merkel a Rajoy.
¿Marca
España, Mariano? Queridos populares todos y algunos otros, marca España somos
todos, pero unos más que otros. En el próximo barómetro de patriotismo que
publicará el CIS, sé de buena tinta que va a estar muy mal visto tener cuentas
bancarias en paraísos fiscales. Tampoco deberían puntuar mucho quienes han
ocultado, con bastante éxito hasta ahora, a los titulares de cuentas
millonarias en Suiza que algunos, sin duda exagerando, traducen en algo menos
de 600 ciudadanos españoles con recursos en el país alpino por valor aproximado a las
tres cuartas partes del total del fraude fiscal en este querido rincón del sur
de Europa. Eso también es marca España. Si sumamos Andorra, Cayman, Gibraltar,
Liechtentstein, Luxemburgo, Man … quizá no tendríamos fraude ni necesidad de
recortar nada. Eso si sería una marca, otra marca.
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