Acaba otro año y es costumbre hacer balance. Lo más general es bien conocido, lo más personal, lo que se pueda divulgar de lo más personal, es el objeto de este balance. Finaliza un año que suma ya una cifra más que notable. No me hago viejo, solo mayor, aunque el espíritu pueda intentar que no lo parezca. El año ha tenido sus dosis de monte y playa, y algo de bici –cada vez menos; vivo en una ciudad poco favorable y no por el territorio; sus gobernantes no han creído nunca en la movilidad sostenible.- Visitas a Pirineos –algún día de esquí [¡¡todavía!!]- y la Cordillera Cantábrica. Fez y Meknés; Roma y Bérgamo y Praga; y la Alcarria y Segovia y Riaza; y el País Vasco y Barcelona y Llanes…han sido destinos del año. Casi todos repetidos excepto Fez, Meknés y Praga: estrenos. La salud aguanta con inicio de achaques: La edad perdona poco y de nada sirve ocultarlo. Y otros frentes que han podido representar preocupaciones muy hondas en algún momento del año, se han solucionado positivamente. Si hablásemos de cocina, la salsa podría ser agridulce.
Un repaso al álbum fotográfico del año lo traduce bastante
bien. Olivia y Diego. Fuen. Guillem y el resto de la familia. Amigos de
Cantabria, y de Barcelona y de Asturias y la Alcarria y amigos y familia de Cantabria y del País Vasco y Segovia, y, y…
Dos grandes acontecimientos, de los que ya se están ocupando los medios de comunicación, llegan con el año entrante: El Mundial de fútbol, junio-julio, estrena sedes, 16, en tres países: Canadá, Méjico y EE.UU.. Una novedad que se va a ir imponiendo. España, Marruecos y Portugal esperan turno. Y el 12 de agosto llegará un eclipse que también lleva ya mucho tiempo siendo noticia. Lo bueno de este es que no tendré que moverme de casa para apreciarlo. Y también, como otros años, reparo en algún aniversario relevante y redondo del año que empieza.
En 1776 los Estados Unidos se proclamaron
independientes del rey inglés. Ese cuarto de milenio nos asaltará en las
vísperas del 4 de julio, con todo lo que eso puede significar en este momento
histórico. Esa guerra de independencia también es el inicio del final de la
mayor influencia exterior de este país nuestro. El conde de Aranda, embajador en París, ya le advirtió
a Carlos III que pudo haber sido una
mala operación ayudar a los rebeldes norteamericanos, que podrían ser imitados
más al sur. Lo que ocurrió no mucho más tarde. En 1981 un comentario de un controvertido
texto sobre ese asunto me ayudó a obtener mi plaza de profesor agregado de
bachiller y me permitió abandonar la metalurgia.
Un bicentenario, el de 1826, no creo que tenga mucha celebración. Fernando VII ya había liquidado cualquier veleidad modernizadora y la futura reina Isabel II todavía no había nacido. Un momento particularmente negativo en nuestra Historia, con la fuente que pudo parecer inagotable –el imperio americano- ya extinguida casi totalmente.
1876, quizá tendrá celebraciones pero es otra fecha cenicienta. La Constitución de ese año legitimó el proceso de la Restauración y supuso un notable paso atrás respecto a la de siete años antes en términos de reconocimiento de libertades y de respeto a una verdadera soberanía nacional. Empezaba el sistema canovista. El triunfo del caciquismo y otra renuncia de nuestras clases dirigentes a sintonizar con el entorno europeo del momento.
En 1926, hace ahora un siglo, la dictadura de Primo de Rivera intentaba una segunda fase, civil. Pacificado ya el protectorado de Marruecos y con unos años no muy negros para la economía, pudo ser un pobre reflejo –espejismo- de los “felices años veinte”… Que tampoco fueron tan felices en ninguna parte y que aquí no dieron para curar los males importantes que nos aquejaban. Tampoco tuvo suerte el siguiente intento, el de 1931. De hecho, en el año que va a nacer se cumple el noventa aniversario de una enorme desgracia.
Terminados en 6, desde entonces, el voluminoso NO de la recién nacida ONU al régimen
franquista en 1946 y diez años más tarde la admisión -guerra fría mediante- de
ese mismo régimen en esa misma organización. También en 1956 se oficializa la independencia
de Marruecos y en 1966 me encuentro mi primer panfleto en la calle, pisado y
húmedo, muy cerca del cruce de las recientemente renombradas calles de José Hierro y el Paseo de Altamira, camino del Instituto. Aquel panfleto pedía la abstención en el
referéndum sobre la ley orgánica del estado, una operación de blanqueo del
franquismo…
Y 1976, Suárez y las demostraciones en las calles de las fuerzas democráticas como un nuevo inicio y 1986, miembros ya de pleno derecho de la futura Unión Europea. Y 1996, final del periodo de González, inicio del de Aznar y esa alternancia en el gobierno asentando el sistema; y 2006 y 2016, Zapatero y Rajoy, con significados tan opuestos… ¿Jugará Sánchez a la lotería del día 6 con un número acabado en 6…? Yo ya lo he hecho.
Salud y Paz/Osasuna eta Bakea/Salut i
Pau/Saude e Paz
Feliz Año Nuevo. Urte Berri On. Feliç Any Nou.
Feliz Ano Novo. Bonne Année 2026. Buon Anno 2026.
Ein glückliches
neu Jahr. Gott nytt ar.
Happy New
Year. Sana Saida
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