domingo, 5 de enero de 2025

Baltasar, Gaspar, Melchor…y Marruecos

 

Orden alfabético y no de color de piel. Por molestar a quien se moleste. La primera entrada del año, escrita cuando los tres reyes magos se disponen a alegrar la tarde a los más pequeños –yo tengo tarea diferente, preparo comida para despedir mañana las festividades con la mitad aproximada de los más cercanos- no debería tener más gotas amargas que alguno de los mejores cócteles, pero la realidad se empeña en fastidiar muchos buenos propósitos. Uno que apunté antes del cierre del año pasado es que me sigue asombrando, más de una semana más tarde, lo poco que se ha comentado, casi nada, que la última coartada del president Mazón haya sido que a la supuesta comida del martes 29 de octubre acudió no como número uno de la Institución. Fue a ofrecer un cargo de enorme importancia como número uno del PP en la Comunidad. Aunque no lo hacemos a diario, es muy recomendable ponerse en el sitio del otro/la otra. ¿Alguien es capaz de imaginar la pólvora que se hubiese disparado si eso lo hubiera hecho la presidenta de Navarra, o los presidentes de Asturias, Cataluña o la Mancha? Cada día que pasa, dudo más. Si esa factura existe, puede que no sea de un restaurante...

De un referente de la comunicación política en esta Península, Josep Ramoneda, extraigo un dato. Más del 70% de la población del planeta vive bajo regímenes no democráticos y se va perdiendo porcentaje en cada amanecer… Así, el recuerdo de la desaparición de la dictadura franquista hace medio siglo, tiene más color que calor. Estoy leyendo a Kirmen Uribe una historia del exilio vasco, “La hora de despertarnos juntos”. Por primera vez, creo, se emplea la palabra resistencia para el antifranquismo de los años cuarenta –burlado por la guerra fría- y de los cincuenta, sesenta y setenta… cuando los resistentes exponían todo lo que tenían: Vida y trabajo. Y hubo muchas pérdidas. Decenas de miles. De vidas y de puestos de trabajo. Nada fue gratis aunque a Núñez Fe le dé pereza recordarlo. Ayer mismo, un exponente relevante de aquella resistencia, Isidor Boix, llamaba la atención sobre lo ocurrido aquella primavera de 1975. Medio año antes de la desaparición física del tirano. La rotunda victoria de los representantes reales de los trabajadores en las elecciones sindicales celebradas por última vez en el marco de la estructura sindical de la dictadura.

Va a ser un año marcado, al parecer, por ese asunto. Del que los demócratas verdaderos no deberían tener dudas… Así que, por cambiar, incluso a riesgo de mezclar lo no combinable, tengo alguna gana de comentar cosas vividas en esta misma semana, a caballo de dos años. Primera locura, ese vuelo directo y barato que en poco más de dos horas nos lleva de esta ciudad a una de las más legendarias del mundo: Marraquech. Y el uso de los trenes de ese país para desplazarnos por allí con la misma comodidad que podamos tener aquí. Y un fin de año en un ambiente mucho más sereno y menos alcohólico. Y un 1 de enero de visita en un sitio arqueológico que habla de la unidad, hace dos mil años, de las dos orillas del Mediterráneo, Volúbilis. Ha sido mi cuarto viaje a ese país vecino. En conjunto van “p’alante”. Las mezclas son grandiosas. La sociología aplicada de bolsillo, esta de viajes de cinco días, tiene peligros, pero narrar lo que se ve no debe tener reglas prohibidas. Hay adolescentes con correctores dentales y adultos desdentados; mujeres con distintos tipos de burkas, pañuelos muy pocos llamativos o simplemente nada; chilabas y vaqueros ajustados; coches para desguace y últimos modelos carísimos…Una pérdida probablemente ya irrecuperable: Se desenvuelven mejor en francés las personas de cierta edad que los jóvenes. Un niño, hijo del dueño del local donde cenamos el día 2, a la pregunta directa de si sabía francés, indicó que un poco y no entendía nada. Su padre, ni palabra. Su abuelo sabía explicar dónde tomar un taxi…

Combatir estereotipos no es tarea fácil pero afirmo que hay mucha más gente amable con el turista, sin buscar recompensas de ningún tipo, que bordes –y eso no quiere decir que no haya quien lo intente- En el hotel de Meknés nos facilitaron el taxi para ir a Volúbilis y el conductor, Mohamed, fue un encanto. En una tienda de telefonía en Fez, preguntamos dónde imprimir las tarjetas de embarque para el vuelo de vuelta, y el empleado nos las imprimió, no nos cobró nada y se deshizo en parabienes para el Racing, donde jugó Regragui, el actual seleccionador nacional de Marruecos… El Racing y el Banco: Dos hitos de esta ciudad por el mundo… Por no alargar, Mustafá, bereber, encargado de un hammam en Fez, graduado en religiones comparadas –cuidado!- una vida de más de treinta años en Noruega, encantado de que no fuéramos asturianos: Don Pelayo y Covadonga tienen su peso… y es cliente del Santander.

No hay comentarios:

Publicar un comentario