domingo, 6 de octubre de 2024

¿De qué orden hablamos?

 

Hay un premiado con el Nobel de Literatura que hizo famosa aquella pregunta de uno de sus personajes: ¿cuándo se jodió el Perú? No sé si Vargas aclaró cuándo, probablemente antes de que se jodiera todo lo demás, el orden internacional, el derecho internacional. Todo lo que la herencia del horror de la II Guerra Mundial construyó en la segunda mitad de los cuarenta, en los cincuenta, en los sesenta… No olvido los conflictos en Oriente próximo, ni Corea, ni Indochina, ni Argelia, ni el Congo… Pero había un respeto a unas determinadas normas y sanciones diversas a quienes incumplían. La dualidad que muestra casi todo lo relativo a la invasión de Ucrania en febrero de 2022 y todo lo que ha venido ocurriendo en el próximo Oriente desde hace justo un año, demuestra que hay dos varas de medir y no hay autoridad universal. Como en las películas del Oeste, sin ley solo ganan los malos.

Todo ese desbarajuste universal tiene derivadas domésticas muy acusadas en esta parte de nuestra Península Ibérica. Ya hubo hace meses una declaración explosiva de un ex presidente del gobierno indigna de alguien que ha ocupado ese cargo. Ahora, en un más difícil todavía, Aznar se ha superado a sí mismo: Si no gana Israel, la próxima batalla será en el sur de Europa. No se ha molestado en argumentar ni en citar informaciones que lo avalen. Estaba en Brasil y allí la Reconquista es algo más lejano que en Castilla o León. Lleva años actuando como si fuera el propio Rodrigo Díaz de Vivar redivivo. Recordar todo aquello de las armas de destrucción masiva en poder de Sadam Hussein supongo que resultará de mal gusto...

Sentimientos tan lejanos como el asco y la compasión se pueden suceder en minutos o segundos. Desgraciadamente las más de 40.000 muertes de palestinos parecen amortizadas pero ahora el ejército de Israel se permite cruzar una frontera de otro país soberano. Con una misión de interposición de fuerzas de la ONU en esa frontera con importante contingente español ¿y? Ese gendarme universal que ha sido, querido ser o intentado ser a lo largo de decenios -los EE.UU- en este momento ni sabe ni contesta. Si a los presidentes de salida allí se les denomina patos cojos en los últimos meses de su mandato, Biden supera todos los grados. ¿Habrá una diferencia sustancial en enero si la presidenta es Kamala Harris o si –la Providencia no lo quiera- el elegido es Donald Trump? El resultado, en un mes. La  desesperanza, total.

He bloqueado  a un ciberactivista que  desde su salón incendia las redes sociales mientras los muertos los ponen, sobre el terreno,  otros. No he soportado una  necrológica sobre un dirigente chií asesinado por Israel, en la que nos ha obsequiado con un legado del difunto que incluía arrebatar el lugar desde el que ascendió a los cielos su Profeta, así, con mayúscula. Con el combate entre el Antiguo y el Nuevo Testamento estamos más jodidos que el Perú de Vargas. Claro que aquello no era una conversación en la sinagoga ni en la mezquita.

Cal y arena para terminar. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dictado una sentencia, en relación con los derechos del pueblo saharaui y su representante el Frente Polisario, sobre los recursos del sector primario de su territorio, que constituye una esperanza de que aún quede algo de aquel viejo orden internacional. Altas instituciones de la Unión, Consejo y Comisión, y las autoridades de esa confusa “democracia” que es el reino de Marruecos, deben estar con la digestión cortada este fin de semana. Pero con pocas horas de diferencia algunos de los saharauis que pedían la protección internacional en Barajas, han sido devueltos a Marruecos. No todos. Resulta increíble de lo que es capaz el ministerio del Interior de un gobierno progresista.

Finalmente, y mientras dure el trámite de derogación de la ley de Memoria de Cantabria –que no será mucho tiempo dadas las prisas de PP-VOX que no han permitido ninguna comparecencia en el Parlamento- este blog va a publicar la misma imagen. Lo merecen, la revista el Papus que los vio venir de lejos y los protagonistas, hoy y aquí otros: la presidenta Buruaga, la portavoz ultra Leticia Díaz, el senador Fernández