martes, 25 de junio de 2024

Macarras sin fronteras

 

                      Esta entrada al blog lleva más de 24 horas de retraso. Esperando por si había alguna buena noticia en relación con el CGPJ, o con la aplicación de la ley de Amnistía. Un ultimátum cruzado con otro, del Gobierno al PP y del Tribunal Supremo al PP y al PSOE, más la Comisión Europea que ha debido decir ¡basta! y echado a andar…Terminan con sesenta y seis meses de pufo jurídico. A ver si Núñez tiene suerte al explicárselo a la baronesa de Madrid. Ella va a lo suyo y ha encajado un gol por la escuadra. Ni tan mal.

La Internacional macarra ha celebrado una charada en Madrid a pocas semanas para el 50º aniversario de la presentación, en París, de la Junta Democrática. Aquel 30 de julio de 1974 no hubiera sido fácil apostar por las recientes imágenes madrileñas. Franco empezaba a dar muestras de una enfermedad irreversible, aunque duró casi un año y medio más, y en Argentina todavía no se habían entregado a la orgía de sangre de sus militares asesinos. Que cincuenta años más tarde Ayuso y Milei se condecoren aunque sea en tercera división,…sin Zarzuela y sin Moncloa, debería dar para mucha reflexión. El silencio de muchos medios y del alto mando popular evidencia que la ley del embudo es una de las más firmes en política. ¿Alguien puede imaginar lo que hubiera ocurrido si ese comportamiento de la presidenta madrileña viniera de Barcelona, Pamplona o Vitoria? 

Aquel año 1974 fue el principio del fin de la excepción mediterránea. El abril portugués y la invasión turca del norte de Chipre que acabó con la dictadura militar en Grecia, dejó a la oposición española en posición de ventaja. Al menos a la oposición que ejercía de tal. Básicamente el PCE y los sectores monárquicos democráticos que apostaban por el Conde de Barcelona para una transición pacífica. El PSOE libraba una batalla interna que también se sustanció al final de ese verano en el Congreso de Suresnes, el que encumbró a Felipe González, cuya primera tarea fue tratar de difuminar la entente entre los de Carrillo y los de Don Juan.

Llevo semanas escuchando un anuncio que me molesta y me divierte. A ratos lo uno  y a ratos lo otro ¿Se puede tener tierra en los tobillos corriendo por una playa? ¿Arena y tierra son sinónimos? La RAE tiene más de cien entradas dando significado a “tierra”, cien. Me parecen muchas. “Arena” tiene la cuarta parte y solo una, “material desmenuzable…” podría acercar la una a la otra, pero la institución que elevó la almóndiga a categoría culta, acepta tierra como sinónimo de arena.

O sea, que cuando nativos adolescentes nos reíamos de los veraneantes del interior que llamaban tierra a la arena del Sardinero, resulta que los paletos éramos nosotros. Y ahora un/a creativo/a publicitario/a no solo nos mete un villancico en primavera para anunciar un coche, además resulta que hay niños que corren por la playa con tierra en los tobillos… Vale, pues como estoy polarizado como el que más, que lo sepáis, nunca me compraré un coche de esa marca, que tampoco recuerdo cuál es. Que me molesta el anuncio parece claro. Y no es el único. La diversión venía por el recuerdo playero de aquellos años de adolescencia. Pero llegó la RAE y mandó parar…

La ventaja de sufrir molestias por un anuncio de coches es que supone una ayuda para olvidar lo otro, las molestias que provocan los de la Internacional macarra. Y los dos próximos domingos, confrontación electoral en Francia. También fue en 1974 cuando un domingo de mayo me acerqué a la frontera de Port Bou. Por ver cómo se desenvolvía la jornada electoral al otro lado. Aquí las urnas llevaban lustros desaparecidas y los vecinos no se atrevieron a encumbrar a Miterrand. Ganó Giscard. Siete años después el resultado fue el contrario. Ahora todo es bastante distinto. El colchón moderado se puede estar desintegrando y, a cara de perro, Frente Popular frente a fascismo, con sistema de segunda vuelta, las salidas son inciertas.

No será fácil colocar “Tierra y arena” junto a títulos como “Sangre y arena” o “Tierra y libertad”. Me conformo con que le quiten la medalla madrileña al presidente argentino, por habérsela otorgado de forma indebida, y ya lo de Francia… a ver si nos arriesgamos después de la primera vuelta. A veces Dios aprieta menos de lo que ahoga o ahoga menos de lo que aprieta. Aunque sea cinco años tarde. 

 

martes, 18 de junio de 2024

Mbappé

 

No estamos acostumbrados. De ahí la repercusión. Uno de esos héroes modernos que ganan cifras fabulosas por saber tocar un balón, ha hecho declaraciones llenas de sensatez y se ha montado un nuevo universo paralelo. La síntesis, una apuesta por la diversidad, la tolerancia y el respeto. Sabe de lo que habla. Creció en un barrio periférico rodeado de lo que un presidente francés, de poca estatura física y aún menor estatura política, llamó chusma cuando estallaron disturbios de protesta contra la desigualdad y la intolerancia en esos barrios. Todavía no hace veinte años. Kylian Mbappé estaba en primero de Primaria y Sarkozy no había alcanzado el Elíseo, aún era ministro del Interior.

Como cuando estalló el asunto de Rubiales y Hermoso, algún jugador de la selección española no ha estado a la altura a la hora de enjuiciar las declaraciones del francés de ascendencia camerunesa. Y es necesario escucharlas con cuidado porque no son las declaraciones de ningún agitador. De hecho son bastante moderadas. Ha señalado lo peligroso que resulta votar a los extremos. Los fascistas se han dado por aludidos y la  prensa deportiva española parece que también. No he conseguido ver si en el otro extremo también ha habido  reacciones.

No sé si Mbappé tiene idea del perfil político medio de la hinchada de su nuevo equipo, pero Macron puede resultar  algo bolchevique en el Bernabeu. El mayor contenido político, a mi juicio, de esas declaraciones ha sido el llamamiento a la juventud entre la que sin duda cuenta con millones de seguidores. Cada voto cuenta.

Y hoy recorto los intermedios y paso a local sin transiciones. La semana pasada he visitado el Museo. Años de cierre tras un incendio poco aclarado, una buena rehabilitación, una entrada principal distinta a la que había en la etapa anterior, más y mejor luz, supongo que aproximadamente los mismos fondos, de cierto interés y el Bellas Artes de toda la vida, ahora  MAS, que es más moderno, ha restaurado una placa que, limpia, puede avergonzar un poco más. Habiendo empezado por Mbappé, que haya que entrar al Museo local pasando por debajo de esa leyenda… ¿Qué entiende el equipo de gobierno del Ayuntamiento de la capital, su alcaldesa y su concejala de Cultura, por raza? Ya se sabe lo duros que eran los tiempos en 1947, pero ¿Es necesario mantener esa leyenda?

Con otros rótulos del nomenclátor de calles este Ayuntamiento es mucho más perezoso. Ya hace años la alcaldesa declaró que cumplirían la ley – de Memoria- poco a poco. Y así, miles de vecinos tienen su residencia en calles con nombres condenados por la ley. Alonso Vega y General Dávila como ejemplos más notables. Ayer unas docenas de ciudadanos han vuelto a recurrir a la fiscalía que ya hace un año descartó intervenir. Sin embargo no ha habido ningún contencioso para denominar plaza de Emilio Botín al centro de los Jardines de Pereda en los que, que se sepa, ningún humano tiene su domicilio.

Es posible que la ciudad cambie de nombre,  Botinburgo tendría muchos partidarios, y además se podrían acortar polémicas que surgen con frecuencia en las redes sociales sobre la evolución del nombre de Santander. Desde Sant Ander, con apoyo en alguna cartografía medieval, a Sancti Emetherii, en el fuero de 1187 concedido por el rey Alfonso VIII de Castilla  -calle mínima y sin viviendas- y su esposa Leonor Plantagenet, todavía ausente del callejero.

martes, 11 de junio de 2024

Otro espacio poselectoral

 

O simplemente interelectoral. A saber. En principio tocaría una pax electoral de tres años pero nadie sensato apostaría por ella. Con el resultado en clave europea, de lo que se trataba, no es difícil ver todo lo que ha progresado el extremismo de derecha. No lo suficiente para que la tentación del conservadurismo tradicional, de abrirse a algunos de ellos, haya quedado revalidada. Falta por ver la posición de quienes estaban en esas por devoción: no he escuchado todavía ninguna reacción de Herr Weber. Entre todos los países en los que eso ha sido más relevante, cuánto dolor francés.

En clave nacional al menos cuatro apuntes. Uno. Yolanda Díaz dimitiendo, pura sensatez. No ha conseguido, cita tras cita, nada de lo que se suponía que tenía que conseguir. El espacio político a la izquierda del PSOE nunca ha sido fácil ni pacífico. Melancolías aparte y al margen del fulgor de 2015, siempre, siempre, ha sido un espacio conflictivo. Dos. Y ahora, sin ánimo de ofender, siempre vivió de ilusiones el tonto de la rima. ¿A dónde piensa ir la izquierda que a veces parece del más allá, con sus pobres resultados y dividida?

En el periodo anterior, hace diez años, esa izquierda obtuvo en España doce escaños, sobre un total de 54, en tres candidaturas. Ahora, con dos candidaturas, cinco escaños sobre 61. Y se interpreta en una de esas candidaturas como el inicio de la remontada. Con análisis tan fantásticos acabará ganando la fantasía a la realidad. Esa izquierda a la izquierda del PSOE, con pocas diferencias, ha intentado morder en campaña con aspectos de la guerra en Gaza que el reconocimiento del estado palestino por parte del gobierno de Sánchez y la adhesión al pleito de Sudáfrica en el tribunal internacional, no se lo ponían nada fácil a esa izquierda.  ¿La paz es romper relaciones con una de las dos partes? ¿Y en el otro conflicto? ¿Con Rusia también?

Cuando yo era joven y la militancia progresista era clandestina por imperativo legal, se valoraba a diario la correlación de fuerzas. Era un aspecto que rozaba lo sagrado. La nueva izquierda, nacida en paz y democracia, no parece que valora ese aspecto. No lo tiene presente al menos en sus análisis públicos. Con los resultados de estas elecciones al Parlamento europeo, las políticas progresistas solo pueden retroceder. Si ni siquiera se es consciente de ello, todo irá peor de lo que ya va a ir. De las centrales nucleares al tratamiento a los migrantes. Hay que negociar más y más fino que nunca.

Tres. Ya lo ha dicho alguien con pluma mejor valorada. El PP gana y pierde en cada contienda electoral. De la eyaculación precoz política en mayo del año pasado, que le abrió mucho poder autonómico al pactar con la extrema derecha, a todos los ganapierde posteriores. Me sigue sorprendiendo el desparpajo con el que pronuncian el “Si no queréis que gane la corrupción, vota al PP” La mayoría del electorado ha olvidado a qué partido pertenecen o pertenecían Bárcenas, Cifuentes, González, Granados, Matas, Rato, Zaplana,… y me olvido de decenas. O del incumplimiento de la Constitución durante cinco años y medio para seguir con un Consejo General del Poder Judicial que le resulta favorable. No hay más interpretación.

Cuatro. Los que pierden y no lo parece. Que también tienen sus casos sentenciados y otros en proceso. Aguantan bien para todo lo que les cae encima. Son una referencia a escala europea. No hay partido socialista en el continente que no se sienta menor en comparación con el PSOE. Pero hay mucho pie de barro en el coloso. Y alguna vez va a caer. Es una ley física y deberían ir preparando la sucesión. De momento, una vez colocada Nadia Calviño, la salida de Borrell puede verse compensada por el ascenso a la Comisión de Teresa Ribera. Creo que nunca ha habido tanta presencia de la izquierda española en las instituciones europeas. Qué pequeñitos se ven todos los politiquillos locales que han tratado de minusvalorarla con temas como el del lobo.

Y un dolor especial. En la portada de este blog, además de una foto archiconocida de Bruselas hay otra de una de las islas de Kuna (Guna) Yala, archipiélago panameño de  San Blas, en el que tuve la fortuna de pasar unos días en el cambio del año 1996 al 97. El gobierno de Panamá está evacuando las islas habitadas. Han construido  nuevos asentamientos para los kunas en el continente. Las islas, las casas, están siendo invadidas por la nueva altura que va alcanzando el Caribe. Para quienes dudan del cambio climático…

 

jueves, 6 de junio de 2024

Le jour le plus long/ The longest day Der längste Tag/ El día más largo


80 años después y 72 horas antes, no puedo evitarlo y me pongo a escribir. No sé si me planteo un dilema tipo huevo/gallina. No soy capaz de recordar si el desembarco del 6 de junio en Normandía ya me había fascinado antes o fue a partir del estreno de “El día más largo” en el cine Capitol. Era 1963. Y yo todavía no había cumplido trece años. Es cierto que las lecturas sobre la Segunda Guerra Mundial sí que me habían atraído antes de esa fecha.

Las ceremonias de hoy en Francia me han dejado algunas pilosidades como almidonadas. Es otra cosa que me ocurre. Escucho el Canto de los partisanos/Le chant des partisans, y hoy ha sonado mucho, y me emociono. Emu aux larmes, les he dicho a un par de amigos franceses, emocionado hasta que saltan las lágrimas…

https://youtu.be/ey_7JeK--u8?feature=shared

De eso han pasado ochenta años. Hay veteranos que han podido asistir. Algunos mintieron sobre su edad para poder enrolarse. Hoy, ochenta años más tarde, los más jóvenes tienen 96. Y faltan tres días para que formemos un nuevo Palamento europeo. De hecho en algunos de los países miembros de la Unión ya han empezado a votar, aunque la mayoría lo haremos el domingo.

Ochenta años son suficientes, al parecer, para que olvidemos mucho. Casi todo. Como la desmemoria sobre lo ocurrido en Europa en el denominado periodo de entreguerras, hace ya un siglo, que desembocó en la mayor locura de la Historia de la humanidad. Y las bases de lo que hoy conocemos como Unión Europea se pusieron en la inmediata postguerra –Tratado de París de 1951 y de Roma de 1957- y muchas veces, algunos nos hemos impacientado por lo lento del proceso. Y ahora ya hay quien declara abiertamente que el objetivo es volar la estructura de la Unión desde dentro. La extrema derecha ha alcanzado un grado de sinceridad que acojona, la verdad.

La cita no puede ser otra que votar. Votar a quien indiscutiblemente ha sido puntal de la construcción europea y lo sigue siendo. Sin concesiones oportunistas como las que en las últimas semanas hemos visto a muchos sectores de los populares europeos. Nadie les va a discutir su papel en la construcción hasta estas elecciones. Ahora, con las concesiones que están dispuestos a hacer a los neonazis de distinto signo- no me invento nada, han empezado a examinar el adn de la extrema derecha porque quieren discriminar entre esa peligrosa tribu- y salvar lo suficiente para gobernar la Unión con menos frenos ecológicos y sociales. Si alguien habló alguna vez de la Europa de los mercaderes, los populares ahora les dan la razón. Parece un error del calibre más grueso.

No desdeño en absoluto el frente interno. En España las elecciones europeas del domingo vuelven a tener carácter plebiscitario. Derecha y extrema derecha han sacado del armario algunos aliados que visten puñetas en sus hábitos de trabajo. No sé si me hubiera atrevido a haberlo escrito ayer. Pero hoy, al fin, ya hay ministros que no se han cortado con el temita, para escándalo de las pieles finas. La división de poderes no está reñida con el gusto por la fruta. Transversalidad al canto.

 

 

martes, 4 de junio de 2024

¿Qué mandamos a Bruselas?

 

Modelo clásico para empezar junio; de lo amplio, Europa, Italia, Meloni, a lo de casa, el Racing o la concejala de Cultura de Santander. Parece que alguien de los contrarios ha llamado fascista a Meloni, y se han indignado mucho, los contrarios de los contrarios. No es que quiera ocultar quién ha llamado fascista a Meloni. Simplemente no me he enterado a tiempo y me da una pereza enorme averiguarlo. Pero la primera ministra italiana, desde su más tierna juventud se integró en las secciones juveniles del Movimiento Social Italiano, el partido fascista de Mussolini  redivivo. Y en esa órbita ha girado hasta su madurez actual. Su partido, o lo que sea Fratelli, es más de lo mismo con otro nombre ¿Ha declarado ella que le parezca insultante –hacia ella- si alguien la llama fascista? Puede que solo sea sano orgullo. Y que quienes se han metido a redentores…acaben como suele acabar la mayoría de ese gremio.

Seguimos por casa. Casa grande. Casa España. A los que les gusta la fruta por encima de sus posibilidades, resulta que  les ha molestado un “a la mierda” que no ha alcanzado ni la mitad del relieve de aquel intenso de Fernando Fernán Gómez. Nada nuevo. No es lo mismo dar que recibir. Opera en todos los sentidos. Pero pieles tan finas cansan mucho. Llamar traidores a representantes de la ciudadanía mientras ejercen su voto en el templo de la soberanía nacional, les parece a las tribus de pieles finas menos grave que el desprecio infantil de un “a la mierda” dicho en la misma sesión caldeada por los que siempre caldean todo lo que les parece.

Y con ese ambiente caldeado se va descendiendo por la pirámide de las representaciones democráticas y no es difícil encontrar a alguien que cree hacer méritos elevando el tono. En el último pleno del Ayuntamiento de Santander –para forasteros aclaro que es el único ayuntamiento de España que no ha cambiado, en lo básico, la mayoría política desde agosto de 1937-. Noemí Méndez, concejala de, supuestamente, Cultura, ante una moción del grupo socialista para que se cumpla, de una vez, la legislación en materia de memoria democrática  y el Paseo del Alta, por ejemplo, vuelva a llamarse Paseo del Alta, ha encontrado la forma de vincular la propuesta a  ETA. Tiene mérito. Para esta convocatoria no llega a tiempo pero la señora Méndez puede acabar en Bruselas. Ese era el asunto de esta semana.

¿A quiénes enviamos a las instituciones europeas? ¿Con qué méritos previos? Después pasa lo que pasa. Por centrarnos en los dos partidos que seguramente alcanzarán la mayor representación entre nuestros ciudadanos, la solvencia intelectual de las dos candidatas no me resulta equiparable. Teresa Ribera, diana de todos los que equiparan la agenda 2030 al mismísimo diablo, ha hecho uno de los papeles más dignos en el gobierno de España desde la recuperación de la democracia y en su ámbito, relacionado con la transición ecológica, es respetada a nivel internacional. No puedo emitir ningún juicio similar sobre la candidata popular. Lo que me parece más destacable en ella es su acento. Y en su partido eso puede que no sirva para alcanzar puntuación importante. Alguien sabrá las razones que la han llevado a la cabeza de esa lista. El hecho de que ni tan siquiera haya intervenido en el acto de apertura de su campaña deja a Dolors Montserrat a los pies de todos los caballos.

Y lo del Racing. Por dejar constancia de que sigo apartado, pero sigo. Que miro los resultados todas las semanas y que me lo había creído. Que los dos últimos domingos no lo he pasado bien. Que tengo ganas de volver al fútbol en directo, aquí, en El Sardinero, frente a contrarios de nuestra categoría, la de la Primera División. Y que eso se retrasa al menos un año más y no está uno ya para muchos retrasos. Así, el domingo próximo, sin objetivos futboleros, toda la atención a las elecciones. Y a algún juez ocurrente