Esta entrada al blog lleva más de 24 horas de retraso. Esperando por si había alguna buena noticia en relación con el CGPJ, o con la aplicación de la ley de Amnistía. Un ultimátum cruzado con otro, del Gobierno al PP y del Tribunal Supremo al PP y al PSOE, más la Comisión Europea que ha debido decir ¡basta! y echado a andar…Terminan con sesenta y seis meses de pufo jurídico. A ver si Núñez tiene suerte al explicárselo a la baronesa de Madrid. Ella va a lo suyo y ha encajado un gol por la escuadra. Ni tan mal.
La Internacional macarra ha celebrado una charada en Madrid a pocas semanas para el 50º aniversario de la presentación, en París, de la Junta Democrática. Aquel 30 de julio de 1974 no hubiera sido fácil apostar por las recientes imágenes madrileñas. Franco empezaba a dar muestras de una enfermedad irreversible, aunque duró casi un año y medio más, y en Argentina todavía no se habían entregado a la orgía de sangre de sus militares asesinos. Que cincuenta años más tarde Ayuso y Milei se condecoren aunque sea en tercera división,…sin Zarzuela y sin Moncloa, debería dar para mucha reflexión. El silencio de muchos medios y del alto mando popular evidencia que la ley del embudo es una de las más firmes en política. ¿Alguien puede imaginar lo que hubiera ocurrido si ese comportamiento de la presidenta madrileña viniera de Barcelona, Pamplona o Vitoria?
Aquel año 1974 fue el principio del
fin de la excepción mediterránea. El abril portugués y la invasión turca del
norte de Chipre que acabó con la dictadura militar en Grecia, dejó a la
oposición española en posición de ventaja. Al menos a la oposición que ejercía
de tal. Básicamente el PCE y los sectores monárquicos democráticos que
apostaban por el Conde de Barcelona para una transición pacífica. El PSOE libraba
una batalla interna que también se sustanció al final de ese verano en el
Congreso de Suresnes, el que encumbró a Felipe
González, cuya primera tarea fue tratar de difuminar la entente entre los
de Carrillo y los de Don Juan.
Llevo semanas escuchando un anuncio
que me molesta y me divierte. A ratos lo uno
y a ratos lo otro ¿Se puede tener tierra en los tobillos corriendo por
una playa? ¿Arena y tierra son sinónimos? La RAE tiene más de cien entradas dando significado a
“tierra”, cien. Me parecen muchas. “Arena” tiene la cuarta parte y solo una,
“material desmenuzable…” podría acercar la una a la otra, pero la institución
que elevó la almóndiga a categoría
culta, acepta tierra como sinónimo de arena.
O sea, que cuando nativos adolescentes
nos reíamos de los veraneantes del interior que llamaban tierra a la arena del
Sardinero, resulta que los paletos éramos nosotros. Y ahora un/a creativo/a
publicitario/a no solo nos mete un villancico en primavera para anunciar un
coche, además resulta que hay niños que corren por la playa con tierra en los
tobillos… Vale, pues como estoy polarizado como el que más, que lo sepáis,
nunca me compraré un coche de esa marca, que tampoco recuerdo cuál es. Que me
molesta el anuncio parece claro. Y no es el único. La diversión venía por el
recuerdo playero de aquellos años de adolescencia. Pero llegó la RAE y mandó
parar…
La ventaja de sufrir molestias por
un anuncio de coches es que supone una ayuda para olvidar lo otro, las
molestias que provocan los de la Internacional macarra. Y los dos próximos
domingos, confrontación electoral en Francia. También fue en 1974 cuando un
domingo de mayo me acerqué a la frontera de Port Bou. Por ver cómo se
desenvolvía la jornada electoral al otro lado. Aquí las urnas llevaban lustros
desaparecidas y los vecinos no se atrevieron a encumbrar a Miterrand. Ganó Giscard.
Siete años después el resultado fue el contrario. Ahora todo es bastante
distinto. El colchón moderado se puede estar desintegrando y, a cara de perro,
Frente Popular frente a fascismo, con sistema de segunda vuelta, las salidas
son inciertas.
No será fácil colocar “Tierra y
arena” junto a títulos como “Sangre y arena” o “Tierra y libertad”. Me conformo
con que le quiten la medalla madrileña al presidente argentino, por habérsela otorgado de forma indebida, y ya lo de Francia… a ver si nos arriesgamos después de la
primera vuelta. A veces Dios aprieta menos de lo que ahoga o ahoga menos de lo
que aprieta. Aunque sea cinco años tarde.