Necesitamos que refresque. Ese era el final de la semana pasada. Pero no refresca. Creo que por primera vez en mi vida me he bañado en la mar salada del Cantábrico todos los días de octubre que han transcurrido hasta hoy. Ojo, que yo me baño en octubre. Que la temperatura media es mejor que la de mayo y la del agua, mucho mejor. Pero ocho días consecutivos aquí, no es fácil ni en pleno verano. Pues eso, que no refresca y además, nos calientan con muchos otros temas. Había hecho propósito de ocuparme menos de temas políticos y mucho menos de los politiqueos que asolan las primeras páginas y las aperturas de radio y televisión. Hoy la cita es en Barcelona pero la política regional lleva una deriva de semanas que si no se entra al comentario… aquello de quien calla otorga. Pues no. Yo no. Ni callo ni otorgo.
Ha habido un cambio de mayoría parlamentaria en el antiguo hospital de San Rafael y lo respeto pero hubo un partido que prestó votos para la investidura de la presidenta Buruaga sin que tuviera que echarse en brazos de la extrema derecha ¿Y qué ha hecho? Echarse en brazos de la extrema derecha. Una proposición no de ley de VOX para derogar la ley de Memoria Democrática de la comunidad autónoma –menos de dos años de vigencia y pocas consecuencias reales- ha sido aprobada por el grupo popular con una rapidez poco común. La PNL fue registrada en el Parlamento regional el 13 de septiembre y el 25, uniendo los votos del PP, fue tomada en consideración. Parece que era lo más urgente que demandaban los cántabros/as. Visto el éxito, la ultraderecha ya ha iniciado campaña con el denominado pin parental para coartar la enseñanza libre y democrática. Si el PP vuelve a caer en la tentación de juntar sus votos a los de los extremistas, ¿Qué les va a diferenciar? ¿Es ese el camino que quieren tomar para llegar algún día al gobierno de España?
Hace ya mucho que personalidades del PP regional de talante moderado
dejaron de contar, se fueron o los invitaron a apartarse. Jesús López-Medel
ya fue censurado hace veinte años por aplaudir poco en relación con la guerra
en la que nos embarcó el gobierno de Aznar contra las recomendaciones de
la ONU…José María Lassalle, ha pasado de puestos de relumbrón en el
gobierno de Rajoy a la actividad privada. Quizás otros menos conocidos hayan
optado por la misma vía. ¿Están seguros en la dirección actual del PP regional
que, literalmente, “echarse al monte”
con VOX les va a reportar algún beneficio extra en votos?
Antes de unirse a VOX en los temas de memoria democrática, ya habían
saltado a las primeras en clave nacional con su falta de delicadeza, por
decirlo suave, en torno a la reversión de un acuerdo del gobierno anterior y el
gobierno central para la creación de un centro de acogida de solicitantes de
asilo. “España es muy grande, que lo pongan en otro sitio” por ejemplo en la
isla del Hierro. Se pierden fondos europeos y puestos de trabajo y se gana
mayor afinidad con el sector más minoritario y radical de su electorado. Otra
más. Faltará la confrontación final cuando se pidan esos fondos para otros
fines…
Y la perla de las perlas, la joya del programa: La bajada generalizada de
impuestos. Que nunca suena mal. Solo cuando los servicios, otra vez, vuelvan a
quedar en precario, nos podremos dar por enterados. Mientras tanto los 7.000
ciudadanos más ricos van a ganar alrededor de 20 millones de euros por la
supresión del impuesto de patrimonio y todos los demás, hasta casi 600.000, nos
repartiremos el resto: Si sus propias cuentas son fiables, nos puede tocar a unos
100 € de media. Lo de los otros es más fácil: Una media cercana a los 3.000€,
treinta veces más. El día que en Barrio Sésamo explicaron las diferencias entre
equidad e igualdad, algunos/as debían estar en el campo o la playa. Pero no renunciamos a seguir
anunciando proyectos faraónicos que no se sabe quién ni cómo pagará: Puentes de
cincuenta millones y carreteras a 2.000 metros de altura que, supongo, ni han
cifrado con cierta relación con la
realidad. Bajar impuestos, sin reducir servicios y con grandes proyectos
multimillonarios… Muy cerca del trileo político. Del politiqueo ¡Qué siga el
calor!
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