Vamos a dejar el titular para el final que es lo contrario de lo que enseñan en el periodismo académico. Si la semana pasada hice una apuesta por una película en la sección de directores noveles, el Festival de San Sebastián y yo hemos estado de acuerdo y Bahadur the brave ha ganado esa sección. La directora, Diwa Shah, ocupa hoy, mediante recorte fotográfico, una de las imágenes de la semana. Se lo merece. Parece milagroso al recordar, con ese inglés comprensible que hablan buena parte de los ciudadanos de su país, cómo en el coloquio nos informó de que ella no había asistido a ninguna formación académica en cinematografía. Mayor mérito.
Dos. El mes se ha despedido con bastante calor y dos festejos, ayer
sábado, que me dejaron muy contento y bastante cansado. Un cumpleaños de una
amiga celebrado al aire libre y con más de treinta grados, me debieron dejar
poco presentable para el segundo. Menos mal que la luz diurna se va acortando.
Un encuentro de alumnos del último instituto en el que trabajé, al que
invitaron a los profesores, me ha hecho afirmar esta mañana que me ha dejado el
ego muy redondeado. Algún amigo que no ha compartido profesión me ha aplaudido
la expresión: Los profesores recibimos, podemos recibir o no, en mi caso hace
mucho que comprobé que recibía, lo que he denominado salario diferido. En forma de reconocimiento por parte de los
antiguos alumnos.
Evidentemente habrán quedado descontentos por el camino, y neutrales, pero quienes se expresan, lo
hacen en un tono muy positivo que reconforta mucho. Estoy hablando de
ciudadanos y ciudadanas adultos/as, que recordaban hechos y anécdotas de hace
treinta años, lo que les sitúa, a ellos y ellas en la mitad de sus cuarenta,
aproximándose ya a los cincuenta y con ninguna necesidad de fingir un aprecio
de no existir este. El conocimiento de cuál ha sido su recorrido personal y
profesional también reconforta mucho. En la mayoría de casos.
En un instituto muy especial, nacido de la fusión de dos filiales de los institutos más floridos de la ciudad, en un barrio que se quiso marginal, que se quiso que lo fuera desde la oficialidad, y que un puñado de compañeros que pasaron por allí mucho antes que yo, con una importancia decisiva de los sacerdotes del barrio, convirtieron hoy, sesenta años después de la creación de aquellas filiales, en algo parecido a un orgullo de pertenencia. Entre todos hemos dado la vuelta a lo que se quiso marginal. Gracias a aquellos compañeros, a todos, -aunque no puedo olvidar lo que para mí ha significado haber sido compañero de trabajo durante más de un decenio de Alberto Pico-. Y gracias a esos antiguos alumnos que han hecho posible lo de ayer, Roque, Jesús… y los demás. Seguid con el intento. Que el segundo encuentro sea más masivo.
Tres. Por obligación con el titular. Yo podría haberlo dejado en las
fiestas de ayer. Eso es parte de la vida real. Trabajo, familia, diversión, …
pero pasan cosas, plenos del Congreso de los Diputados, por ejemplo.
Proposiciones no de ley de la ultraderecha que el Partido Popular vota a favor
y repasa por la derecha a los proponentes… Es desolador. En el Parlamento de
Cantabria dispuestos a derogar una ley que prácticamente no se ha estrenado y
en el Congreso de los Diputados una amenaza muy poco velada. No creo que deba
haber límites a la libertad de expresión en general y a la de un diputado en el
Congreso en particular. Hablo de un posible delito de apología del
terrorismo/golpismo. El ejemplar trabajador y líder de Vox, Santiabascal
ha lanzado una amenaza que algunos medios consideran velada. Yo no encuentro el
velo. Ha dicho desde la tribuna del Congreso: “El pueblo español tiene el deber
y el derecho de defenderse, y lo hará. Después no vengan con lloriqueos”
¿Defenderse de una ley aprobada por la mayoría de ese Congreso? Ese es el gran
apoyo conseguido por el candidato popular. Necesitamos que refresque.
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