domingo, 3 de julio de 2022

Cumbre borrascosa



Siglo XXI solo era una editorial y Vox solo un diccionario de otra editorial, y han pasado tantas cosas insospechadas desde que empezó este siglo que no resulta nada fácil acomodarnos. Ayer se cumplieron 30 años de la muerte de Camarón, aquel augusto mes de julio del 92 con sus antorchas olímpicas. Después llegó lo que llegó. Y con todos esos dramas a la vista, parece que hemos vuelto a encender alguna llama en algún pebetero. En esta ocasión en Madrid.

¿Qué me pasa doctor? Me duele una contradicción propia en relación con el gobierno de coalición. Yo tampoco he visto las imágenes de Melilla y no me ha hecho falta para saber que se ha cometido un crimen vergonzoso. Y apagué la radio que suelo escuchar a la hora del afeitado para no comulgar con ruedas de molino. Debo estar ya en el punto de no retorno. No soporto a este gobierno. Lo siento. Y sé que el próximo no va a ser mejor. El gobierno es uno, pese a que postureos diversos traten de desmarcarse. Uno se desmarca abandonando los sillones, los coches oficiales y los sueldos. Y, por otra parte, creo que ningún otro gobierno va a hacer cosas como algunas de las que ha hecho este. Medidas sociales como nunca en cuarenta, en ochenta años. Reforma laboral, actualización de las pensiones, SMI, ERTEs, lo que parecía imposible cambiando medidas económicas de la ultraliberal Unión Europea… Y así y todo, los soporto muy mal.

Escucho, en la misma emisora que desconecté cuando empezó a actuar Pedro Sánchez, que en la comitiva de la reina, hubo solo dos hombres -cosillas culturales y turísticas, ya se sabe, en todos los congresos hay divertimentos para acompañantes, el de la OTAN/NATO no iba a ser menos-. Supongo que eso quiere decir que solo había dos mujeres-no necesariamente- en la otra comitiva, en la del rey y el resto de machotes. Ha sido una verdadera lástima que nos haya quedado así de bien, hasta la oposición ha felicitado al gobierno por el éxito de la cumbre OTAN/NATO, una reunión con un propósito bastante alejado del que podía haber representado una conferencia seria sobre la paz, el cambio climático… Gastar más en armas, pese a los adornos que se busquen, significará gastar menos en otras cosas. Y las armas al final se usan y matan.

No soy ningún iluso portador de cirios en las dos manos. Hay un peligro evidente para los países europeos en el inquilino actual del Kremlin. Demostrado desde hace cuatro meses en Ucrania. Tampoco habría que rasgarse ningún hábito mirando lo que puede pasar en Taiwán. El planeta sigue siendo un sitio peligroso y no voy a ser yo el que censure a los gobiernos, parece que ampliamente respaldados por su ciudadanía, de Finlandia y Suecia. Quieren paraguas. El que no habían necesitado en tres cuartos de siglo. Si las circunstancias cambian las respuestas no pueden quedar estáticas. Algunos supuestos izquierdistas de hoy deberían recordar que una autoridad del pensamiento marxista escribió sobre el análisis concreto de la situación concreta. Y enfrente estaban los populistas. Margarita Robles seguramente conoce la obra de Lenin. Yo también voté contra el ingreso de España en la OTAN en 1986. O sea, hace tres docenas de años. Pretender que no ha cambiado nada en esos años es mucha pretensión.

Los desastres de la guerra debería haber sido el cuadro que presidiera la gran cena del museo. El Prado tiene mucho donde escoger. Incluso la sala doble con los fusilamientos de la Moncloa y la

carga de los Mamelucos. Goya más cercano que Velázquez y sus meninas.


 

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