domingo, 17 de julio de 2022

El color del cristal

 

Una vez más, el debate sobre el estado de la nación arroja diferentes resultados dependiendo del color del cristal con el que se mire el tal debate. Y todos sus acompañamientos –compangos en racial-. Ya son ganas de bautizar con un nombre un tanto molesto para un porcentaje no desdeñable de ciudadanos. Quienes creen con firmeza que España es un estado plurinacional, -yo paso mucho del tema- y son varios millones, no sabrán de qué nación les hablan en este debate. Después de siete años sin celebrarse, yo mismo vuelvo a una situación personal similar a la de 2015. Toda una etapa de mi vida sin debate sobre el tal estado de la tal nación… Pero la nación y yo, bastante bien. Gracias.

En las vísperas del debate falleció Pablo Hojas. Una referencia en el mundo del periodismo y del arte, al menos en Cantabria. No éramos amigos de pararnos a charlar pero nos saludábamos por la calle o cuando coincidíamos en algún acto. Compartimos mesa en la boda de un amigo común en un salón del Hotel Bahía y le recuerdo como un conversador ameno. Debería buscar mi copia de una foto, en la que debajo de un paraguas, ya no sé localizarme con exactitud. El original, a buen tamaño, se encuentra en el vestíbulo del Palacio de Exposiciones, al lado de donde se tomó la foto un día de julio de 2010…La capitalidad europea de la cultura se fue a San Sebastián pero esa foto es una prueba de que alguna de las cosas que se intentaron tuvieron respuesta popular. Y en lo alto de una grúa, organizando lo que podía haber sido un tumulto, el artista fallecido esta semana.

En la Biblioteca Central se puede ver una exposición, todo este mes, mucho más interesante de lo que se podría sospechar. Isla Mauricio, el cultivo del azúcar, el final del modo de producción esclavista… con la mirada de un artista que vale mucho la pena. El día del Carmen me acerqué en bicicleta pese a la temperatura desacostumbrada. No se puede acercar uno en coche al Barrio Pesquero el día de su patrona. El artista se disculpó por no llegar a tiempo a la visita guiada. No encontraba dónde aparcar. Un regalo. Literal. Miguel Ángel García, del que no sabía nada hasta hace unos días, merece que se le sigan sus trabajos. Y quedan visitas guiadas que aumentan el interés de la exposición. Acompaño una foto de la exposición y una propia tomada en la isla de Gorée, en Senegal, hace 10 años. Mucho bienestar actual viene de aquel sufrimiento.

17, 18 de julio, y los siguientes. Fechas marcadas a fuego en la Historia de España. Con mucha sangre por medio, con cientos de miles de víctimas, con un paréntesis de al menos veinte años –los índices socioeconómicos de 1935 no se recuperan hasta 1955- Un retraso que casi milagrosamente se ha recuperado en muchas facetas. Menos en una. Nuestra derecha política lleva en su adn el 18 de julio. Es duro decirlo así pero es hora de decirlo así. Y, pese al aluvión de falsedades que los voceros de esa tendencia política arrojan sobre la Historia de España del siglo XX -no es cierto que en la izquierda todo sea equiparable ¿Quiénes son los bolcheviques? ¿Quién, en la derecha, juega el papel de Felipe González y la mayoría de barones socialistas?- Falsificar la Historia resulta gratis total.  Poner en pie de igualdad a víctimas y verdugos, despreciar los trabajos de historiadores de prestigio, -valoro especialmente a los extranjeros que se han ocupado de nuestra Historia, Jackson, Gibson…- que tienen que abrirse paso en medio de mucho ruido...

La prueba del algodón de la última ley sobre memoria y democracia, revalida lo que estoy diciendo. Añadir los primeros años formalmente democráticos de la Transición al periodo que debe cubrir la ley, no es una imposición de radicales vascos. Escribiendo desde Cantabria, el solo hecho de que de esa manera pueda entrar en el ámbito de aplicación de la ley el denominado caso Almería -en el que tres cántabros fueron asesinados por guardias civiles en mayo de 1981- justifica el aprobado. En el Parlamento de Cantabria hubo unanimidad en el homenaje de hace cuatro años a aquellas víctimas. El Ayuntamiento de Santander ha colaborado en la instalación del monumento en la Estación de Renfe… ¿Por qué ahora ese clamor?

Y más para acabar. Las fosas, las víctimas que 86 años más tarde siguen en paradero desconocido. ¿No nos avergüenza como sociedad compartir con la Camboya de los jemeres rojos el récord mundial de desaparecidos? Pol Pot y Franco en el podio.

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