En China debe hacer unos cuarenta años que el gobierno impuso una medalla a un ciudadano que había conseguido hacerse millonario. Era una evolución bastante inesperada del maoísmo. Hace veinte años el éxodo rural era imparable y en el mejor estilo capitalista, con la teoría liberal a cuestas, para bajar los precios, la construcción de viviendas se liberalizó. La realidad demuestra que no han parado de crecer…Ahora estalla esa burbuja y veremos hasta dónde llega el efecto.
Hoy me toca presentar un par de enmiendas: Garamendi, presidente de los empresarios españoles le da plantón a Casado. No parece que el tirón de orejas recibido por no condenar expresamente los indultos a los dirigentes catalanes, haya sido suficiente y ahora no acude a una cita envenenada llamada convención popular. No todo está perdido. Lo del sueldo mínimo no era imposición política. La CEOE puede seguir pactando contra los intereses inmediatos del PP
La segunda nos lleva a Alemania. Las luces y sombras de Merkel. El no haber dejado un relevo con suficiente tirón electoral puede que se considere ahora lo peor de su gestión de cuatro mandatos en la Cancillería de la mayor potencia europea. Pude no ser muy justo con ella en los momentos en que exhibió su guante de acero ante los países del sur, entre 2008 y 2015. La crisis en Siria pareció humanizarla. Una vez la equiparé con Albert Rivera. Si buscan por el blog aparecen ambos en bolas. Hace casi siete años. Evidentemente, entre ambos, ni color.
Estuve en S’Alguer, Cerdeña, hace dos años y no encontré a nadie que hablara catalán. En 1978, en un camping próximo a Pisa, una pareja de esa ciudad entabló conversación con nosotros al ver un adhesivo que entonces llevaba en la trasera de mi 127. Se reclamaban de una tradición común… El hombre de Waterloo de momento solo ha tenido susto en su excursión sarda pero en cualquier momento su problema con la justicia española le hará rendir cuentas. Es cuestión de tiempo.
Y final. Hoy es el aniversario de las últimas sentencias de muerte aplicadas en España. Era 1975 y el dictador, más muerto que vivo, no tuvo ninguna piedad. Los juicios que establecieron las condenas no hubieran pasado la prueba del algodón en ningún país civilizado. España entonces no lo era. También era 27 de septiembre el día en que, tras unas semanas jubilado, me decidí a cumplir con lo que muchos amigos habían pronosticado. “Ahora te dedicarás a escribir…” Era 2010. Han pasado once años y esta es la entrada 570. En total el blog supera ahora mismo las 159.000 visitas.