domingo, 13 de junio de 2021

Témporas

 

Sin olvidar el culo. Culo y témporas tienen correlación en nuestra lengua. Las de este verano se han debido fijar al final de mayo según el calendario religioso, y uno más laico nos haría ver con detenimiento lo que ocurra esta semana, especialmente el miércoles 16, el viernes 18 y el sábado 19. Pero dados los acontecimientos de la semana que termina, podría parecer que si no se han fijado las témporas al menos se han confundido muy ampliamente con el culo.

Entre la carta de Oriol Jonqueras del lunes, o las recomendaciones de la patronal catalana de ese mismo día, y el adelanto carnavalesco de hoy en la madrileña plaza de Colón, pudiera parecer que ha pasado más de una semana, pero es lo que es, y hay lo que hay. A mitad de la semana, ese miércoles que en alemán se cita textualmente como “en mitad de la semana”, seguimos con la costumbre de hacer sucedáneos de porno duro en el Congreso de los Diputados. Este pasado miércoles el diputado ultra Espinosa de los Monteros ha quedado muy bien retratado. Él, su partido y todo lo que nos quieren vender.

Llevan escritos los embustes, los leen ante la representación de la soberanía con aparente estado de excitación nacional-sindicalista y, si en la respuesta la representante gubernamental pregunta simplemente: de qué me está hablando, la respuesta es silencio absoluto pero se entiende: A mí qué me cuenta, yo ya he colocado mi embuste. Mucho más divertido el jueves. La proximidad del fin de semana hace que todo se diluya. El problema del día era la vacunación, o no, de la selección nacional de fútbol. Mucho más ligero que lo de días anteriores.

También el jueves se pudo entender que el dirigente de I.U. Garzón y el ministro de Consumo tienen un problema entre ellos, que siendo la misma persona se compartimentan en exceso, al parecer. De ahí el problema del encarecimiento del recibo de la luz. Claro que ese mismo jueves todo quedó empañado por un horror que a media tarde llegó desde Tenerife. Olivia, mismo nombre de mi nieta: Me multiplicó el impacto. A ver qué le cuentan al mundo los negacionistas de la violencia machista.

El viernes yo estaba de viaje pero creo que la publicación de la agenda internacional del gobierno para los próximos días ha ayudado a pinchar la burbuja de lo que se esperaba hoy en Madrid. Las próximas fotos de Pedro Sánchez con el presidente Biden y con Úrsula von der Leyen, y el pronunciamiento del Parlamento europeo contra las maniobras del gobierno de Mohamed VI están haciendo recapacitar a quienes quedan con dos dedos de frente entre los dirigentes populares. Y no es momento de escarnio por tanto error pasado. El país, su ciudadanía, se merece un verano tranquilo después de tanto horror.

En este penúltimo párrafo no voy a ganar amistades entre mis seguidores más radicales pero me parece curioso, y mi libertad personal me permite publicarlo, que la sucesora de Pablo Iglesias, como se esperaba, haya tenido un resultado que antes se denominaba a la búlgara, con casi un 90% de votos afirmativos a la candidatura de la continuidad. Mientras, los resultados de las primarias socialistas a la Junta de Andalucía, con ganador claro, han sido mucho más disputados. Curioso, como mínimo.

Así, de los tres grandes acontecimientos políticos de este domingo, va a resultar que lo único imprevisto haya sido la escasa participación -entre 25.000 y 125.000 asistentes, alguno de los digitales más ultras ha "olvidado" la noticia- en la manifestación de las derechas más o menos unidas. Aunque ya se anticipaba por el fracaso en la recogida de firmas contra los indultos a los políticos catalanes presos. Y, que conste por si hace falta, que sigo considerando que todavía el gobierno tiene mucho más que explicar sobre esa hoja de ruta que buena falta hace que no naufrague para seguir navegando juntos los 47 millones y pico de ciudadanos que compartimos DNI.

 

 

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