Estos primeros días de junio desde hace mucho, mucho tiempo,
me llevan a Normandía. El jueves se cumplirán 75 años del día más largo. Una de
mis hermanas lo hará un par de semanas más tarde, y Teresa y Carmen, mis
mujeres del 44, muy poco después. Muy marcado por esa fecha, sí. También hay en
estos largos días primeros de junio otros aniversarios más recientes. Cinco años,
de dos sucesos que me llegaron juntos: La abdicación del rey pícaro, en la versión
actual de Anguita, y la noticia
del fallecimiento de Alberto Pico, digamos que un compañero
de trabajo muy especial. Estábamos en la Plaza Porticada, como en un sueño,
creo que reclamábamos el derecho a decidir (la forma de estado) y otro
compañero y amigo me dio la noticia.
Junio no ha hecho más que empezar. Ya falta menos para el
día 15. La plaza del Ayuntamiento ha visto la concentración de miles de
racinguistas la pasada madrugada. Hay
que prepararse por si finalmente hay cambio en el sillón de la alcaldía. Mantengamos
la ilusión. He rematado mayo con una cita segoviana. Cirilo Rodríguez, exponente de la primera televisión, canal único y
blanco y negro, hace 35 años que da nombre a un premio muy valorado por los
periodistas.
Se entrega a alguno de los que trabajan en el exterior, a menudo
en zonas en conflicto y con evidente peligro para quienes nos cuentan esos
conflictos. Una amiga era finalista en ese premio. Hace siete años que cuenta el conflicto en
Palestina para un medio catalán, y para uno ruso. Primero pasó por Bosnia y
Kosovo… Su segundo premio sabe a lo que saben los segundos premios. Extraordinario
por un lado y qué faena por otro. Llegar hasta el final y…
Y hay que volver a casa, con la satisfacción de haber
conocido a referencias de la profesión, Calaf,
Lobo,… y el Racing ha sido capaz de
recuperar una parte de su/nuestro patrimonio histórico, pero es lunes y las
citas electorales tienen navajeos diversos
como postre que, aunque esperables, alcanzan niveles poco dignos como cuando se
intenta embarrar la gestión de Carmena.
Se puede entender cuando llega desde el otro flanco, pero resulta menos comprensible
si el ataque llega desde una izquierda supuestamente transformadora. Sin el
BOE, sin los gobiernos autonómicos, sin las alcaldías, las transformaciones son
humo negro.
Hay otros fracasos que se disfrazan: Portazos. También
algunas desapariciones que se asemejan a evaporaciones. Figuras en un cartel
electoral, quién sabe con cuánto merecimiento, los votos a esa lista no
alcanzan para otorgarte cargo, y… desapareces. Qué difícil la pedagogía de la
democracia. El trabajo lento, de convencimiento, no está de moda. Qué se
entiende hoy en el espectro de centro-izquierda e izquierda por un concepto de
frente amplio? Dirigentes de entre
segunda b y tercera, con poco éxito electoral no dudan en culpar directamente
al electorado. O al empedrado.
Pero hay datos objetivos. En Santander, para no ir más
lejos, el binomio participación/abstención, en qué secciones electorales se da
con más fuerza y a quién beneficia o perjudica. Sangrante el color azul
dominante en el norte del municipio, o en parte del oeste. Del centro y el este
no se sorprende nadie. Pablo Iglesias II
parece buscarse un lugar en los libros de texto del futuro con afirmaciones del
tipo “la división no suma, resta” Al fin y al cabo recordamos a Parménides por algo parecido. Pero si
de la cúpula llega ese análisis, no hay que esperar nada mucho mejor de
escalones más bajos.
Los análisis de datos electorales están, más que nunca, al
alcance de todos. Se puede ver cartografiado todo el territorio a niveles de
sección censal, conjuntos de poco más de mil electores como máximo. En los
municipios más poblados de Cantabria, sin excepción, el PRC ha ganado las
elecciones regionales y el PSOE, con la única excepción de Cayón, las europeas.
Con más variedad se ha repartido el triunfo en las municipales.
El PRC, que no recomendaba voto para las europeas, obtiene
más de 120.000 votos en las autonómicas y los socialistas, terceros en las
autonómicas, ganan con más de 117.000 votos las europeas. Los populares ganan
en votos las municipales pero obtienen más de un tercio de sus votos en la
capital. Otro tercio, ahora del voto socialista para las europeas en la
capital, no eligió la lista de Zuloaga.
Algo muy parecido ocurre en Torrelavega y en casi todos los grandes municipios
salvo Marina de Cudeyo. Es precisamente la de Zuloaga la desaparición más
llamativa de todas… pero un día de estos aparecerá. Esperemos. Prisa mata.
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