Javier Ceruti entiende de las cosas de la Marina.
Es pública su afición. Probablemente se sabe sin titubear los diferentes
escalones jerárquicos, que pasan por corbetas, fragatas y navíos combinados con
capitanes, tenientes y alféreces. Aquello que en el servicio militar
obligatorio del final del franquismo ya se había casi abandonado de las clases
teóricas en las demás armas que no vestíamos de blanco. Y en la Armada, como en
la vida misma, donde hay un patrón, no manda el marinero. En el Ayuntamiento de
Santander, Ciudadanos no ha aplicado el mismo criterio que sirvió para airear la Junta
de Andalucía. Bueno.
Ceruti parece que ha sido bastante claro indicando que era
más por órdenes de la superioridad que por voluntad propia. Con la lentitud
mítica de los caracoles, el PP de la capital de Cantabria va perdiendo apoyos
directos y consiguiendo los indirectos suficientes, o casi, para no soltar el
bastón de mando. En la próxima ocasión, si se consigue, será después de 44
años. Caso casi único.
El ciudadano Felipe
Borbón, jefe de este estado, ha sido condecorado hoy en Londres y en
presencia de la reina de allí. Los asesores de imagen han debido hacer algún puente
distinto al de la Torre de Londres. Si yo tuviera algo que ver con la casa real
no hubiera permitido que le hicieran esa foto que tanto recuerda a alguna
botella de ginebra. Además, la reina aparenta proximidad al veganismo, con lo
que comer carne es más que pecaminoso.
Estos días largos de luz y cortos de oscuridad tienen en lo
personal rituales muy queridos que, cada cuatro años, se pueden ver
sobresaltados con temas de pactos municipales y/o autonómicos. Este año
seguimos, además, con un gobierno en funciones y el hartazgo popular puede ser
mayor que nunca. Lo único que nos falta es que haya que volver a votar antes de
final del año. Sandokan puede llegar a ser
presidente del gobierno si ocurriera algo así. A estas alturas debe estar ya
casi todo analizado, contabilizado, así que me he permitido mirar hacia adentro
y pienso hacerlo cada vez más.
Mis dos últimos fines de semana se han desarrollado según lo
previsto, rodeado de amigos, recorriendo kilómetros llanos en bici y bordeando
picos pirenaicos. Esta semana se conmemora el drama de los aspirantes a
refugio. El jueves, en la plaza del Ayuntamiento,
esta ciudad, algunos de sus ciudadanos, seguramente unos pocos, reclamaremos
más atención para ese drama que sufre menos del 1% de la población mundial pero
que a diario nos asalta con noticias muy dolorosas, que directamente rozan la
criminalidad.
Y el viernes inauguraremos verano, que en un clima suave
como el nuestro, es una estación muy favorable. Además, ese primer día del
verano, desde antes de que yo naciera, era festivo familiar. Cumpleaños
fraternal que tenemos la suerte de seguir celebrando…Este año, muy posiblemente, con representación de la familia del otro lado del charco. Nosotros tenemos
nuestra otra España que sabe a tabaco, brea y celuloide. Un hermano de mi padre se afincó en Los Ángeles y su descendencia
sigue por allí…
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