Podría imaginarse que con tantas horas de luz nos podríamos
aburrir después de haber hecho todo lo que se tenga que hacer. A mí no me da ni
con 17 horas de luz. Y esta semana necesariamente será tranquila. Las cumbres
de Navacerrada y Guadarrama serán testigo. O testigas. Como aquella
imperecedera Chus Lampreave. Me pasa
como a ella. No puedo mentir.
En el Puerto de Santander, como conoce cada vez más gente,
se hacen cargas dudosas. No voy a ser yo quien las defina como ilegales aunque
estoy casi seguro de que lo son, pero ahora va a ser un juez quien haga la
definición correcta. Ha pasado un año largo desde que la naviera estatal saudí
Bahri empezó a operar en nuestro puerto después de que la presión social
hiciera imposible sus operaciones en Bilbao. Y ha pasado casi un mes y medio
desde que una porción pequeña de la sociedad civil, articulada por el grupo de
trabajo Pasaje Seguro Cantabria, iniciara la vía judicial.
Aunque no se consiguió que el juzgado de guardia aplicase
medidas cautelares que impidieran esa carga, frente a quien pensaba que ya no
había nada más que hacer, ahora un
juzgado de Santander emplaza a la Autoridad Portuaria a que demuestre que esas
cargas, independientemente de la dimensión ética y moral que no es un tema que
pueda afrontar la justicia ordinaria, que esas cargas cumplen con la normativa
de seguridad.
Saldremos de dudas esta misma semana. El juzgado ha dado
cinco días para aportar la documentación solicitada. Es posible que la
Autoridad Portuaria sea más laxa que el personaje de Almodóvar, pero hay mentiras con recorrido corto. Es muy probable
que el juez haya leído la noticia de The Guardian. En el Reino Unido ya han
decidido que vender armas a un país como Arabia vulnera casi todos los acuerdos
que nos han hecho aparecer como sociedad civilizada. Y los estibadores de Le
Havre, Marsella o Génova también han aportado su experiencia sindical para no
ser cómplices de una matanza de inocentes.
Hay arietes de esa sociedad civil. De momento nuestros
estibadores no forman parte de esa vanguardia. El Ateneo de Santander, parte de
la sociedad civil muy bien subvencionada, no deja de ser un ariete de otro
signo y sigue su idilio con una asociación presuntamente cultural. Los últimos
de Filipinas… se emplea de manera muy polisémica. Después de la irrupción de
Vox, con su mínimo éxito electoral, es
posible que otros sectores de la sociedad civil que lo habían hecho en el
pasado, dejen de protestar por ese uso de unos salones pagados por todos en
beneficio de ¿quién? Ya sé que votox se escribe con b pero algunas carrozas de
nuestra sociedad se deben inyectar esa v hasta reventar.
No voy a llegar el viernes a casa, ando por el monte, a
tiempo de escuchar las novedades que los exégetas de los primeros reyes de
Asturias o de Cantabria o de los dos lados de los Picos de Europa, tengan que
aportar sobre otro suceso histórico ocurrido en Filipinas hace más de 120 años.
Pero hay público para todo. Estoy mucho más interesado en ver como termina la
acción judicial que puede poner en apuros al gobierno en funciones y al
regional. Uno nombra presidente de la Autoridad Portuaria a propuesta del otro.
Es posible, incluso, que el actual pretendiera repetir por cuatro años en ese
sillón con buenas vistas y mejor sueldo.
Personas que han colaborado con Pasaje Seguro se están
moviendo ahora en un empeño no menor ni mucho menos. Dan de comer a diario a
cientos de personas atrapadas en Bosnia, en la frontera con Croacia. No tienen
mucho dinero pero se les puede ayudar.