martes, 19 de marzo de 2019

Defensas bajas


Este blog sigue sin ver publicaciones en lunes que era lo más frecuente. Ayer me sentí  con alguna defensa baja, la que se relaciona con las muertes cercanas. En este caso con la práctica desaparición de la generación anterior, la que deja a la nuestra en la primera línea del frente. Mi tía Irene, hermana de mi madre, agotó el sábado una vida bastante larga. El único consuelo, para quienes tenemos la fortuna de contar con ellos, los niños, los cada vez más escasos niños. Esa vida que va a seguir y que no veremos en qué condiciones. 

Esos niños, y jóvenes, que empiezan a preocuparse por el deterioro, quizá ya irreversible, de la calidad ambiental del planeta. Como en las sociedades plurales tenemos de todo y para todo, esos jóvenes que se manifiestan para que nos tomemos en serio el cambio climático, han tenido sus críticas, no solo las que se podían esperar desde sectores oficiales y empresariales tan anclados en lo que hay, que ignoran lo que cada vez es más probable que ocurra. No. No solo desde esos sectores.

Apearse del capitalismo no es fácil. Incluso aunque esa forma de producir nos lleve al colapso. Fundamentalmente porque no aparece nada sólido y creíble enfrente. Eso hace que la lectura anticapitalista infunda temor a muchos. Además, tenemos las contradicciones habituales de la condición humana. Si quien propugna el anticapitalismo ingresa de ese mismo capitalismo varias veces el nuevo salario mínimo… la credibilidad desciende. Y parece razonable que sea así.

Algunas defensas bajas no me apartan de conocer casi todo lo que nos rodea, incluidas cosas del futbol, de las que reconozco estar muy apartado. Pero la temporada que está haciendo el Racing o el protagonismo de Messi o como le van las cosas al Madrid o que el Valencia adquiere la cualidad de centenario hoy mismo, seis años más tarde que nuestro Racing, todas esas cosas también se abren hueco.

Y, claro está, las elecciones,  los procesos electorales múltiples a los que nos van a convocar en breve. Hoy tengo que destacar las cuentas de la lechera que he escuchado a un político discreto, que me parecía un tipo respetable aunque tenga en su haber/debe una participación notable en algo tan nefasto como el nuevo puerto de Laredo, equivalente a algún aeropuerto sin aviones. Uno de los mayores signos del despilfarro de dinero público… ¿Qué coeficiente nos otorgan nuestros políticos? El consejero Mazón, lanzado a la arena electoral, ha perdido su discreción y una parte de su respetabilidad.

También, otra vez la radio es la culpable, escucho a César Torrellas, concejal en el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Santander en la legislatura anterior…Declara conocer a la alcaldesa, pretende disculpar sus vergonzosas declaraciones sobre los niños de las inmigrantes, y lo que resulta es más demoledor: La alcaldesa, como presumíamos, se lanzó a una piscina sin agua solo por agradar al jefe, el cual después rebobinó… Un poco de ¿asco?

Finalmente los procesos de elaboración de candidaturas, las confluencias o no, hacen que vuelva a ser preocupante la relación izquierda-democracia. Algunos conceptos políticos resisten muy mal los apellidos. Democracia orgánica: No hace falta decir más, al menos en España y entre los ciudadanos de alguna edad. Democracia burguesa: Ha dado mucha ocasión al desprestigio del primer término desde posiciones, suponemos, mucho más democráticas. Finalmente, izquierda transformadora. Se supone que frente a una izquierda que no transforma. Ya. En los próximos procesos electorales vamos a elegir entre todas esas opciones. Democracia orgánica resucitada incluida. Y, a nuestro pesar, elegiremos con alguna defensa baja.



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