En el Getxo/Guecho de Gipuzkoa/Guipuzcoa, que solo existe en
la imaginación del charlatán Casado,
no sé qué pronostican las encuestas, pero en el Guecho/Getxo real, el vizcaíno
de Bizkaia, dado su índice de bienestar, el PP podría sacar un buen resultado, quizá el mejor de todo el País
Vasco, pero claro, los getxotarras/ guechotarras, por muy de orden
que sean, no creo que perdonen que les hayan hecho giputxis/guipuchis sin
haber contado con ellos. Por eso y mucho
más, el PP se va a dar un batacazo histórico, dejándonos el precio de un grupo
parlamentario nutrido de la ultraderecha que quiere armarnos. Solo nos falta Charlton Heston con rifle pidiendo el voto
para algo que hasta hace unos meses solo era un diccionario.
En ese Guecho/Getxo real, el vizcaíno de Bizkaia, se ha
protestado el sábado contra el gasto militar. Entre los protestantes he podido
ver a compañeros que presentaron un documental
la semana pasada en Santander. La guerra empieza aquí. Ese aquí era el puerto
de Bilbao pero en las últimas imágenes ya aparece el puerto de Santander, heredero
de ese tráfico inhumano que destina armas y explosivos a un país como Arabia, que
las usa sin pestañear en su guerra en Yemen… No sé si algo de esto acompañará
las campañas electorales que tenemos por delante.
El gasto militar es muy controvertido. Está aumentando mientras
disminuye el gasto social. Parece que es una exigencia de la Unión Europea que,
en nuestro caso, nos podría llevar a doblar en la práctica los fondos
destinados en la actualidad a un propósito que el ciudadano medio seguramente
entiende mal. Cuando examinamos el gasto militar en el mundo hay sorpresas
variadas. La neutral Suiza tiene un
gasto militar per cápita superior al español. Lo mismo ocurre con la pacífica
Nueva Zelanda, ejemplo estos días de convivencia y discurso político poco dado
al sensacionalismo.
Islandia, que fue ejemplo de soluciones no viciadas a la
crisis económica, parece que gasta menos en ejércitos que los ateos en
catecismos. Como otras veces, lo micro y lo macro pueden engañar mucho. Si
Nueva Zelanda tiene una población diez veces menor que la española, el gasto militar
total puede ser unas nueve veces inferior al nuestro. No sé si las encuestas
preguntan a los ciudadanos por la estructura de los presupuestos del Estado. Pero
hacen otras preguntas.
Al parecer, y ayer hubo un programa de radio, el más escuchado
del fin de semana, que recaló en el asunto, alrededor de un 80% de la ciudadanía estaría a favor de la eutanasia. La muerte
digna y sin ensañamiento se abre paso entre una población muy vinculada a
tradiciones que se oponen a casi todo lo que ha significado avance social. Ayer
mismo, en Madrid, hubo una manifestación de los contrarios, de los que como
mucho suponen el 20% restante, si es que no hay abstenciones en este tema… Que
parece que quieren imponer a la inmensa mayoría su derecho a sufrir por sus
creencias.
De las otras encuestas, es casi imposible sustraerse a sus
resultados, hay una demoledora, y muy creíble, que apunta a que nuestro PRC se
ha vuelto a equivocar. Partidarios, contrarios y neutrales deberían sujetar las
campanas. El voto autonómico y el estatal han dado numerosos ejemplos de
discordancia. Aquí, los socialistas ganaron cuatro elecciones generales
consecutivas sin que eso tuviera traducción en el gobierno regional. Y puede
volver a ocurrir. Y los regionalistas ya han hecho cuentas de la lechera en
otras ocasiones pero el error mayor, a mi juicio, es inflar las expectativas. Declarar
amarrados dos o tres diputados y tres senadores, ser la fuerza mayoritaria el
28 de abril, y quedar fuera del reparto final, tendría consecuencias horribles
para sus aspiraciones de mayo. Tiene que continuar.