Doble cita electoral en primavera. Ya ocurrió hace cuarenta
años. Muchas cosas han cambiado desde entonces, con una constitución recién
nacida y ahora necesitada de revisión. Chapa y pintura, pero también mecánica ¿Tenemos
en el escaparate electoral alguna posibilidad de llegar a los consensos
necesarios? O necesito cambiar la graduación de mis lentes, y es muy reciente,
o no las veo.
Cinco varones jóvenes. Tres discursos bastante homogéneos
por un lado. Modelo Andalucía ¿Exportable como el aceite? A menudo se olvida
que allí había auténtica necesidad de cambio, aunque no sea a mejor. Los menos
hábiles o más necesitados/as, ya han abierto la puerta a la extrema derecha.
Ejemplo cercano de lo uno y/o de lo otro: La alcaldesa de Santander.
No me atrevo a decir que por el otro lado van los otros dos
discursos. Le ha faltado tiempo a Irene
Montero para aclarar que después de intentar convertir al PSOE a la
verdadera izquierda y como, por lo que
sea, no se ha conseguido, ya han pasado a la oposición… Muy consciente de
emplear una expresión antigua, muy antigua, más que yo, pero me parece que
tenemos delante un desfile de pollos-pera, lo cual, entre otras cosas significa
que tengo muchos años a la espalda.
Los pollos-pera, los niños-pera, probablemente un resto de
la Belle Époque que las élites del desarrollismo franquista imitaron. Desde
mediados de los sesenta por aquí no era difícil, durante el verano, enlazar con
la expresión madrileña del fenómeno. Los locales estaban más acuartelados, pero
había mucho aburrimiento y más represión y las excursiones interclasistas
podían tener unos granos de pimienta extra. El lenguaje ha evolucionado. Gallos
y pijos pueden estar más de moda que los pollos y las peras pero hay un
retrogusto de alcanfor en las imágenes de los aspirantes del que se salva, en
parte tras su paso por Moncloa, Pedro
Sánchez, que hace tres o cuatro años podía parecer un jefe de planta de
grandes almacenes.
Pablo Iglesias, recuerdo que se vestía en un hipermercado, venía vacunado de fábrica,
a pesar de las dudas que arroje su cambio de vivienda. Abascal, Casado, Rivera, tienen un hilo común: Si les
falla la apuesta en la que están ahora, les quedará anunciar productos
antipolilla.
El presidente del gobierno, en funciones dentro de poco, puede
reeditar alguna versión del ave Fénix. O no. Pero el voto a su derecha aparece
más fragmentado que nunca y a su izquierda con más dudas que hace cuatro años. Si juega, entre el ruido de la campaña, con un hecho muy contrastado que ya le
están tratando de oscurecer: Llegó a tener mayoría parlamentaria para echar al
anterior presidente, porque Rajoy
dirigía una banda de malhechores. Hay sentencia,
hay mucho interesado en olvidarlo y olvidarla, y de hecho, se está olvidando.
La escala local no puede centrarse, todavía, en las campañas
electorales que pueden arrojar resultados novedosos producto de esa
fragmentación de la derecha. Por primera vez podría haber una representación de
los cinco escaños de Cantabria divididos entre cinco listas electorales lo que
prefiguraría una mayoría parlamentaria regional casi imposible en mayo. Y el
sistema electoral mayoritario corregido para el Senado puede otorgar tres
senadores a una formación por poquísimos votos de diferencia sobre otra que se
quedará con uno solamente y las otras tres en blanco. Solo pactos impensables
hoy podrían asegurar algo distinto.
La razón por la que nuestros rolex son setas, son los
incendios forestales. Provocados en su mayoría. Con los cuidados o no cuidados
en el medio rural en el punto de mira, más unas prácticas ancestrales
vinculadas a las más atrasadas técnicas de explotación agraria y situaciones de
tiempo atmosférico, aunque parezca paradójico,
mucho más comunes de lo que nos
resultan... Pero confieso que no
recuerdo el espectáculo de los hidroaviones del Ejército del Aire cargando agua
en la bahía, ayer y hoy, y eso, desgraciadamente, nos ha puesto en la primera
plana de los informativos nacionales. Esta tarde puede llover…
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