Es cuatro veces la cantidad de la que el tango dice que no
es nada. Para una persona es una vida. Para muchas personas mucho más. Se (me)
acaba febrero sin ir y después de lo ocurrido este fin de semana la duda, sobre
ir o no, es enorme. Yo quería ir a Colliure, y no escribo Collioure, y que ese
homenaje, ante la tumba de Machado, fuera
para todo lo que perdimos, todos, hace ochenta años. Ahora, algunos elementos,
lazos amarillos en ristre, quizá alguno de los que atacaron la sede de CC.OO en
la Via Laietana la semana pasada, han gritado “fascistas” a quienes estaban en
el cementerio en el que reposan los restos del poeta (¿?)
Viajo en 23F
a Segovia. La estación nueva y lejana lleva el nombre de Guiomar. Se me cruzan los aniversarios. El de 1981 no es redondo
este año, la cuestión es acertar en el recordatorio, o no, de aquel intento de golpe de estado. En
nuestra Historia Contemporánea han sido frecuentes. El de Tejero fue uno más y además, afortunadamente, fracasó. No estoy
seguro de que los que pasamos miedo aquella noche tengamos que elevar el suceso
a la categoría de ¿histórico? Los protagonistas de los acontecimientos no
pueden ser buenos historiadores de los mismos. En la madrugada de los Oscar nos
podríamos preguntar que nos parecería si los actores, actrices, directores o
modistas… se autoconcedieran el premio.
A diario llegan noticias de Venezuela teñidas de versiones
interesadas. No tengo idea de dónde nos colocan a los que pensamos que lo único
importante es evitar un baño de sangre. Que Maduro, su contrario y Trump
nos importan exactamente medio pimiento… Y que algunas narraciones que circulan
son aptas solo para grandes desconocedores de la Historia, lo que a estas
alturas debe significar: Aptas para la inmensa mayoría de las poblaciones.
Posiblemente esta civilización esté a punto de colapsar. En
el plano folklórico la crónica rosa tiñe otros aspectos de la vida pública. Si
para alguien es importante saber lo que va a votar Belén Esteban o Jorge Javier
o con quien se acuesta Albert Rivera…
podemos apagar. En un plano más serio, la variable medioambiental no acaba de
presidir todos nuestros actos, aunque nos cobren las bolsas de plástico a
precio increíble o que el movimiento de protesta contra esa falta de conciencia
esté empezando a calar en algunos países europeos entre grupos de adolescentes.
Hay días que puede parecer que uno amanece pesimista sin
ningún motivo personal para ello, con sol, buena temperatura y árboles en modo primavera anticipada, pero la
inteligencia artificial puede estar sustituyendo a la otra, a la natural, a la
de siempre y la charlatanería se impone sobre la conversación y determinados
sentimientos sobre los datos y las noticias falsas sobre las reales y tenemos
que llamar postverdad al embuste e historia contrafactual a las ucronías.
Para criticar la política exterior de los EE.UU, no hay
necesidad de recurrir a absolutos que niegan hechos cruciales de la Historia.
Discrepar del intento actual de Trump en Venezuela olvidando a Roosevelt en Sicilia o Normandía solo significa partidismo
interesado o ignorancia. Y volviendo a Colliure, y no escribo Collioure, solo una pregunta para quienes tienen edad
suficiente y el resto que pregunte a sus padres y madres: ¿Conocieron el uso
anterior del edificio de la Vía Laietana que atacaron? ¿Cuántos mantenían posición,
digamos, vertical?
Las respuestas sinceras podrían sorprendernos mucho. Tanto
como la cantidad de demócratas-de-toda-la-vida-desde-ayer
que surgieron después de aprobada la Constitución de 1978. Incluso radicales
y antisistema que no-se-habían-dado-cuenta
de en qué país vivían antes de noviembre de 1975.