En esta ciudad desde la que escribo y en la que nací, puede
parecer que el menos ilustre tiene entre
un B2 y un C1 de inglés. Hace mucho tiempo su anterior alcalde la incluyó entre
las ciudades inteligentes. Esa es una acepción de smart y seguramente no es la primera. Aunque pueda sorprender a
algunos, no conservo en mi nueva dirección ningún buen diccionario en papel,
salvo uno de la lengua vasca y me tengo que fiar de lo que aprendí en la
Escuela Oficial de Idiomas y de lo que aparece por la red que no siempre resulta fiable. Ahí tenemos el
caso de la concejalía de cultura y el uso de casco-helmet para definir una
parte de la ciudad. Casco
histórico/historic helmet, con un par y a Fitur nos fuimos con la etiqueta.
No sé si mis nietos consultarán alguna vez alguno de los
buenos diccionarios que manejaban sus abuelos, pero para ellos han quedado. El
caso es que smart tiene una acepción de elegante, bien vestido convencional, anterior a su acepción de inteligente. Así debería haber sido para el
señor de la Serna, pero se inclinó
por la otra y nos puso de smart-inteligente la sopa perdida. Alguna acepción de
rapidez también puede caber en el vocablo importado y eso no se lo vamos a
negar. Cinco meses después de haber abandonado su última silla pagada con
dinero público, el Ministerio de Fomento, parece que ha fichado por la empresa
con la que hicieron de Santander una ciudad inteligente. Elegante ya lo era.
Algunos hemos perdido horas buscando la plaza de aparcamiento libre de la calle
Gándara, pero quién va a reparar ahora en eso.
Encaramos la recta final del otoño con cierto barullo que
podría haber dicho el anterior presidente del gobierno, el jefe de la dimitida Cospedal. El que nunca se enteró de
nada y es posible creerlo. Empezamos semana con una muy poco frecuente huelga
de jueces y fiscales. Además de mejoras laborales, siempre lógicas y más
después de una austeridad/austericidio de dos lustros, creo que reclaman mayor y
mejor independencia. Y ahí si que podemos ir todos juntos pero, como tantas
veces, qué bueno sería predicar con el ejemplo.
También es semana reivindicativa de la igualdad más básica,
la que tiene por iguales a todos los ciudadanos, independientemente de su sexo
al nacer o de su opción posterior. Y esa igualdad debe tener como primer
peldaño la ausencia de violencia en el trato y el domingo es la jornada contra
esa violencia y, me puede estar sonando que la fragmentación también ha llamado
a la puerta de los movimientos de mujeres después del enorme logro del pasado 8
de marzo. Aquí hay actos el sábado y el domingo… Supongo que el morado/lila dominará en ambos. Puede que el movimiento francés contra los precios de los carburantes
haya escogido el color amarillo no por casualidad. Y cómo serán los pasaportes
británicos post-Brexit? Azules como los de antes. Ahora reivindicaremos el burdeos
como un color internacionalista. Que tome nota Borrell. Hay que lidiar Gibraltar. Otra vez.
Pero los listos, listos de verdad, sin traducciones
confusas, son quienes consiguen que una administración del Estado les autorice
una obra el mismo día que la solicitan. Pongamos la demarcación de Costas del
Ministerio de Fomento. Puede y suele coincidir que también sean elegantes. Si
te apellidas dos-en-uno, con guión
intercalado, tienes ya mucho avanzado. Si eso te ocurre en los dos apellidos y
no has llegado a jefe de gobierno… es posible que te falle alguno de los smarts
o que no estés interesado. Te vale con que lo público se ponga a tu servicio.
Hoy no voy a volver al diccionario pero entre escollo y escollera seguramente
que salía algo graciosillo.
Lo que pudo haber sido una gran noticia hace cuatro años,
llega ahora. Un poco tarde. Hoy se ha anunciado la confluencia de la izquierda
para las municipales en Santander. Smart/rapidez ahora. Todavía nadie de esa
confluencia ha explicado a sus potenciales
votantes la razón por la que no pudo ser en 2015. Y ahora, con el conflicto
interno en Podemos abierto en canal, incorporar a una parte, qué mensaje manda
a la otra? Según cómo se resuelva ese conflicto, la confluencia en la capital
podría dañar la regional?
Cíñome a las escolleras, curiosas excrecencias que le han salido a nuestra 'smart city' por aquello de tener/mantener una playa (otra más) donde la dichosa geología no lo dispuso. La subespecie homínida llamada 'santanderino' no se acostumbra a que La Magdalena sea una península rocosa, desnuda de arena frente al oleaje, y no se resigna a que el arenal tenga que ser repuesto una y otra vez, uno y otro año, como Penélope tejía/destejía de día y de noche, de noche y de día, una vez y otra y otra más. ¡Caro atrezzo, vive Dios! Para no abonar la factura, quiso algún homínido retener la arena mediante escolleras de roca, lo cual que para ver a la novia bien vestida -la roca guapa-, la rodeamos de madrinas feas -muchas rocas desnudas-. No tenía el santanderino bastante con El Sardinero: lo suyo es el 'smart'.
ResponderEliminar