Esta ciudad es consecuencia de su puerto. Desde hace dos mil
años. Desde que Augusto se cansó de los cántabros y de la guerra que le daban.
La ciudad y el puerto se han ido desarrollando juntos, no siempre con
cordialidad. El accidente más grave ocurrido en la ciudad, tras las pestes
medievales, que también llegaron por la mar, tuvo origen en el puerto. El vapor
Cabo Machichaco, de la compañía Ibarra, se hundió el 3 de noviembre de 1893
tras una explosión de una carga no declarada de dinamita. Causó cientos de
víctimas y arrasó los barrios más próximos a los muelles. Hoy, quizá mañana,
llega un barco a cargar explosivos a este puerto. O armas. O las dos cosas. También
los británicos recuerdan el 5 de noviembre por temas explosivos.
En 125 años no hemos aprendido totalmente lo que se puede
y/o se debe hacer. Este puerto comercia con armas y explosivos desde hace
muchos años. La novedad que aporta la naviera saudí Bahri, que opera desde
marzo en Santander para no soportar el malestar ciudadano que su actividad
provocaba en Bilbao, es traficar con un país que mantiene una guerra, -Yemen-
rompiendo los acuerdos internacionales suscritos por España sobre comercio de
armas y explosivos en esas situaciones. Las operaciones de estiba las realiza,
algunas veces, a muy poca distancia del Barrio Pesquero. No quiero imaginar que
se pueda repetir una catástrofe como la de hace 125 años.
Mantener ese comercio con Arabia le ha dado la oportunidad a
Pedro Sánchez de afinar una versión
2.0 del gato blanco/negro cazando ratones de Felipe González. Hay algo más que un peligro potencial para uno de
los barrios más densamente poblados de esta ciudad. Es el insoportable hedor de
las comisiones de un tal king. Se
habla, a veces, de una teocracia feudal con referencia a la monarquía saudí. Lo
nuestro es diferente.
A las autoridades portuarias les preocupa, mucho más que
esos tráficos ilegales, la presencia en las proximidades del puerto de un
puñado de personas que intentan alcanzar el Reino Unido sin visado y/o sin
pasaje. El puerto es una frontera exterior con líneas regulares con las islas
Británicas. Quieren elevar un muro entre la ciudad y el puerto para evitar que
de vez en cuando se cuele un polizón, uno al mes aproximadamente en el tercer
trimestre. A alguien le falta cordura por aquí y espero que no sea a mí.
Esta ciudad tiene una Universidad pública bien colocada en
diversas clasificaciones. No sé de qué especialidad es su rector. Probablemente
no es de Historia. Si lo fuere no hubiera dado las explicaciones que ha dado
para justificar la cesión del paraninfo universitario para un acto de Vox.
Debería preguntar en el departamento correspondiente lo ocurrido en las
universidades alemanas a partir del curso 1933/34. Incluso antes. Ser tolerante
con la intolerancia es ayudar a las utopías regresivas y/o reaccionarias, las que tienen el pasado como meta. Creamos
el fantasma y después lo cazamos. Válido no solo para migrantes.
Hay una nueva utopía con las fronteras abiertas. En casi
cualquier lugar se encuentran grupos ciudadanos que reaccionan contra tanta
sinrazón. En un pequeño pueblo del sur de Calabria, Riace, el alcalde,
desterrado por Salvini, denomina a
ese fenómeno la utopía de la normalidad. Puede que sea un iluminado. En
Andalucía ha habido algún alcalde parecido. Hace meses, ciudadanos de Calais en
el norte de Francia, tuvieron que echar el resto ante su prefecto para que no
les considerara delincuentes por facilitar comida o higiene básica a los más
desgraciados que se la juegan en el túnel para llegar a Gran Bretaña.
Como el lunes pasado estaba de vacaciones me he comido un
borrador que se titulaba Quid prodest? Ya
no hace falta… La guerra civil en Podemos Cantabria tiene vencedora oficial. Beria, Stalin, puede que incluso Robespierre deben estar avergonzados en
sus tumbas. Sopas con honda les han dado por aquí. Afortunadamente, tanto en
diciembre de 2015 como en junio de 2016, publicité mi voto y mi confianza en Rosana Alonso y no en su partido. Si
les vale mi consejo, lo único que pueden hacer los demás que negociaban listas
conjuntas con Podemos es apartarse de semejante infierno.
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