Estamos a una luna del invierno, de las navidades, del Boxing
Day y de las rebajas y acabamos de pasar por el Black Friday, prodigio de
importación que da lugar a bromas sobre todo lo que hemos ahorrado los que no
hemos comprado nada. El comercio, rasgo de identidad de la humanidad desde que
abandonamos las cuevas, los grandes movimientos de la balanza comercial, empiezan
a amenazar directamente la propia idea de Democracia. El Mercado y la Democracia,
opuestos teóricamente al control y la planificación que habían cargado con el déficit
democrático, se ven ahora en el papel del amante lesbiano. La privatización de
algún tribunal sectorial no es buena señal.
El sábado tuvo lugar en Santander una jornada de estudio y
debate sobre el mercado y la democracia, con el negocio de la guerra entre el escaparate
y la trastienda. Me ha parecido mejor el diagnóstico que las propuestas de
tratamiento y solo es una constatación. Hace un tiempo, quizá hubiera salido
del debate una propuesta de revolución mundial. Ahora es posible que los descontentos
simplemente estemos esperando a que su propia voracidad o el movimiento
feminista, objetivamente el adversario más sólido del sistema, enderecen un
rumbo que en los últimos decenios no ha hecho más que ir a peor. A peor para la
mayoría de la población mundial. O así se ve desde aquí pero puede ser que no
sea exacta esa visión.
Se habla de una cuarta revolución industrial, basada en lo digital,
que está cambiando el mundo en sentido negativo. Hace cuarenta años la robótica
supuso una esperanza de un trabajo mejor. Más cómodo. Mejor pagado… Solo hace
diez que todavía personajes como Sarkozy
apostaban por un sometimiento de la economía a la política. Gestores brillantes
de la cosa pública habían tratado de consensuar los dos aspectos: Soberanía pública
y gestión privada. Hace pocos días, tratando de digerir alguna ocurrencia de
ese nuevo PP de Casado, que para no condenar
el fascismo sugiere poner en el mismo paquete al comunismo, recordé a Renato Zangheri.
Alcalde de Bolonia cuando yo estaba en la Universidad, en
tiempos de Franco. Algunos distritos de la capital de la Emilia-Romagna recogían
entonces hasta el 80% de los votos para las listas del PCI. Su nombre junto a
los de Novelli o Fassino en Turín, y a los de cientos de
alcaldes en la mayoría de las ciudades del centro-norte de Italia, más tarde también
en el sur, incluyendo Roma y Nápoles o Palermo, eran de esa adscripción. La
obra de Zangheri tuvo algún papel en la cocina
del pacto que Guerra y Carrillo firmaron en 1979 y que llevó a
los principales ayuntamientos de España un nuevo aire democrático y progresista
¿Eso es lo que quiere prohibir el PP?
A ese nuevo PP y
sus posturas no tan nuevas sobre migrantes y aspirantes a refugio, habría que
recordarle el ciclo del agua -Evaporación/ Condensación/ Precipitación- ya que
el de la guerra no es muy distinto: Comercio de armas/ Uso de las mismas/ Huida
de la población afectada… Y llegan. Y tratan de entrar y… Cuando se habla de
los señores de la guerra ¿Incluye a los fabricantes de armas? La guerra como negocio
ha dejado de ser una ficción de los guionistas de Hollywood. En todo el Oriente
más cercano, donde la herencia de la I Guerra
Mundial y el reajuste de fronteras causado por la derrota otomana, más la creación
del Estado de Israel, la guerra es una
realidad cotidiana. Nazanín Armanian
afirmó, en la jornada citada, que de hecho eso es la III Guerra Mundial.
Queda una cubierta para todos estos problemas por si no fuera
ya suficiente. Si se teclea en Google climate change & cities
resultan alrededor de 174 millones de resultados. No nos queremos enterar. Un
nuevo doctor por la Universidad de Cantabria cerró el pasado viernes la brillante
defensa de su tesis doctoral con una viñeta de la historia del lobo y los tres cerditos. Pues eso, uno o
más lobos están llegando