Mientras algunos voceros peperos, cada vez con menos voz,
tratan de gritarnos lo bien que se ha marchado Mariano y lo alta que llevaba la
cabeza, sin querer darse cuenta de que no es lo mismo marcharse o que te echen,
una parte de la izquierda empieza a rivalizar con algunos ex ministros del PP
en advocaciones marianas. Así, la Amargura, las Angustias, los Dolores, para
acabar casi necesariamente en la Soledad, se van abriendo paso, no mucho, en
las redes sociales y en algunas de las publicaciones que en los últimos años
más crédito han ganado en el ámbito de la prensa libre, o sea, digital. Mucha
prisa para llegar a ¿dónde? La alegría es más revolucionaria que la tristeza.
No me baso en ningún profeta. Me gustaría mucho, pero mucho, que algún triste
me creyera.
Por aquí, por lo más cercano y no me gusta mucho tratarlo,
se revuelven asuntos que afectan a colegas, pero no solo a colegas. La
Educación es un servicio público básico recogido en la Constitución en la parte
noble -artículo 27- de los derechos
fundamentales. No voy a censurar ni un milímetro a ningún trabajador que crea
que le empeoran las condiciones de trabajo a cambio de nada. Todo mi respeto para las
decisiones individuales de los maestros. No puedo pensar lo mismo de colectivos a los que he
pertenecido o me he sentido muy próximo, como los sindicatos de los enseñantes.
Casi todos ellos ya tomaron partido manifiesto en el
reajuste de gobierno del pasado mes de septiembre. Todavía me parece
sorprendente. Ahora el recurso al presidente Revilla, el titular del Diario Montañés del sábado,… me tienen muy
confundido. El consejero Mañanes podría haber maniobrado mejor
en toda esta cuestión de horario y calendario. Pero no acabo de ver que la razón
básica no le asista. Y el presidente a lo suyo, a lo que cree que le deja más guapo en la foto. Me gustaría que el intento de arreglo en Primaria no acabe
dejando la Secundaria hecha unos zorros, o, ¿se van a separar los dos
calendarios? En Secundaria no hay jornada reducida en junio ni en septiembre.
Si ahora les recortan las vacaciones no es difícil pensar que no se quedarán
callados.
En cuanto al presidente, puedo afirmar, sin intermediarios,
que le resbaló absolutamente la
situación de un menor camerunés no acompañado. Desde un grupo de trabajo
ciudadano que trata de que no se vulneren derechos humanos básicos, intentamos
su mediación ante la vicepresidenta –cerrada en banda- No movió un dedo por Samuel. De eso ha pasado ya año y
medio. No ha habido hueco en la agenda presidencial para ese tema. Los jueces
han sido mucho más diligentes en este caso y hace meses resolvieron de manera
favorable al menor. Tampoco parece que ha pensado mucho, después de alardear de lo larga, siempre el tamaño, que ha sido su conversación con Pedro Sánchez, que aquí su embajador plenipotenciario es Zuloaga y Mañanes es de su equipo próximo.
La (con)moción de (la)censura mariana hizo que la semana
pasada olvidase un aniversario del que venía tomando nota desde hacía meses. Me
impresionó mucho cuando ocurrió. No sé si hubiese servido de algo respecto, por
ejemplo, a la escalada bélica en Vietnam, pero el pasado miércoles, 6, se
cumplieron 50 años del asesinato de Robert
Kennedy y cinco meses más tarde el elegido para presidente de los EE.UU fue
Richard Nixon y eso sí que marcó
algo más, aquella guerra y más cosas, incluyendo el cambio de política hacia
Pekín. No habrá que excluir que Trump
haga algo parecido con el norte de Corea mañana en Singapur. En la maleta lleva
alguna advertencia de socios tan próximos como Trudeau, Merkel o Macron. Si el G-7 se convierte en G-6, a él no parece importarle mucho. No en vano, su parecido con Woody
WoodPecker (Pájaro Loco)
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