Podría ser una traducción libre del próximo superventas
anunciado. He escuchado en directo a Michael
Wolff en la radio y apetece comprar Fire&fury.
Solo mi prevención a los superventas hace que hoy no tenga en la agenda esa
compra. Lo más acertado de la promoción: lo que cualquier adulto ha apreciado
en este primer año de mandato, Trump
es como un niño, a veces ya adolescente. Lo quiere todo y ya. Otro superventas
famoso. Me quedo con la versión de Queen.
Lo mejor de esa entrevista-promoción: No hay riesgo de
guerra. Ya lo hemos visto en Corea. Es demasiado vago el inquilino de la Casa
Blanca como para despachar con los generales, que son aburridos por naturaleza
y que a estas alturas de la civilización tienen unos conocimientos tecnológicos
directamente incomprensibles para la mayoría. Lo peor: Que nos lleve a la
guerra sin los generales.
La entrevista que me dio el título me dejó con dos
incógnitas personales. Una sobre la señora Clinton.
Ganadora en voto popular, no lo olvidemos, pero por tan estrecho margen que no
se tradujo en los votos del sufragio indirecto necesarios para haberse
proclamado presidente o presidenta. En la víspera electoral, lunes 7 de
noviembre de 2016, escribí en este blog: “De haber tenido derecho a voto, cómo a
veces he reclamado medio en broma, me hubiera resistido yo mismo a votar
a la contra? Clinton, con su pesada mochila, contra el monstruo.
Sinceramente no lo se”
Y sigo sin saberlo. ¿Perpetuar el sistema o pasar por el
infierno? -Trump es más que purgatorio- antes de ir al soñado paraíso… ¿Tiene
aplicación eso en este/estos país/es nuestro/s? Fugitivo del bipartidismo letal, pienso en las
dos últimas elecciones legislativas, diciembre de 2015 y junio de 2016, y el
resultado ha sido y es el que conocemos y las expectativas para el próximo
futuro… de color muy oscuro. La apreciación vale para todas las instancias:
Local, regional, estatal y europea que van a ir anunciando sus citas
próximamente. Mucho antes, en un par de semanas, atención a Italia.
Hay otra cuestión relativa al título mucho más personal y
delicada. Me apetece hacer público un arrepentimiento, pero añadido a la
imposibilidad de poner nombre, deja el arrepentimiento en un no-sé-qué. El titular se lo llevó en una
ocasión un compañero de trabajo. Salió de mi boca. Me tenía muy harto. Debíamos
trabajar al alimón en beneficio de una comunidad escolar y éramos muchos, la
mayoría, los que apreciábamos que boicoteaba lo que podía. En un centro privado
nunca hubiera ocurrido nada parecido. En uno público supongo que puede seguir
sucediendo. Se lo dije, eres tonto y vago. Y en mi posición, teóricamente de
superior jerárquico, con lo que eso pueda querer decir en la enseñanza pública,
fue una manifestación formal impresentable.
Tengo un enorme respeto por la gente que reza, incluso
cariño verdadero por los que anuncian que rezan por mí. Las redes sociales me
han procurado una conexión con Trump vía El Burgo de Osma y eso ya es una
novedad. Un amigo residente en esa población de la Soria despoblada, comparte
una publicación de alguien que a su vez publica un tuit de Sarah. En ese tuit la estudiante del instituto atacado en Florida
le pide al presidente que se guarde las condolencias y los rezos y que haga
algo por el control de armas. De paso, le llama, a su presidente, pedazo de mierda.
No recurro a traducir con el instrumento preferido por mi
ayuntamiento, un “you fucking price of shit” que no se entendía muy bien, ya ha
sido reinterpretado, price por piece y todo encaja. Los nervios del momento en
una adolescente que se dirige nada menos que a su presidente. Yo no me atrevo a
tanto con mi alcaldesa, la que cree que gobierna una ciudad de gente necia
porque no entienden las ventajas que les aporta el nuevo sistema de transporte
urbano inaugurado el pasado día 1 que para miles de vecinos tiene la virtud de
llevarlos del mismo sitio al mismo sitio que el 31 de enero tardando más y con
transbordo. Eso ayuda a disipar algunas dudas.
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