Dice una canción bastante conocida, que todo el mundo anda
de mudanza, all the people moving.... Yo llevo algunas en mi vida, pero después
de treinta años muy asentado, en los últimos doce meses me he apuntado dos
cambios y estoy todavía en los postres de la última. Ganancia en forma de
vistas a la bahía y en situación personal, ayudan mucho a esquivar los
inconvenientes. Que existen. El menor no haber escrito el pasado lunes a pesar
de ser el aniversario, muy apreciado, de la derrota nazi. A pesar de estar en
el reflujo de las elecciones presidenciales en Francia… O el martes, cuando ese
aniversario se celebra en Berlín y en Moscú, haciendo casi imposible que se
olvide la contribución soviética a aquella derrota…
Con todos esos pesares lo que se me quedó más en las huellas
digitales fueron unas declaraciones del presidente Rajoy, jueves o viernes de la semana pasada, creo que ante jóvenes con talento, no tengo imágenes. Son cosas del moving, que hay que empaquetar antes de
transportar y queda el tiempo muy justo para andar viendo telediarios. La radio
es otra cosa y permite escuchar y maldecir sin dejar de colocar el plástico de
burbujas a las copas de la abuela, que deben haber aguantado ya cinco movings
sin romperse ni una.
El caso es que presidente Mariano, haciendo alarde de que lo suyo es ya una doctrina
filosófica consolidada, defiende el saber
mirar para otro lado, creo que en dos contextos principalmente. Uno de
ellos el que va siendo una realidad cada vez más cruel, con algunas víctimas
mortales en los últimos años entre adolescentes que no han sabido o podido
mirar para otro lado. Lo que también se va imponiendo con etiqueta sajona como mobbing.
El acoso, en principio laboral, ha ido tomando proporciones
que colocan a quien recete mirar para otro lado en el campo de los más miserables.
Mucho más miserables que quienes miran para otro lado en el otro aspecto en el
que Rajoy es campeón, el de la corrupción. Han saqueado nuestro país de la mano
muy principalmente de sus colegas, altos cargos de su partido y de sus amigos,
colocados en puestos desde donde saquear o proteger a los saqueadores era pan
comido. Así hasta hoy, con señales muy perturbadoras que afectan a ministros y
otros altos cargos o, lo que es peor, con piezas básicas de la administración
de justicia ¿mirando para otro lado? No. Directamente interviniendo para ver si
el roto no gana al descosido…
El asunto de la corrupción de la familia Pujol merece una entrada extra en este
blog. Al fin y al cabo viví el final del franquismo, la transición y el
principio del felipismo en aquellas tierras. Cuento con imágenes directas de
aquel padre de la patria y de una
familia podrida de dinero ajeno si se demuestra todo lo que la policía y la
justicia van poniendo sobre la mesa.
Pensamiento líquido, post verdad, historia contrafactual, series
televisivas que normalizan las conexiones entre políticos y mafiosos de diverso
pelo y gafas de realidad virtual ¿qué nos queda para el día a día real? La
receta del que jugó al tontito de la clase, probablemente acosado en su colegio
de pequeño, como tantos otros y que predica, ya de muy maduro, seguir con su táctica
de siempre: esconderse, disimular, negar las evidencias, o todo lo contrario: empeñarnos
cada vez más en darle la vuelta al sistema. No es asunto ideológico, es de
honradez.
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