¿Ya han pasado 30 años de lo de Reinosa? Mi nieta cumple hoy seis meses. Debería mandarle una
entrega dedicada, además anda acatarrada, pero me temo que no tengo optimismo
suficiente. Estuve hace unos días en un acto, uno más, de los que tratan de
rescatar del olvido asuntos que pueden parecer inconvenientes. Y sí, han pasado
ya treinta años de aquella primavera que calentó uno de los lugares más frescos
de la geografía regional. Era mi primer curso en Cantabria, recién retornado de
Barcelona. Tengo memoria para recordar, en dos días distintos, la N634, no
había un kilómetro de autopista entre Santander y Laredo, mi recorrido diario,
con la vieja carretera nacional convertida en la retaguardia de un frente de
guerra, por la cantidad de vehículos de la Guardia Civil, de distinto tipo, que
rodaban hacia… Reinosa.
De acontecimientos con categoría oficial de históricos se
cumple ahora el centenario. En el final del invierno de 1917, el mundo aterrado
por la guerra contempló como esta se recrudecía camino de su final. La
revolución en Rusia y el alivio para los imperios centrales de la liquidación
del frente oriental se compensó con la entrada en la guerra de los EE.UU. La
inteligencia alemana falló en el intento de involucrar a un México también sacudido
por la revolución…
En lo que a veces parece que el tiempo es inmutable es en la
actitud de los sectores más integristas de algunas confesiones religiosas.
¿Engañan las apariencias? Todavía no han pasado cincuenta años del escándalo
producido por las esculturas de la plaza Porticada. Dos desnudos. Masculino y
femenino. Ahora el autobús del integrismo pregona, con objetivo torcido, que
los niños tienen pene y las niñas vulva. Bueno, es un paso. En la época de las
esculturas de la Porticada pene y vulva eran palabras prohibidas. En esa época, en
los ejercicios espirituales se narraban las calamidades, físicas y psíquicas,
derivadas del sexo. Fundamentalmente del sexo en solitario. El sexo en
compañía, fuera del sagrado sacramento, era milagroso…
Estoy razonablemente satisfecho de mi actividad en los
movimientos sociales. Descartado hace muchos años un activismo más político, la
acción social cubre algún gusanillo: amor al prójimo, solidaridad, rechazo de
las injusticias,… todo es cercano aunque
hay quienes se empeñan en marcar diferencias. También sería un autoengaño no
confesar que hay algunos sinsabores en ese frente. Uno puede estar
relativamente satisfecho del éxito de una acción que ha implicado mucho trabajo
durante semanas a muchos compañeros y esa misma tarde algún ciberactivista, sin
despeinarse, trata de amargar ese éxito relativo en las redes sociales. Aquí
decimos que así están pinados los bolos.
Es lo que hay se debe entender al sur
de la cordillera.
La actividad del sábado pasado en más de 60 ciudades
españolas tenía relación con la mayor catástrofe humanitaria que azota Europa
en setenta años: La crisis de los refugiados, el incumplimiento por parte de
los estados europeos y de la UE de sus compromisos, del derecho internacional
en definitiva. La escala, la más próxima al ciudadano, implicar a los
ayuntamientos, facilitar a los gobiernos regionales y al central su compromiso
de acogida. Desolador que desde las proximidades del poder local no se distinga
entre la institución y el partido o partidos que en cada momento gobiernen. El
poder local, la alcaldesa, en Calais, en el norte de Francia, del partido
conservador, ha prohibido donar alimentos a los africanos que sobreviven como
pueden en sus calles. También ha advertido a una organización católica que
facilitaba duchas a esas mismas personas ¿Cuál es el paso siguiente?
Es el final de lo que hace tiempo algunos creímos posible:
una Unión Europea líder en valores, ejemplo mundial de bienestar para todos.
Pero incluso así hay africanos que mueren a diario intentando llegar a Europa.
Una situación que no podrá sostenerse de manera eterna. Ahora, las autoridades
comunitarias se van a emplear a fondo para el retorno de la inmigración
irregular. Seguramente con mucho más celo que el empleado en acoger a quienes
tienen derecho a solicitar refugio por huir de un conflicto, de una
persecución… Vamos a emplear el optimismo que le quede a cada uno en situarnos
dentro de cincuenta años y pensar que ocurrirá con esta crisis como ha ocurrido
con penes y vulvas.
Felicidades, abuelo.
ResponderEliminarParece mentira que YA sean 6 meses.
Olivia, y tu medio año cayó en lunes. Tu abuelo, por supuesto, empezó su blog contigo.