Los jurados de los premios Nobel de la Paz
algunos años tienen el síndrome de la prisa, otorgan el premio de forma precoz. Y
dicen que ocurre exactamente lo contrario en casi todas las demás
especialidades del premio. Que algunos científicos o literatos merecedores, se mueren antes de
que se acuerden de ellos. Ser jurado no es fácil. Juzgar casi cualquier cosa
que hagan otros no es fácil. Ser miembro de un tribunal de oposiciones es de lo
peor que le puede pasar a los integrantes… Corregir un examen... Pero ver en la lista del premio a
gentes como Kissinger, Menachem Begin,
Isaac Rabin, … Por no ir mucho más atrás a buscar…
Hay demasiados norteamericanos entre los premiados.
Fundamentalmente demasiados presidentes norteamericanos. En 1906 se lo dieron
al primero de los Roosevelt, Theodor,
que parece que medió muy bien entre rusos y japoneses el año anterior. Por su
actuación en el conflicto hispano-estadounidense de 1898 hubiera sido más
difícil premiarle en nombre de la paz.
A Obama le dieron
el premio en 2009… cuando no llevaba un año en el cargo… a eso me refiero con
las formas precoces. Ahora que se despide ¿Se lo daríamos? Y mira que componen
una familia simpática y tal, pero que no me parece que el mundo esté mejor que
hace ocho años- cuando llegó al cargo, Siria era... pero allí no había guerra- Que su poder no es el del presidente de la comunidad de vecinos del mil y
pico de la avenida Pennsilvania.
La entrega del premio esta semana al presidente colombiano Santos también toma ese camino. Es
cierto que todo podía haber ido bien y merecerlo- ¿alguien del otro bando también?- pero al final no
ha sido así. Quizá se podía haber esperado. Más o menos el mismo día del fallo
del premio leo una tribuna en la prensa local de alguien que no conozco y que
probablemente tiene su órbita en una galaxia distinta a la mía.
Este verano pasado, la sociedad civil de esta ciudad, que no
es muy dada a casi ningún tipo de manifestación, presionó lo suficiente como
para que otro premio, la medalla de honor de la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo no se le entregara al mayor defensor del no a la paz en Colombia, el ex presidente Uribe. Pues en la columna citada se habla de los muchos amigos que
tiene en la ciudad, y como se le aplaude cuando va a cenar al Riojano, y los
encuentros tan amistosos que mantiene con el ex presidente regional Diego y con algunos ejemplares más de
alguna nata rancia. Solo encuentro una explicación. Pero ya está dada en este blog
el pasado 3 de julio.
http://robertoruisanchez.blogspot.com.es/2016/07/la-santa-mafia.html
He dejado diversa constancia de que los premios, en especial los que tienen un componente "artístico" o "filosófico", entrañan graves problemas de arbitrariedad, bobería y compadreo. Esto es manifiesto cuando se habla de Literatura, Artes Plásticas o Cinematografía, pues todas ellas son búsquedas de la BELLEZA, algo en rigor inefable y desde luego no cuantificable por un sistema de "votación". Sin embargo, aunque ni los "expertos" puedan enjuiciarla, la belleza es un BIEN, un objetivo irrefutablemente noble.
ResponderEliminar¿Es la "paz" algo semejante? De ninguna manera. Si algo enseña la peripecia de Homo sapiens, es que paz y guerra no son aspiraciones ni perpetuas ni incondicionales. Hay sociedades "guerreras", como circunstancias que "obligan" al combate, igual que hay períodos "pacíficos" que se interrumpen cuando el vecino viene a joder el seto.
Que Menahem Begin tenga un Nobel de la Paz es tan absurdo como sus medallas como Señor de la Guerra. Con manga muy, muy ancha, hasta cabría admitir que ambos premios estuvieron justificados, en su día y circunstancia. Que Arafat haya sido Maestro de Terroristas Artificieros y asimismo Nobel de la Paz tampoco dice mucho de él: más bien habla de lo idiotas que fueron sus secuaces, primero, y sus palmeros, después.
En cuanto a Uribe, me cuenta un colombiano que a su padre (al de Uribe) lo asesinaron las FARC, y que él se juró joderlas vivas si algún día llegaba a mandatario. Y llegó, y las jodió. ¿Es censurable? No debería de serlo en la lógica guerrera de las propias FARC, pero esto a veces es muy extraño. De etarras hubo menos fusilados por Franco (menos, muchos menos) que de concejales democráticos asesinados por etarras. Para mí que algunos no entienden qué cojones es la guerra, quién la libra y con qué consecuencias.
Si. Si. Empezar una guerra parece más fácil que finalizarla. Si lo que te cuenta tu conocido colombiano es que a Uribe le inspira un espíritu de venganza ... Supongo que has leído a Héctor Abad Faciolince. Hay muchas posturas posibles ante un proceso de paz. Yo me implicaría sin dudarlo. Una mala paz es mejor que cualquier guerra
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