(Celia, Soraya… Marta) Ya he decidido mis votos.
Uno para el Senado, probablemente inútil,
es para una mujer de casi 80. De rancio apellido vinculado en esta tierra a
todas las luchas sociales, las de los trabajadores y las de las mujeres. Su
hermano Ramón, padre de cuatro hijas
y de Ramonín, fue detenido, torturado y encarcelado al final de los 60. Después
vivió en Barcelona. En su casa de la calle Industria conspiramos alguna vez los
desterrados de esta tierra. Desterrados por diversos motivos con un común
denominador: la falta. Falta de Universidad, de puestos de trabajo, de acciones
culturales y artísticas, muchas faltas. Más que ahora. Tampoco había libertad.
Libertad que en Barcelona se vendía algo más barata. Voy a votar a Marta Peredo, que también tuvo proceso
en el TOP franquista, y que va en una lista cuyo primer anuncio televisivo me
ha puesto tierno con algunas de sus imágenes pero es que lo dicen explícitamente: “nos
emocionan los mismos recuerdos”
Desde que volví a residir en esta circunscripción, donde
solo elegimos 5 diputados, he votado demasiadas veces agarrado a la papeleta útil para el Congreso. Voy a
ir a votar con la camiseta verde de mis compañeros de la enseñanza
pública. Por eso no voy a poder votar lo mismo que en las últimas ocasiones. Si
hemos llegado a donde hemos llegado, además de por la falta de un pacto
educativo, y las sucesivas leyes que han tratado de ordenar el sistema, ha sido
por la insostenible doble red de centros. Con la Iglesia católica en la trastienda y su posición
intocable, en eso el PSOE se ha diferenciado muy poco del PP.
Tomé esa decisión hace unos días visitando a O. O,
es su inicial verdadera, es conserje en un instituto de la ciudad y forma parte
de una red de colaboradores para la venta de lotería navideña de una ONG que
lucha en todo el mundo por los derechos humanos. Mañana, 10 de diciembre, es el
67 aniversario de la declaración universal. O tiene pocos meses menos que yo. Se va a jubilar. Tuvo que
abandonar la escuela a los 12 años, eso era 1962/63, para entrar a servir en el
domicilio de un profesional de cuyos
hijos se hizo cargo y que no cotizó por ella, lo que hace que ahora
tenga que trabajar unos meses más para no ver muy mermada su pensión. No es una
historia del siglo XIX, ni de principios del XX, lo que podría llevarme a
hablar de experiencias familiares. O
nació el mismo año que yo. No me importa repetirlo.
No Celia, no. Ni
con tacos te lo compro. La corrupción de compañeros de partido te joderá mucho pero piensa lo que nos jode a los que no somos de ese partido
ni de ninguno. No Soraya, no. Ni con
estúpidas comparaciones futbolísticas te lo compro. Sobre el sufragio indirecto
hay una entrada en este blog hace poco más de 6 meses. http://robertoruisanchez.blogspot.com.es/2015/05/el-sufragio-indirecto-en-el-espejo.html En el debate del lunes la vicepresidenta se descolgó con un
símil futbolero imposible. Mi abuelo Julio
le hubiera dicho “¿Y tu eres la lista?” que era lo que soltaba a sus nietos cuando alguno le defraudaba jugando
al tute.
Y mientras, a diario, sin respetar ni la campaña oficial,
siguen conociéndose datos de la corrupción que desmienten a Soraya y a Mariano.
Si tratas a los demás, a todos los demás, como si fueran tontos, es más que
probable que el poco listo seas tú. Tanto el exconsejero de Madrid Manuel Lamela, tan cercano al comisario
Cañete, como el actual embajador en
la India Gustavo Manuel de Arístegui
y San Román, últimos aldabonazos del estar en política para forrarse, nacieron cuando O tuvo que
dejar la escuela. ¿Saben de lo que hablo? Por eso su partido juega con el lema electoral: España en serio. ¿Hasta ahora era broma? Gila y el que no aguante bromas que se vaya del pueblo
Supongo que
antes del 20 tendré ocasión de comentar a quien voto para el Congreso. Su
número 1 ya lo sabe y también sabe que mi voto es para ella,
personal. Ahora, además resulta que puede ser el voto útil para quienes rechazamos la acción del gobierno de la última legislatura. Dos en uno.
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