Después de la última entrada, al alba, tenía previsto haber hecho un recordatorio de una huelga
general que al PP pareció gustarle y seguramente
es la única vez que eso ha ocurrido. Puedo recordar a Esteban G Pons (nada que ver con ningún plan de belleza) de piquete
informativo mediático en las vísperas, cuando Cospedal perdía la voz gritando que esto /país/ estado/nación/ era Grecia… Puede parecer de otro siglo pero
solo ha pasado un lustro. Claro que ZP
se había convertido en peluche de pimpampum,
había reducido el sueldo a los empleados públicos mientras el gobierno regional
de Cantabria, por ejemplo, subvencionaba la compra de coches, de sofás y de… y
empezaba a llover lo que todavía no ha escampado.
Eso, hace un par de semanas, también era un momento en que
creo que a muchos, probablemente la mayoría de ciudadanos, al menos los
residentes en las otras 46 provincias, nos empezaba a fatigar más que una
travesía de los Picos de Europa, no ya la campaña electoral, felizmente pasada,
pero si los análisis posteriores. He apagado la radio en más de una ocasión en
esos últimos días del mes pasado. Y la radio sigue siendo para mí la jalea real
de la información, pese al FordK semi regalado y al Merka mueble que no se si está en Cuatro Caminos dirección
Bezana o en Bezana dirección Cuatro Caminos, sin mencionar los asientos
traseros con niños mal abrochados.
Y en un abrir y cerrar de ojos, bueno un par de semanas no
es eso exactamente pero en un año hay 52, o sea que es el pico sobrante, en esas
dos semanas casi todo se ha arreglado. La pericia del poder ejecutivo en
alianza con el judicial han montado un espectáculo en Barcelona que culmina
mañana, 15, Santa Teresa, la del éxtasis de Bernini y quién sabe que hierbas
más, con Artur Mas elevado al altar
de Companys. Nadie pudo imaginar
dislate mayor. Ayer ya se ha visto en Barcelona el encuentro de la mayoría de
catalanes, los del si si, y los del si no, de hace un año. La inmensa mayoría que quiere decidir, y yo
también… mi vocación didáctica tiene que esperar, pero cualquier semana de
estas me descuelgo con un intento de aclarar que /país/ estado/nación/ no es lo
mismo. Ojo, intento.
Confirmo en la Wiki que Chejov
hace un siglo que ha muerto y Louis
Malle veinte años, que solo en los tangos no son nada. Y es ahora cuando
Mariano se ha ido a la 42. En mi primer viaje a New York vi la sede de la ONU
desde el río, en un crucerito que daba la vuelta al sur de Manhattan desde el
muelle 17 en el Hudson justo hasta la 42 este, y vuelta. No me acerqué por
tierra. No recuerdo si yo estaba muy reivindicativo contra la ONU en agosto de
1988 o era el calor insoportable. Siete años más tarde, en mi segunda y última
visita a esa enorme ciudad, en excursión juvenil desde la periferia de Boston,
si que llegué al edificio que ya en su gestación estuvo a punto de necesitar
cascos azules para calmar a Le Corbusier
y Niemeyer a punto de enzarzarse.
Espejo de aquel mundo de final de los
40…
El edificio sería la joya de la arquitectura del siglo XX en
cualquier otra ciudad pero justo en New York, aunque destacado, no deja de ser
uno más. Ya me hubiera gustado que pudiera ocupar el lugar del adefesio de
Pedreña, por poner un ejemplo. Pero Franco
y la ONU no tenían una buena relación en aquel momento. Ni buena ni mala. No
tenían. Ellos tenían UNO, nosotros dos (el mejor chiste del régimen)
Y ahí me he quedado. Boquiabierto como sale él cuando el
fotógrafo le quiere poco. Demostrando que el conjunto intersección de los
lectores de Marca y de Chejov no está vacío. Sus últimas declaraciones sobre
las exportaciones o la vajilla familiar, que entroncan con las de la fruta de Ana Botella… ahora que el cuñadismo también ha llegado a la publi, seguros de El Corte Inglés, de
nada, los millones de bilingües de aquel
enorme país seguro que no se lo creen y que dudan de su conocimiento del
castellano. ¡Pobre tío Vania! tío Mariano presidiendo el Consejo de Seguridad.
Demostrando que todo es posible. Y que si el más tonto hace relojes…por qué no
va a presidir, aunque sea como reina por un día, la ONU. ¡Viva el vino!
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