miércoles, 14 de octubre de 2015

Mariano en la 42



Después de la última entrada, al alba, tenía previsto haber hecho un recordatorio de una huelga general que al PP pareció  gustarle y seguramente es la única vez que eso ha ocurrido. Puedo recordar a Esteban G Pons (nada que ver con ningún plan de belleza) de piquete informativo mediático en las vísperas, cuando Cospedal perdía la voz gritando que esto /país/ estado/nación/ era Grecia… Puede parecer de otro siglo pero solo ha pasado un lustro. Claro que ZP se había convertido en peluche de pimpampum, había reducido el sueldo a los empleados públicos mientras el gobierno regional de Cantabria, por ejemplo, subvencionaba la compra de coches, de sofás y de… y empezaba a llover lo que todavía no ha escampado.

Eso, hace un par de semanas, también era un momento en que creo que a muchos, probablemente la mayoría de ciudadanos, al menos los residentes en las otras 46 provincias, nos empezaba a fatigar más que una travesía de los Picos de Europa, no ya la campaña electoral, felizmente pasada, pero si los análisis posteriores. He apagado la radio en más de una ocasión en esos últimos días del mes pasado. Y la radio sigue siendo para mí la jalea real de la información, pese al FordK semi regalado y al Merka mueble  que no se si está en Cuatro Caminos dirección Bezana o en Bezana dirección Cuatro Caminos, sin mencionar los asientos traseros con niños mal abrochados.

Y en un abrir y cerrar de ojos, bueno un par de semanas no es eso exactamente pero en un año hay 52, o sea que es el pico sobrante, en esas dos semanas casi todo se ha arreglado. La pericia del poder ejecutivo en alianza con el judicial han montado un espectáculo en Barcelona que culmina mañana, 15, Santa Teresa, la del éxtasis de Bernini y quién sabe que hierbas más, con Artur Mas elevado al altar de Companys. Nadie pudo imaginar dislate mayor. Ayer ya se ha visto en Barcelona el encuentro de la mayoría de catalanes, los del si si, y los del si no, de hace un año.  La inmensa mayoría que quiere decidir, y yo también… mi vocación didáctica tiene que esperar, pero cualquier semana de estas me descuelgo con un intento de aclarar que /país/ estado/nación/ no es lo mismo. Ojo, intento.

Confirmo en la Wiki que Chejov hace un siglo que ha muerto y Louis Malle veinte años, que solo en los tangos no son nada. Y es ahora cuando Mariano se ha ido a la 42. En mi primer viaje a New York vi la sede de la ONU desde el río, en un crucerito que daba la vuelta al sur de Manhattan desde el muelle 17 en el Hudson justo hasta la 42 este, y vuelta. No me acerqué por tierra. No recuerdo si yo estaba muy reivindicativo contra la ONU en agosto de 1988 o era el calor insoportable. Siete años más tarde, en mi segunda y última visita a esa enorme ciudad, en excursión juvenil desde la periferia de Boston, si que llegué al edificio que ya en su gestación estuvo a punto de necesitar cascos azules para calmar a Le Corbusier y Niemeyer a punto de enzarzarse. Espejo de aquel mundo de final de  los 40…

El edificio sería la joya de la arquitectura del siglo XX en cualquier otra ciudad pero justo en New York, aunque destacado, no deja de ser uno más. Ya me hubiera gustado que pudiera ocupar el lugar del adefesio de Pedreña, por poner un ejemplo. Pero Franco y la ONU no tenían una buena relación en aquel momento. Ni buena ni mala. No tenían. Ellos tenían UNO, nosotros dos (el mejor chiste del régimen)

Y ahí me he quedado. Boquiabierto como sale él cuando el fotógrafo le quiere poco. Demostrando que el conjunto intersección de los lectores de Marca y de Chejov no está vacío. Sus últimas declaraciones sobre las exportaciones o la vajilla familiar, que entroncan con las de la fruta de Ana Botella… ahora que el cuñadismo también ha llegado a la publi, seguros de El Corte Inglés, de nada, los  millones de bilingües de aquel enorme país seguro que no se lo creen y que dudan de su conocimiento del castellano. ¡Pobre tío Vania! tío Mariano presidiendo el Consejo de Seguridad. Demostrando que todo es posible. Y que si el más tonto hace relojes…por qué no va a presidir, aunque sea como reina por un día, la ONU. ¡Viva el vino!


No hay comentarios:

Publicar un comentario