La cronología es una ciencia bastante exacta. Hay pocas
dudas sobre cuando se dieron determinados hechos históricos. Sus causas y
sus consecuencias ya nos dividen, empieza a perderse el consenso. Los embarazos
tienen una cronología propia y bastante exacta y si se mezclan con la Semana
Santa, con la Pascua y la Feria, feria en singular solo hay una, la
contabilidad de domingos hábiles, una vez que el óvulo está fecundado, desde
que disuelves el Parlamento hasta que puedes convocar elecciones, te lleva a coincidir
con un Barça-Madrid, y así no hay manera.
Regate de Benzema,
incremento del voto en Jaén para… tiro al palo de Ronaldo, diputado en Granada para IU, casi gol de Messi, victoria de Podemos en Cádiz
capital… la presidenta Diaz tiene
los mismos escaños que el día de Nochevieja y su socio de gobierno menos de la
mitad. Ahora vendrán las interpretaciones. Los hechos son los que son. Y el
batacazo del PP, no es hora de recordar el optimismo de la
vicepresidenta #Sorayamirabonita, puede
ser lo más destacado de la jornada. Rajoy
se ha metido en esa campaña tanto como Díaz. No ha ganado mucho. También su
equipo de fútbol perdió ayer.
Ahora que la confusión nos ha invadido y que no está claro
si nos gobierna una ONG confesional como Cáritas
o que los responsables del PP tienen muchas caritas, incluyendo al ministro de
Hacienda, no está de más bajarse a la escala local y a la luz de la sentencia
que da la razón a los vecinos del edificio incendiado en la calle Tetuán frente
al estilo de este Ayuntamiento, el único de semejante tamaño poblacional que no
ha conocido alternancia política en los últimos 36 años, ni en los 40
anteriores, contrastar, en un marco más en general, las relaciones que se han
ido estableciendo entre los ciudadanos y las administraciones públicas.
La sensación de que un ciudadano es una especie de vaca
lechera a la que ordeñar cuanto más mejor, y que además es potencialmente un
delincuente y sospechoso de vulnerar todas las leyes que puede, se ha ido
imponiendo poco a poco. De ahí también la reacción que en este momento se está
produciendo contra quienes ostentan cargos de representación. Y no siempre fue
así. Restaurada la democracia hubo, sobre todo en la administración local,
auténticos líderes cercanos a los ciudadanos. Alcaldes de Madrid, Córdoba,
Barcelona, La Coruña, Vitoria, Bilbao… pudieron parecer estrellas de cine, en
un momento dado, respecto a su popularidad. Personalmente tengo un hito en mis
numerosas reclamaciones en el terreno del consumo responsable.
El Ayuntamiento de Barcelona, en 1984, me devolvió el
importe de un servicio de grúa no solicitado. No digo que me lo pusiera fácil
pero en la propia vía administrativa me dieron la razón. Hoy no me lo puedo
imaginar en ninguno de los más de 8.000 municipios que seguimos teniendo.
Aunque nos cueste dinero, todo nos cuesta dinero a los ciudadanos, la derrota
del equipo de gobierno municipal frente a los vecinos de Tetuán, es una
victoria de todos. Yo al menos la siento como propia. Por eso me duele no haber
visto a ningún dirigente en la representación teatral que puso ayer el cierre
al festival de teatro independiente en la sala Miriñaque.
El título es otro pero podía haber sido como la vida misma. En una ciudad en la que no solo se
pelean los de formaciones contrarias, si no que la gran batalla se da entre
familias diversas de una formación sin estrenar, quiero recordarles que, al
menos en mi opinión, si el alcalde sigue siéndolo después de tantas
irregularidades, ellos adquieren una responsabilidad enorme. No es que
estuviese muy optimista hace poco más de un mes pero hoy todo está aun más
difícil. Yo voy a insistir hasta el último minuto.
Identificar Andalucía con corrupción es una bobada, claro, pero tampoco cabe obviar que es un territorio fértil para el clientelismo. Seguramente hay antecedentes históricos en el caciquismo, y antes en el feudalismo y quizá pudiéramos remontarnos a sociología de la Bética romana. Vale. Todo eso está muy bien, pero los que HOY pagamos impuestos (andaluces y no andaluces) bien pudiéramos estar hasta los mismísimos de cierta forma de entender la política in aeternam.
ResponderEliminar¿Son los andaluces más mostrencos que gallegos, castellanos o valencianos, que votan al PP forever? ¿Son más censurables que catalufos o vascuences, cuyos nacionalismos han trincado sol y playa? No, no es esto, como diría Ortega, pero tampoco es lo otro, digo yo.
La presidenta de Andalucía convocó elecciones anticipadas "contra sí misma", por motivos más bien dudosos. Lo hizo, además, en funesto clima de corrupción económica y moral. ¿Le ha costado algo? No. La factura la han pagado otros, quizá con razón, pero ella se ha ido de rositas.Han votado los mismos (en total) y los mismos socialistas (en particular). Como si nada ocurriese. Y a lo mejor es cierto, que no ocurre nada.