No me refiero al histórico papel interpretado por Yul Brinner, Taras Bulba, ni a la
plantación de lo que el viento se llevó, ni a la deficiencia que presentan
algunos productos manufacturados, lo que hace que se rebaje su precio aunque
sea muy leve el defecto. Ni a la obligación que al final de los 50 o primeros 60 se impuso para pintar en los camiones el peso del vehículo vacío junto a la carga
máxima autorizada, probablemente en la primera acción seria contra el fraude en
el transporte. Ese pudo ser mi primer encuentro con ese vocablo a través del
Ford de mi tío Santiago. Un día hubo
que pintar eso en su amura de estribor si no recuerdo mal.
Hasta que no se encuentre la segunda caja negra del Airbus
de German Wings, o hasta que la autoridad judicial francesa no lo proclame, y
todavía no lo ha hecho, no voy a ser yo el que afirme que el copiloto del avión
estrellado era un tarado. Sin embargo no me cuesta nada afirmar que ha habido
mucho tarado alrededor de ese accidente. Tanto en twitter como en facebook
a los pocos minutos de producirse la noticia se pudo ver mucha tara mental en
acción. La de los que deseaban que hubiera catalanes o franceses entre las
víctimas. El que añadía a los panchitos… o quienes se quejaban
amargamente ante tele5 por haber retrasado un programa de tele basura… Una
panorámica de la vergüenza nacional que seguramente también forma parte de la #marcaEspaña y que parece que puede
estar investigando la fiscalía.
Y si, la tara de la semana, en mi modesta opinión es el
conjunto de modificaciones legislativas que el pasado jueves aprobó el Congreso
de los Diputados con los votos del PP, es importante destacarlo, solo con los
votos del PP, y que cuando entren en vigor podría costar un disgusto a quien se
atreva a decir que eso es una obra legislativa de tarados. En primer lugar por
no haber recogido más apoyos y por haber conseguido que se acuerde por parte de
todos los demás –otro asunto será ver si cumplen la promesa- que se derogará en
cuanto el PP deje de tener mayoría absoluta lo cual parece que puede ocurrir en
las próximas elecciones legislativas.
Pero hay muchas más razones para pensar que la modificación
del código penal y la nueva ley de seguridad ciudadana es obra de tarados, de
tarados que no confían lo que se dice nada en los administrados. De
representantes que en el mismo momento en que son elegidos se pasan al otro
lado. Eso es lo que tiene que terminar de una vez en España si queremos volver
a ser una sociedad apreciada en nuestro entorno. Si la misma ONU empieza a
poner pegas a nuestro ordenamiento jurídico, el carrerón hacia el pasado ya no
es sostenible. En un par de años se cumplirá el 70 aniversario del boicot que
los países de esa organización, recién fundada, hicieron al régimen político
que entonces nos gobernaba. Duró lo que la guerra fría permitió y dio lugar a
aquello de si ellos tienen UNO
(siglas en inglés) nosotros DOS.
Ustedes ya me entienden y el dictador tenía
voz de flauta.
Tengo que consultar con el abogado que todavía no tengo. A
ver, cuando la ley esté plenamente en vigor yo no podré decir que me ha
parecido que la cara del presidente Rajoy
en la ceremonia de Seyne les Alpes, ojo, que me ha parecido, que no era una
cara que demostrase un saber estar, que era más bien una cara de bobalicón? O
que la sonrisa de la vicepresidenta venía a demostrar que están compitiendo
entre los dos cargos más altos del gobierno en esa misma carrera? ¿Tienen que
aguantar eso los familiares y amigos? Y
si lo sigo opinando, ¿me lo tengo que callar? Este blog y otros miles y casi
todas las publicaciones importantes van a perder todo el interés, poco o mucho
que tengan ahora. Desde hoy me suscribo al no
hay mal que cien años dure