La comunidad más numerosa del planeta ha celebrado la
entrada en su año nuevo y yo he estado a punto de no enterarme. No es que todos
los chinos me parezcan iguales pero tampoco he aprendido a distinguirlos. Hay
otro año nuevo que empieza esta semana y que se va a alargar hasta
Navidad. Es nuestro año electoral repleto de citas y con mucha posibilidad de
novedades en los resultados que se traduce en campañas, ya iniciadas de hecho,
más movidas de lo que estábamos acostumbrados.
Un corresponsal extranjero ha bautizado el debate sobre el
estado de la nación que se tiene que desarrollar esta semana en el Congreso de
los Diputados como el final del #botellónbipartidista. Y es muy
difícil expresarlo mejor. Empezando por el nombre, que le debe rechinar a unos
cuantos millones de ciudadanos españoles que creen, algunos con mucha firmeza,
que ellos pertenecen a otra nación, lo cual no indica necesariamente que
quieran pertenecer a otro estado. A aclarar ese lío yo ya he renunciado, pero
la solución federal tampoco acabo de creer que sea la solución.
Y además, citar Congreso de los Diputados en un 23 de
febrero, solo se me puede ocurrir a mí. También es cierto que rebautizar el
asunto como el debate de las naciones nos podría situar en un western con sioux
o apaches a un lado, y los cuchillos largos al otro y a esos últimos mejor ni
mentarlos, o en alguna sesión de la ONU, quizá la del alto comisionado que ha
enjuiciado con tanta severidad las nuevas leyes con las que parece que se va a despedir
del gobierno de España el PP.
Volviendo al corresponsal extranjero que me parece que ha
acertado en el bautizo de la fiesta de esta semana en nuestra cámara baja, el
crecimiento ahora de la opción moderada de Ciudadanos, frente a la
supuestamente radical de Podemos, pone a todos fuera de su marco de referencia.
Es más que curioso que tanto la vicepresidenta como ese enorme cómico que se
perdió el club del asunto, Floriano,
traten de arremeter ahora contra Albert
Rivera, que al parecer está menos desnudo de lo que apareció en su primera
campaña electoral y se recordaba hace pocas semanas en este blog, tan poco
afortunado en predicciones.
Que alguien está muy nervioso en el PP lo demuestra el hecho
de que no hayan encontrado nada mejor para atacar a Rivera que su lugar de
nacimiento o su programa económico. Floriano tratando de pronunciar Ciutadans ya ha pasado por espacios de humor. La ministra de asuntos del desempleo también ha
lanzado perlas sobre lugares de origen. El candidato popular en Andalucía tuvo
la ocurrencia de nacer en Barcelona, pero, repito, pero, es buena gente. Tiene
el aval de Báñez y, supongo, de su
socia en el ministerio, la virgen del Rocío.
Termino con una precisión que no tengo ni idea si es
favorable o no, ni para quien. A mi me había parecido que la decisión del ex
ministro Gabilondo de prestarse a
ser candidato socialista a la comunidad de Madrid no era sensata, para él, que tenía poco que ganar, para
su familia y amigos … El elemento es tan bueno que en su
primera aparición pública me corrige y cita su decisión como “aparentemente
insensata”… El método de elección, o dejar en la cuneta a Zerolo y a otros cadáveres políticos, seguirá siendo discutible
pero que el cartel socialista en Madrid ha ganado un montón de enteros, parece
mucho más claro.