Una derivada inesperada del atentado de Paris es la reacción
papal. Confieso que a mi la declaración del Papa argentino me ha parecido de lo
más normal. Hemos sido educados en la veneración a la madre. Mentárnosla en
clave ofensiva tiene la reacción común que ha mencionado el Pontífice, es
verdad que también está lo de la otra mejilla… Acotar algún límite a la
libertad en general, a la de expresión como pilar fundamental de la misma, es
problemático. Pero admitimos con poca duda que la libertad propia termina donde
invadimos la ajena.
Uno es libre de llevar su dedo índice por delante con el
límite… en la cuenca del ojo de otro? Un poco antes? Es necesario defender el
derecho a la blasfemia como parte de la libertad de expresión? Hay un
denominador común en las religiones con más fieles en cuanto a la consideración
de algo como blasfemia? He renunciado. Aplicar sentido común tampoco parece que
sirve, nadie garantiza que exista un denominador común en ese terreno. ¿Y en
otros?
En esta ciudad, con muchas posibilidades para seguir siendo
un lugar apacible, hay decisiones que no ayudan. Sin ánimo de encontrar luces
en los túneles de presupuestos municipales y deuda, lo que parece
meridianamente claro es que cuando hablamos de cientos de millones, los 10.000
euros que han faltado para que una anciana con su vivienda expropiada para la
construcción de un nuevo vial encontrase un nuevo alojamiento, aparecen en una
órbita muy diferente. En otra galaxia. Que en los mismos días se anuncien
proyectos innecesarios, remodelaciones de parques por ejemplo, que solo se
pueden explicar por las vísperas electorales, ponen sal en la herida. Cuando
varios frentes se abren al tiempo, la historia militar nos ofrece muchos
ejemplos de derrotas cantadas.
Si el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para explicar que se ha perdido en los alrededores
de Washington se ve obligado a comunicar que ha conocido la América profunda,
lo cual indica varias cosas a la vez pero sobre todo que no tiene ni idea de
qué es y dónde está esa América, el alcalde de Santander Iñigo de la Serna, los miembros de su equipo que se queden en
situación de desempleo después del mes de mayo, deberían buscar alguna
explicación superior a los 10.000 euros que le han faltado a la oferta que le
hicieron a Amparo por su vivienda y parcela.
La semana pasada he visitado el refugio antiaéreo de la
Plaza del Príncipe recientemente habilitado por el Ayuntamiento. Su valor
histórico está fuera de duda. He tenido referencias directas de la vida
cotidiana en Santander en ese tiempo. Mi suegra y su amiga Paz cimentaron esa
amistad entonces. En trece meses de guerra Santander sufrió más de 30 ataques
de la aviación franquista aunque solo uno de ellos, el del 27 de diciembre de
1936, por número de víctimas y represalias posteriores, ha pasado a la página
principal de la Historia de la guerra civil.
Hace un par de meses un periodista local, Aser Falagán, publicó en el Diario
Montañés que alguna de esas represalias tiene todas las características del
mito y que no hay una sola prueba sobre los crímenes del faro de Cabo Mayor que
todavía luce un monumento in memoriam.
http://blogs.eldiariomontanes.es/trentitopic/2014/11/14/el-mito-de-cabo-mayor/
¿Está a tiempo un alcalde que ha habilitado un refugio
histórico de rectificar, desde el sentido común, la ley parece que no le va a
obligar, y ofrecer un refugio a una anciana? Esa anciana es Amparo y esta
página es una pequeña aportación a #AmparoNoEstáSola
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