Se que a algunos amigos les va a parecer irreverente, pero la
muerte del patrón del Banco que lleva por todo el mundo el nombre de la ciudad
en la que nacimos, el y yo y muchos miles más, me hace reafirmarme en algo que
solo muy de vez en cuando surge en la conversación: el poder igualitario de la
muerte es el socialismo más real. Nadie se lleva nada al otro lado, al lado oscuro. Me gusta
especialmente la formulación de Machado,
marchar ligeros de equipaje, casi desnudos, como los hijos de la mar. La mar en
femenino, como siempre la nombraba mi abuelo Julio, marino, que nos dejo ahora hace 51 años, mi primera idea de
orfandad. Vinieron después tantas…
Por eso no he entendido las muestras de alegría por la
muerte de Botín, ni las bromas sobre
el suceso. Además de muchas otras consideraciones, Emilio Botín era padre de sus hijos y abuelo de sus nietos. Marido
de su mujer, tío de sus sobrinos, amigo de sus amigos, hermano de su hermano… A
nadie le gusta que en ese momento de dolor venga alguien a tocarnos…, las narices.
Puedo reconocer un pecado de juventud del que no muestro
arrepentimiento suficiente. El 20 de noviembre de 1975 fue la primera y única vez en mi
vida en la que antes de las 10 de la mañana trasegué una copa de alcohol durillo, de
unos 40º. Era un bar de l’Hospitalet, entonces sin artículo. Yo tenía turno de
tarde en la fábrica y me encontré cerrada la Facultad aquella mañana. Un amigo
de Santander tenía que entregar un trabajo a su profesora y ofrecí mi 127 para
acercarnos al domicilio de la misma. Era una mujer con cierto reconocimiento, ya
entonces, en el mundo clandestino. Mientras mi amigo se ponía de acuerdo con
ella desde el teléfono público del bar, yo me tomaba el coñac viendo en la
pantalla a Carlos Arias en su famosa
aparición. La lucecita de El Pardo y tal.
Me pareció que los pocos clientes de aquella hora temprana
tenían el mismo contento que yo, pero también hacia dentro. Por la noche el río
de cava en la ciudad era ya incontenible. Y es cierto que Franco también era el abuelo de sus nietos y… todo lo demás. Pero
me niego a comparar. Hace pocas horas ha muerto otro ilustre patrón de la
empresa española. ¿También se verán convocatorias jocosas? Me extrañaría. Lo de
Botín ha sido muy excepcional.
Quiero situarme exactamente en la equidistancia, esta vez si.
Tampoco he entendido diversos panegíricos, no solo en la prensa local. En redes
sociales en las que participo, con gente que considero en muchos aspectos de mi cuerda, he visto lo que no esperaba.
La dimensión social de la gran empresa está recogida en la ley en muchos
lugares del mundo. La filantropía al modo anglosajón sigue siendo un bien raro
en el católico mundo mediterráneo. Recordad y Machado me perdone por invocarle
dos veces en la misma entrada, que el cerrado y sacristía acompañaban a la charanga
y la pandereta.
Ni lo uno ni lo otro. No ha traficado con
esclavos como algunos ilustres paisanos muy benefactores de su tierra, pero tampoco
ha ganado tanto dinero en una tómbola. Ha sacado su empresa de un discreto
plano nacional para convertirla en un gigante mundial. Con esa credencial en
casi cualquier lugar del mundo tendría acreditado el homenaje. Hace más de 30
años que en la China supuestamente comunista le pusieron una medalla al primero
que se hizo millonario… Su último legado, el Centro de Arte Botín, ya le ha
cobrado la factura más pesada, su no presencia en la inauguración. Sobre su
emplazamiento, discutible, tienen más responsabilidad los políticos vasallos que renunciaron
a hacerle ver que su inversión multiplicaba más en otros espacios urbanos … Amén.
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