Me rimaba mucho mejor Madina
y Argentina y no ha habido manera. Ni en el mundial brasileiro ni en la elección
interna del PSOE tenía yo mucho que ganar pero también toca decirlo: No he
ganado. Nada.
Lo mejor de las novelas es vivirlas. Leerlas está al alcance
de la mayoría y escribirlas, que no es sencillo –yo tengo una atascada hace
quince años- también se ha logrado por parte de miles/millones de autores con
mejor o peor suerte en el mercado. Tengo claro que no se pueden vivir muchas novelas
y a mi ya me ha tocado alguna. Como lo que nunca me ha tocado es la lotería,
voy a intentar cambiar un premio gordo futurible por vivir otra novela.
Ayer en un programa radiofónico del que soy bastante fiel
seguidor escuché a un obispo emérito y a un terrorista arrepentido y a un hijo
de un asesinado por ETA y a un filósofo… y me parecía estar viviendo en otro
planeta. El obispo Uriarte, con un
valor realmente sorprendente en un alto dignatario de la Iglesia Católica –por
lo poco frecuente de las posturas claras, rotundas- exponiendo por donde debe pasar
la reconciliación.
Otro pasaje para la historia, la declaración del hijo de un
asesinado por la banda terrorista. Más o menos textualmente, la reconciliación
no es que el asesino de mi padre y yo pasemos a ser amigos, colegas, es que
podamos sentarnos a hablar y que nuestros hijos o nietos puedan llegar a jugar
juntos. Añado yo, y que en sus juegos puedan expresar una opinión muy negativa
sobre lo mal que lo hicieron las
generaciones anteriores
Si queda un poco de optimismo para el caso del País Vasco no
es por nuestra propia Historia. Tenemos
varias reconciliaciones pendientes y cadáveres en las cunetas desde hace casi
ochenta años. Necesitamos salir de ese bucle que consume lo mejor del conjunto
de ciudadanos que habitamos la mayor parte de la Península Ibérica. Esa es la
otra novela que me gustaría vivir. No se si Alemania puede ayudar. Un avanzado
de la reconciliación como Madina no
va a estar, por decisión directa de sus compañeros, en la primerísima fila del
tiempo nuevo que debe llegar.
Hoy es 14 de julio. La fiesta de los vecinos del norte.
Tengo una amiga francesa y ha promovido la celebración con un grupo de
inseparables. Debo recordar que cuando mi novela no terminada estaba en proceso,
fue precisamente un 14 de julio cuando viví una experiencia, en un largo vuelo
de Bilbao a Frankfurt y de allí a Dallas/ Fort Worth, que también tuvo su
relato. Está en inglés en un blog de mi profesor de entonces de Literatura
Americana y hoy amigo, Jesús Ángel
González
Y mi contribución se titula, en alemán, “Ich möchte mit der
Kommandant sprechen” (Me gustaría hablar con el comandante) Además del
aniversario, el sábado pasado, en el final
de una concentración en la que tratamos de hacer visible que hay muchas
reconciliaciones pendientes, la de Palestina e Israel o la de Marruecos y el
Sahara Occidental no pueden esperar mucho más, unos amigos me lo recordaron. Y
aquí está…
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