Un viaje al extremo sur por motivos de duelo familiar, casi
la mayor distancia que se puede hacer dentro de la Península, me tiene un poco
confundido respecto a las noticias de la actualidad semanal. En el apartado
nacional de esa actualidad es difícil encontrar algo más sintomático que el
nada edificante espectáculo de Esperanza
Aguirre. Ya se le ha dado varias vueltas al asunto sin excluir las
versiones humorísticas, pero lo que refleja ese comportamiento, en el fondo, es
un carácter profundamente antidemocrático.
Democracia es igualdad. Mi voto y el de Esperanza Aguirre
valen lo mismo. Si yo tengo un comportamiento similar al que ha tenido ella,
¿podría estar escribiendo esto desde mi casa unos pocos días después? Creo que
la respuesta es negativa. Sin otras cosas la democracia flaquea, sin igualdad
directamente no existe. La impunidad, la misma impunidad en la que se mueve una
parte de nuestros dirigentes políticos –nótese que sigo defendiendo a la mayoría
de ciudadanos que nos representan- explica una parte muy notable de todo lo que
nos ocurre.
Nos gobierna un partido que en sus niveles dirigentes se
aproxima mucho a una organización para el delito, y nos hemos acostumbrado. A enemigos
internos históricos, el ministro de Justicia sin ir más lejos, puede que les
cueste reprimir una sonrisa, pensando que la ex presidenta madrileña ha
terminado su ascenso político, pero no actúa conforme al principio de justicia
igual para todos. La distracción del independentismo catalán, como en otros
momentos el litigio sobre Gibraltar, procuran cobertura para no entrar en lo
que realmente preocupa a la mayoría de la ciudadanía.
Los socialistas, sin ser iguales, tienen demasiados
comportamientos similares. En pocas semanas la oportunidad de las elecciones
europeas, en las que parece que pueden rebasar en votos a los populares, les tiene suficientemente atareados.
No cuidan mucho ni esa lista electoral. Espero que no manden a Cantabria al anterior ministro de Fomento a
hacer campaña. Y los populares siguen sin lista, una señal de lo que les
importa el acontecimiento. Mientras, en todas las instancias de gobierno,
siguen repartiendo la finca pública como si fuera suya. Esa es la tarea de esta
legislatura: Un asalto a lo público, a lo de todos.
En un pequeño país centroamericano han elegido presidente
ayer. Cuesta encontrar la noticia en nuestra prensa. El nuevo presidente tiene
que ver con lo que se puede estar perfilando también en España. Antes de
señalar quien ha ganado, lo notable es ver que ha perdido el bipartidismo. Costa
Rica un ejemplo para todas las mareas y plataformas nuevas que nos inundan. La
condición para ganar es ir unidos contra el bipartidismo.
La semana registra también un nuevo fracaso municipal en ser
capital europea de algo. Pero aspirar a que ese algo esté relacionado con el
medio ambiente no dejaba de ser una broma. Quien no entienda esta opinión que visite la
entrada anterior.
Cierta literatura sigue ganando portadas y dinero. Pilar
Urbano, difícilmente catalogable de republicana ni de izquierdista, se alza contra el rey a propósito
del 23F y del revival que procura el
fallecimiento de Adolfo Suárez ¿El Opus Dei moviendo cartas? Todo es posible
en/con la secta. Pero a una semana del 14 de abril un nuevo pacto de San Sebastián no creo que pueda ser tan amplio.
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