La semana informativa estaba pasando, de manera necesaria, por
Roma. No en vano el acontecimiento de la elección de un nuevo Papa venía
enmarcado en un hecho insólito en los últimos 700 años aproximadamente. Desde
entonces, cada elección de Papa se había efectuado tras la muerte del anterior.
Ratzinger no ha muerto y esa es una novedad histórica.
Y otra novedad histórica, pese al apellido del nuevo Papa,
es su lengua materna. Los Borgia, originalmente Borja, probablemente en casa no
se expresaban en castellano. Así que ahora tenemos un Pa-Pa-Pa-Co, que debería
cerrar un paréntesis de 50 años, 50 años va a hacer que murió Juan XXIII, si
quiere que la relevancia de su sucesor, cuando eso ocurra, siga teniendo la
importancia que todavía ha tenido su elección.
Dentro de pocas semanas se cumple el cincuentenario de una
encíclica papal, Populorum progressio, que marcaba un rumbo, el que se contenía
en la primera sesión del Concilio Vaticano II, el intento más
serio, en muchos siglos, de la Iglesia Católica por adaptarse a su entorno.
Aquel junio de 1963, con el fallecimiento de Juan XXIII, se inició un viraje
que frustró en buena medida el resultado previsto del concilio y que los
sucesores de Pablo VI no han hecho más que profundizar. Hasta hoy. El divorcio
entre la iglesia y sociedades históricamente adictas, como la nuestra, ya ha
dejado de ser noticia.
Con una mancha, todavía difusa, respecto al comportamiento
del nuevo Papa durante la última etapa de terror vivida en Argentina, no deja
de sorprender todo un conjunto de sus comportamientos que le hacen aparecer
como un líder dispuesto a abordar, de nuevo, ese acercamiento global, entre el
catolicismo y el complejo social del siglo XXI. Y en esas estábamos cuando los
focos de la actualidad semanal saltaron de Roma a Nicosia.
Aunque parezca enganchado literalmente por los cabellos, lo
sucedido en las últimas horas en Chipre tiene mucho que ver con lo ocurrido en
Argentina hace unos años, y el nuevo Papa seguro que no tiene nada que ver.
Dentro de poco los especialistas tendrán que ir explicando, siempre a toro
pasado, las diferentes modalidades de corralito. De momento, mientras
escribo en la mañana de este lunes que va despidiendo al invierno del
hemisferio norte, nuestra prima de riesgo vuelve a subir con fuerza.
Iba a titular esta entrada Pa-Pa-Pa-Co. Con un bisabuelo,
mi padre, mi hermano y un sobrino con el mismo nombre, Francisco me resulta
familiar, y Paco/Pancho mucho más. O
sea, que ese titular iba lleno de respeto. Pero una foto de la canciller
alemana en la portada de El País Digital, este lunes, me ha puesto los pelos de
punta y he retocado el título.
Cualquiera que haya crecido en una región
ganadera como la nuestra sabe que significa ese gesto. Merkel está
ordeñando. Hoy a los chipriotas ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario