Cada
vez estoy más convencido de mi rareza. No uso singularidad, que podría pensarse
que me adorno. Raro por extraño, con todo el sentido negativo que se quiera
cargar. Una vez consultado el diccionario tampoco parece que se cargue mucho.
Al final me pasará como al consejero de Educación y ¿Descanso? que creyó
necesario, al utilizar el termino “cortarse”, añadir que es un castellano
vulgar.
“No
me corto al decirle a los profesores de inglés lo mal que lo hacen” Más o menos
textualmente en entrevista radiofónica del viernes 19. Cortarse está recogido
en el diccionario de la RAE en el sentido que le daba el consejero. La RAE no
añade que sea ningún vulgarismo. Al consejero le pueden cortar, los profesores
de inglés o de otras materias, o los padres, o los alumnos o cualquier
ciudadano que pase por la calle Vargas, a saber que parte de su anatomía. Las
providencias no lo quieran.
No
se me ha ido Sandy, ni mi rareza, es que se me ha cruzado mi consejero
preferido. Entre lo que hay que Wert y el local del ramo, van a dejar la
educación pública como dijo Alfonso Guerra que iba a quedar España. Profético
el sevillano.
El
caso es que subo la persiana el último lunes de octubre, hay la luz que debería
haber habido todo el mes, si no fuera por la manera en que hacemos lo que
hacemos, y con el retroceso horario veo la nieve en la Cordillera antes de
mediodía y ni eso me motiva. Quiero ver imágenes. Oigo en la radio que no abre
la bolsa de Wall Street y no es por celebrar los aniversarios de las jornadas
negras de 1929.
Tengo
amigos que viven en la zona de impacto de Sandy y estoy intranquilo. No es la
primera vez que les llega un huracán. También tengo amigos y parientes en
Florida pero allí al inscribirte en el Registro Civil del Condado, por
nacimiento u otras causas, ya te dan el manual de manejar el asunto, las vías
de escape y el equipo que en ninguna casa puede faltar -este último no te lo
dan pero te aconsejan que lo compres.
Nueva
Inglaterra es otra cosa. Son como más de aquí, les puede coger despistados. Una
vez que he vuelto al telediario de la 1, hacía semanas que lo había abandonado,
ya he visto que hay quien se hace fotos en las playas, más o menos cerca de
Sandy Hook, el cierre sur de la bahía de Nueva York. Sandy y Sandy. Demasiada
arena. La primera referencia del Hook la tuve en la contraportada de mi
Geografía Física, coloquialmente el Strahler, que debe hacer ya cuarenta años que
me entusiasmó y que he consultado cientos de veces después.
A
partir del verano de 1988, durante mi primera visita a Nueva York, también supe
que aquella zona que se podía ver desde el Verrazano o Coney Island si la bruma
lo permitía, contaba con magníficas playas. En alguna de ellas la tolerancia
parecía europea. Espero que el Sandy, huracán, no destroce el frágil equilibrio
de Sandy Hook y ya, puestos a esperar, que los irresponsables que van a por la
foto de su vida no resulten dañados. El huracán, que no parecía gran cosa hace
15 días, lleva más de 60 víctimas entre sus isobaras.