Esta columna se iba a titular “the big one”, que es mucho más moderno, y hortera, en referencia al gran terremoto que hace un siglo se espera en California, y que hará de buena parte de ese estado y de la península mejicana del mismo nombre, una isla por efecto del desmadre de la falla de San Andrés.
Yo estaba comparando ese efecto con los presupuestos que preparaba el gobierno para hoy mismo y, que si no nos cortaba los mismísimos, se iba a quedar a milímetros. Había ya hecho alusión al Racing y a su empate en Sevilla, contra el Betis, para dar entrada a los resultados electorales.
No eran todavía las once de la noche cuando por tercera o cuarta vez en menos de medio año, desde que cambié de ordenador, me invadió la “lengua azul”, que además de a los rumiantes afecta a mi ordenador, se me perdió todo lo que llevaba escrito y me marché a la cama a leer unas páginas de “Ahogada en llamas” de Ruiz Mantilla, que mi hijo me ha regalado el pasado 19, fiesta del bicentenario de lo de Cádiz.
Y ya a mediodía del day after, voy a mantener la modernidad, u horterez, en homenaje a quien fue “ministro campeón” en los guiñoles de hace un decenio, que por fin ha ganado unas elecciones en Andalucía y está por ver para que le ha servido, al margen de la jubilación anticipada, que eso se le ocurre a cualquiera.
Dos anotaciones, pues a estas horas ya estará todo dicho. Espero, mi ingenuidad no tiene límites, que ahora que quien gana en Asturias probablemente no va a gobernar y quien gana en Andalucía tampoco, y que en una lado es uno, y en el otro el otro, espero que se acabe la cantinela de la lista más votada cuando le conviene al uno o al otro.
El sufragio indirecto, por el que se eligen desde el presidente del gobierno hasta los alcaldes, pasando por los presidentes de las Diputaciones o de la Comunidades Autónomas, está en la Constitución y no es ninguna trampa sumar votos con un programa pactado para gobernar las instituciones. Ocurre desde las municipales de 1979 y hasta aquí hemos llegado y si quieren cambiar la ley electoral adelante, pero que se acuerden también de un tal D’Hondt, que ya es un apellido raro.
La otra es para Presidente Mariano. Parece que la jugada no le ha salido. No se habrá ido a Corea por eso, pero se le ha visto venir pese a que pretendía, otra vez, hacer trampas con lo prometido después de votar. Y el personal está para pocas bromas. Se le ha enfadado media Europa con el asunto de ocultar los presupuestos, se ha disparado la puñetera prima de riesgo, y hasta el primer ministro italiano, llegado a ese puesto mediante un golpe de estado blando, si hay golpes de estado blandos, se ha permitido en la víspera electoral sacar pecho con el asunto de mi prima es más blanca que la española…
¿Para qué tanto lío? El viaje y las alforjas, Mariano, tu que eres tan dicharachero, acuérdate de lo que decían del Padre Angulo y lo que respondía éste. La luna nueva ya ha pasado. Las mareas van rebajando coeficiente. El PP ya ha tocado techo y es hora de negociar, dentro y fuera. O sea, lo que decían cuando estaban en la oposición.
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