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Debe ser lo que en fórmula anticuada, cursi y lo que quieran añadir es “el inexorable paso del tiempo”, jo, inexorable. Cómo para preguntar por ese significado al ciudadano común a pie de caseta de feria. Está muy próximo a inoxidable, de tal manera que no hay que excluir que en algún programa televisivo, ciudadanos y ciudadanas muy bien pagaos y pagás, lo confundan. La última noche de julio todo un premio Nóbel me sorprendía desde una emisora de radio, con lo que serán sin duda modismos americanos de nuestra lengua, pero que a mi me sonaban bastante mal. Como estaba conduciendo y sin diccionario a mano, y mi memoria ya no alcanza para consultarlo, pongamos ahora, pues me quedo en la duda de si se puede ser premio Nóbel y además patear el diccionario.
El paso del tiempo, inexorable, que me procura una sensación de celeridad que no concede pausas. Se acaba la legislatura y parece que acaba de empezar, no ésta, la anterior. A la operación de cargarse una relativa estabilidad política y de crecimiento económico: 2004-2008 sucedió la de triturar una mayor estabilidad política en época de crisis hasta conseguir, finalmente, un adelanto electoral de unos pocos meses. Nuestro tea party nacional se ha ido de vacaciones contento, ¿o no?
A pesar de la ventaja inicial prevista en la contienda, se describe como un demonio al candidato socialista, encarnación de todos los males físicos y metafísicos. Tres puntos de intención de voto le ha desquitado en unos días al otro aspirante, ganador de un Tour en la modalidad pedal off, a ese ritmo, tenemos un empate virtual en la víspera electoral. Si además presenciamos unos debates como en una democracia seria, en este momento estoy bastante seguro de que eso no va a ocurrir, y empeño mi contrastada capacidad de profecía para ello, bueno, si hubiera o hubiese esos encuentros ante los electores…, uh, uh, qué miedo.
El de Solares es capaz de hablar horas sin consultar un papel y el otro no entiende ni su propia letra en la “chuleta” preparada para una entrevista con un amigo. No hay color. Tres puntos cada mes y en noviembre todos iguales. Sin esperar que estallen más asuntos como el de la caja de Alicante, segunda provincia española con más afiliados al todavía partido mayoritario de la oposición. Lo de la CAM ha tenido una virtud. Uno de los más dicharacheros portavoces del PP, el de la chupadita de la semana anterior, ha enmudecido. A saber cuándo vuelve y con qué. Ahora altos mandos y mandas del PP han conseguido el famoso guirigay con las fechas de las elecciones andaluzas…
Y una cosa que no puede esperar es la denuncia de la poca estima que le tienen a nuestro nuevo presidente regional los suyos propios. Todo el protagonismo por lo de la devolución de competencias para el presidente murciano y la presidenta madrileña. No me importa si soy el primero o el único, pero Diego lo había dicho primero. No sigo por respeto a los cien días. Pero la hemeroteca canta y es justo reivindicar las patentes de cada uno.
Pase lo que pase dentro de esos ciento y pico días que nos separan del 20N, esa fecha ya va a tener más significados que los que tenía hasta ahora -que no eran mancos. Me alegro por marzo, que es un mes muy querido en esta casa y ya nos ha dado bastantes disgustos electorales. El primero en 1986, que quede claro.
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