domingo, 7 de diciembre de 2025

Majestad, no más


Tener un ex rey fugado puede ser una vergüenza nacional pero que salte a la publicidad de su libro poniendo en duda a los profesionales de la enseñanza de la Historia, me provoca una vergüenza personal. Me siento aludido. Resulta –según él- que los jóvenes no conocen la Historia. Tiene que venir él, un protagonista de la misma –por ello difícilmente objetivo- a contársela en forma de cuento. Sí, majestad, con ‘m’ minúscula, hay Historia, historias y cuentos. Lo suyo pudo haber sido Historia pero ha acabado en cuento, nivel Carracuca, y se lo ha buscado su majestad a pulso.

Hay todo un movimiento de opinadores/as que dan por sentado que los profesores de Historia nos hemos dedicado a no se sabe qué y que no hemos tocado los temas difíciles. Esta semana he escuchado en la radio a una profesora valenciana que reivindicaba que ella no había eludido esos temas. Ya somos dos. En 3º de BUP y después en 4º de ESO y 2º de Bachillerato, muchos más y yo, hemos explicado la II República y la Guerra y el Franquismo y la Transición. Hay temarios de las pruebas de selectividad que no se podían eludir.

Tengo apuntes personales que facilitaba a mis alumnos para ayudar en el manejo de los libros de texto o las lecturas complementarias. Creo que mis antiguos/as alumnos/as lo podrán certificar. He vuelto a consultar el último tema impartido de Historia de España hace  25 años. Después me dediqué más a la Geografía. En el marco de aquella España, entonces gobernada por el PP de Aznar, su majestad el ex rey fugado no quedaba mal, tras los gobiernos del PSOE, la entrada en las Comunidades Europeas, los fastos del 92, el euro a punto de circular… Mis apuntes decían textualmente que habíamos alcanzado “la mayor influencia en el exterior desde Carlos III” o sea, en dos siglos. Y no recuerdo que yo fuera entonces más monárquico que ahora.

Entre el aniversario de la Constitución -ayer- y la patrona de la fiel infantería -mañana-, hoy es el cumpleaños de un amigo. Siempre le he felicitado al grito de “Tora, Tora, Tora” recordando el ataque japonés a Pearl Harbor del que se cumplen 84 años. Esa guerra no sé bien cuánto mal les procura a nuestros dirigentes derechistas, pero menos que la nuestra. No debe ser fácil asumir que la línea del parentesco directo se desenvolvió entre traidores y criminales. El manoseo de la Historia es pornográfico. La misma alcaldesa que se resistía a cambiar el nombre a alguna calle porque era parte de la Historia, se resiste a que se declare un espacio de esta ciudad como ‘Lugar de Memoria’ ¿Qué les ha parecido a Gema Igual, a Buruaga, a Íñigo Fernández la ceremonia de hace unos días en Guernica/Gernika con presencia del rey y del presidente de Alemania? –División del trabajo: hoy mismo está en Israel el canciller Merz bailando el agua al genocida- Si de verdad creen que no le importa a nadie que la Magdalena sea objeto de esa declaración, por qué la lían tan parda.

La Magdalena es y ha sido muchas cosas, al menos desde que se instaló allí la primera batería de defensa de la bocana de la Bahía, hasta el lugar de referencia mundial como sede de los cursos de la Universidad Internacional y la residencia veraniega de la familia de Alfonso XIII durante unos años… y también un campo de concentración. Recordarlo no le debería sentar mal a nadie. Sacar, de nuevo, a relucir a las víctimas del barco-prisión ‘Alfonso Pérez’ sin el contexto del bombardeo nazi previo, es otro manoseo histórico. Las víctimas, todas, todas, merecen respeto. También las que  nunca han recibido homenaje. La foto que acompaña no es de una playa nudista. Es de aquel entorno en donde hubo más víctimas que en el barco-prisión. La foto está depositada en la Biblioteca Nacional y fue publicada por Alberto Santamaría, profesor de la Universidad de Salamanca, ya debe hacer unos diez años… Por favor, una stolperstein para La Magdalena –Buruaga, Igual, buscad el significado de stolperstein y no tropecéis de nuevo con la misma piedra-

 

Gaza, vergüenza de la humanidad; Gaza, siempre en la memoria

  

domingo, 30 de noviembre de 2025

Rien de rien, majestad

 

O rien de tout. Nada de nada; nada en absoluto. Del rey – en este caso emérito- abajo ninguno. Aquí nadie se enmienda, nadie pide perdón, y muy pocos,  permiso. Yo tenía la sensación de que el país, la mayoría de sus habitantes, íbamos por una senda, con sus dificultades y sus alegrías, con los amigos/as y las familias y los compañeros/as de trabajo… y después, por otro carril, la gente que se supone que manda, que nos representa, que nos juzga, que nos multa y que nos hace pasar ratos de los que hacen subir la tensión arterial a los hipotensos. Una nueva etapa de las dos Españas. Ya veremos cómo acaba la partida. Ojalá de alguna manera original, nueva. Las otras las conocemos y son poco apetecibles. Pero al final, disculpen/disculpad el suspense, puedo señalar que empiezo a caerme del guindo. Y que el mal rollo sí que ha traspasado el seto de separación de los carriles mencionados.

Ni rien de rien el presidente Sánchez,-nada de moción de confianza- ni rien de rien Núñez y su no moción de censura, ni rien de rien la presidenta Buruaga –nada de disolver el Parlamento por lo mismo que exigen a Sánchez-. Al gobierno regional y sus presupuestos rechazados por la mayoría que tiene el conjunto de la oposición, se le puede pasar la prueba de la traducción directa: Si la oposición en Cantabria hace daño a la región al no aprobar los presupuestos del PP ¿No vale lo mismo cuando el PP no aprueba los presupuestos del gobierno de España? El consejero de Economía, Agüeros, trata de explicar las cosas desde un nivel de conocimiento técnico notable. Después están los “hooligans”, Media, Silva, el senador Fernández… no tienen nada que explicar porque para empezar no suelen saber de qué hablan. La culpa siempre es del otro y ellos no están en el cielo porque todavía están vivos…

El P.P recibe a la nueva fiscal general con algo más que dudas ¿Pero cuándo fue distinto? ¿Recordamos altos cargos de la judicatura que parece que eran absolutamente independientes? O es que quien los nombró los consideraba independientes? La Wikipedia ofrece parte de los currículos de Cardenal, de Divar, de  Fungairiño, Lesmes, Torres-Dulce… Puro orden alfabético y sé que con la poca memoria colectiva que nos  gastamos, pocos/as recordarán a esos próceres y las que pudieron liar. ¿Ha terminado el poder judicial español la Transición que empezó para los demás hace cincuenta años?

El aspirante Núñez no da más de sí. Del ridículo en el Congreso por su facilidad de palabra, al lenguaje en el día contra la violencia contra la mujer: Proteger a la mujer de verdad o proteger de verdad a la mujer. La fórmula se parece pero… ¿estamos en aquello de “la mujer, mujer” de Aznar?  O es que hay dirigentes populares con un  interés tardío por las mujeres. Puede ser, otra vez, el espejo demoscópico.

Acabo como empecé. Ayer, en la librería Gil de la plaza de Pombo se presentó “Palestina, la tierra estrecha” de la periodista Beatriz Lecumberri. La charla, el coloquio, todo iba por el carril de sensatez del que hablaba al principio. Y muy al final, cuando tocaba terminar, en la última petición de palabra un asistente intentó darle la vuelta a todo, respaldando la posición israelí con la misma soberbia y nivel provocador que Netanyahu, negando el genocidio reconocido internacionalmente… Asistía una familia de origen palestino que hasta ese momento no había abierto la boca… Hay quien no quiere entender que la mayoría apreciamos los intervalos grises, y que el blanco, blanco o el negro, negro, solo sirven para cuentos infantiles. En este blog está dicho hasta el aburrimiento: La gente buena está, estamos, con las víctimas. En este caso con las 1.200 asesinadas por Hamás y con las 70.000 asesinadas por Israel. ¿Por qué hay que estar contra las unas si se está a favor de las otras?

 

Gaza, vergüenza de la humanidad; Gaza, siempre en la memoria

 

domingo, 23 de noviembre de 2025

Más allá de Orión

 

 

Ver cosas que no creeríamos. Canciones y películas que nos proponían lo imposible. Puede ser que cada generación haya asistido a lo que poco antes no se podían creer. Ver naves en llamas más allá de Orión es hoy una bonita parábola. Hace “solo” 90 años el mundo iba saliendo de la gran crisis provocada por el crack de la burbuja de 1929 y en España todavía gobernaba la derecha. Hubo una derecha republicana, sí y aplicó la ley con decisión, incluso con bastante crueldad. Pocas bromas. La mayoría de los judíos alemanes todavía no se podían imaginar lo que se les venía encima y en Abisinia, hoy Etiopía, uno de los pocos territorios soberanos de África, los italianos solo eran los vecinos de la costa que ocupaban, Eritrea y Somalia, desde medio siglo antes. Después vino lo que vino en todos esos territorios y en China y… y… y…

El último cuarto de siglo, empezando por aquel 11 de septiembre neoyorquino y siguiendo por la crisis financiera y la pandemia, no estoy seguro de que se pueda comparar a lo señalado en el primer párrafo. Al menos el número de víctimas es  inferior. Pero tampoco nos lo hubiéramos creído en una narración previa. El martes, en Barcelona, he asistido a un partido de fútbol que yo creí un acto de solidaridad con el pueblo palestino y en contra del genocidio perpetrado por Israel. Y en buena parte así fue pero también muchos/as asistimos atónitos/as a un aquelarre indepe.  

Los balcones de Barcelona ya no lucen las decenas de miles de banderas esteladas que se podían observar hace cuatro años o cinco o tres. No. Incluso en la plaza de Sant Jaume, las dos instituciones que se asoman a la misma lucen las banderas oficiales. Sin concesiones. Parecía que se había apagado una buena parte del fuego de 2017. Digamos que ese fuego está perimetrado y no es poco, pero cuando surge la ocasión se reaviva. Lo vimos mientras ascendíamos desde la plaza de España pero sin imaginar          que dentro del Estadi Olimpic tuviéramos que asistir a gritos multitudinarios de “espanyol el que no boti”  o a odiosas comparaciones entre España e Israel, sin atender a lo que los palestinos en general y sus autoridades, aprecian del comportamiento del gobierno español en ese sucio asunto de la masacre en Gaza y Cisjordania.

Y hoy mismo, un primera fila del escapismo, del ilusionismo, como Puigdemont encuentra hueco en un periódico serio para tratar de advertir al socialismo de que su tiempo se ha acabado y no por haber abandonado políticas tradicionales de esa tendencia, no. Debe ser solo por lo suyo, de él. Pese a la amnistía y pese a muchos pesares. También es noticia de esta semana la derrota de los socialistas daneses que  han perdido la alcaldía de Copenhague después de más de un siglo, pero el ex president no muy honorable, fugado, se mueve más entre Bruselas, Suiza y Perpinyà. Más al norte debe darle pereza y hace más frío. En Dinamarca los problemas territoriales son casi desconocidos pero abrazar políticas de la ultraderecha ha sido letal para los socialistas. Y no, no ha sido la ultraderecha la ganadora. La próxima alcaldesa lo será por una alianza de fuerzas progresistas a la izquierda del P.S.

Y aquí, sin tradición de matar pavos en la última semana de noviembre, solo nos vamos a quedar con el timo del viernes negro. En algún espacio de humor han hecho las cuentas: Se suben los precios un 50% y después los rebajan el 30% y a triunfar. Es el modelo del jefe de gabinete de la presidenta de Madrid que, afortunadamente, no es notario y los pavos o quienes hacen el pavo, podrían anidar en alguna sala de algún alto tribunal. O todos los demás. Vamos a echar guindas. Al pavo. Y ya si eso, a la pava.

 

Gaza, vergüenza de la humanidad; Gaza, siempre en la memoria

jueves, 20 de noviembre de 2025

Simbólico y explícito (20N*50)

 


Hace unos días, cuando pensé que la fecha de hoy podía merecer una entrada extra a este blog, no se me había pasado por la cabeza ni que la sentencia fuera tan rápida ni que fuera condenatoria. No quería creer que “el que pueda hacer que haga” ni mucho menos “el fiscal va p’alante” podrían desembocar en donde lo han hecho hoy ¿casualmente? 20 de noviembre de cincuenta años más tarde.

A principios del verano pasado escuché en directo a Baltasar Garzón, en la acera de la calle Tantín, con un pequeño grupo de asistentes al acto organizado por Desmemoriados y la Fiscalía de Derechos Humanos y Memoria Democrática  de Cantabria, le escuché –más o menos textualmente- que de la sala segunda del Tribunal Supremo cabía esperar lo inesperado. Parece que conocía de cerca de qué hablaba.

Mientras preparaba la comida he escuchado a un jurista solvente y probadamente democrático decir que hay que esperar, para una valoración firme, a conocer el conjunto de la sentencia. Yo no soy jurista, tampoco me voy a precipitar. Eso queda para dirigentes neofranquistas. Que haya dos votos particulares cuando desde el inicio del juicio se sabía que dos miembros del tribunal, mujeres ambas, están  adscritas a un perfil progresista mientras los otros cinco cojean de la otra pierna…Es posible que sea tan casual como la fecha elegida.

Escribir hoy hace ineludible esa entrada pero mi compromiso era otro ¿qué hice yo tal día como el de hoy en 1975? Entre los recuerdos directos, una trasnochada más la noche del miércoles, esperando el último “parte” del “equipo médico habitual”, frente al televisor, al lado de mi hermana y esperando a mi cuñado. Salida temprana de casa, sin poner la radio para no despertar a nadie. Mis clases empezaban a las 8. En mi doble calidad de estudiante y trabajador, mi jornada era larga. Empalmaba la facultad con el turno de tarde en la fábrica, con una hora escasa para comer junto a la gasolinera del Paseo de la Zona Franca.

Como empleado de una empresa automovilística había tenido facilidad para adquirir mi propio vehículo. Eso me facilitaba enormemente el triángulo de desplazamientos: Casa-> Zona Universitaria-> Zona Franca-> Casa. El transporte urbano estaba bastante peor que ahora. No debía tener radio en el coche en aquel momento, pero seguramente observé menos tráfico en la calle Aragón y en la Diagonal y la confirmación de la noticia entre los pocos alumnos que estaban en la puerta de la facultad, cerrada a cal y canto. Uno de ellos era de Santander, Ramón, teníamos amigos comunes. Tenía que entregar un trabajo y parecía que ya iba con retraso. No sé cómo consiguió o ya tenía, el teléfono de la profesora. Me ofrecí a acercarlo a donde había quedado con ella. Mientras le esperaba en un bar –no tenía nada mejor que hacer- apareció en la pantalla del televisor el presidente del gobierno en aquella famosa intervención, con la lucecita de El Pardo ya apagada…

Puede ser una fantasía generada posteriormente pero creo que la clientela del bar, cercano al límite entre Barcelona y L’Hospitalet, no aparentaba ninguna tristeza. Tampoco algarabía. Esa llegó en el descanso del turno de tarde y al final de la jornada, en la bodega de la esquina: calle Huelva con Trabajo, muy cerca de donde pocas semanas antes, en un rifirrafe poco conocido y menos explicado, murieron dos agentes de policía por disparos de sus compañeros, de guardia en el cuartel de la calle Guipúzcoa. Y en aquella bodega sí, corrió el cava aunque por primera y única vez en mi vida, yo ya había bebido alcohol antes de la hora del Ángelus.

No he sido capaz de encontrar la publicación –de esta misma cabecera- que denominaba al nuevo Jefe del Estado, hoy emérito, como Juan Carlos el Breve pero creo que la que reproduzco era la que circulaba aquellos días, en mi fábrica y en mi facultad casi como si tuviese depósito legal.

 

Gaza, vergüenza de la humanidad; Gaza, siempre en la memoria

domingo, 16 de noviembre de 2025

Dress code. Volver a prohibir


Me vuelven a la memoria siempre que escucho algo sobre lo apropiado o no de algunas formas de vestir, de aparecer en público, dos anécdotas de mi vida pasada. La primera en los alrededores de Fort Worth, Tx. durante el curso 1999-2000, el del efecto 2000 que se pronosticaba como un ensayo del fin del mundo y resultó un Apocalipsis de opereta.   Conviví bastante tiempo con el sistema educativo del distrito escolar de Fort Worth. No es la única ni seguramente la principal, pero una sorpresa era el código que aparece en el titular. Perfectamente reglamentado, cómo profesores/as y alumnos/as debían asistir a los centros escolares. Lo que estaba permitido y lo prohibido. Y las excepciones, por ejemplo los viernes todo era más laxo. No en los escotes ni en el largo de las faldas. Pero era posible llevar jeans, tejanos, vaqueros, prohibidos de lunes a jueves. Una manera de adelantar el weekend.

La segunda anécdota que recuerdo cuando

se habla de prohibir prendas de vestir me ocurrió en Francia cuatro años más tarde. Estaba en un curso en la Universidad de Burdeos. Un mes de septiembre muy diferente al de mis compañeros gracias a una beca del programa Comenius. Una tarde, después de los dos o tres primeros días, un grupo de mi clase decidimos ir a nadar a la piscina municipal de Pessac. Otro compañero de Cantabria y tres alemanes más jóvenes que nosotros. Mi compañero, de Educación Física. Yo, con mi espalda necesitada. Los alemanes acabando sus licenciaturas en Economía. Solo entramos a nadar los dos cántabros. Los alemanes ni llevaban bañador adecuado, ni estaban dispuestos a comprar uno por menos de 5€. Los denominaban "spidos" con algo entre el asco y el desprecio. Era 2003 y a esos jóvenes de menos de 25 años  les preocupaba marcar paquete. Obligatorio en las piscinas públicas francesas por razones de higiene. No entrar al agua, certificada desde el punto de vista sanitario, con un pantalón corto que se ha podido llevar a la playa o por la calle...

Años más tarde, en Berlín, en la calle de al lado, en una piscina en la que en determinados días y horas se puede nadar literalmente en pelotas, en la calle de al lado me asustó lo que podía ser un animal marino y solo era una chica con burkini... Para todos los gustos.

Ahora, cincuenta años después del "hecho sucesorio", los herederos políticos del dictador quieren prohibir el burka, y el nicab, y el hiyab... ¿Y la mantilla no? ¿Y un pañuelo como el de Audrey Hepburn? Y la boina o el sombrero en espacios cerrados. Y las capuchas, gorras de beisbol, pañuelos de firma... Y podemos volver al largo de las faldas o la amplitud de los pantalones. Puestos a prohibir... Esto, en un país en el que habíamos batido records continentales de libertad y tolerancia.

Hay otros aspectos mucho más preocupantes en el revival que los neofachas están promoviendo pero yo estoy unos días fuera de casa, en una ciudad que también es mi ciudad y me puedo permitir ocuparme de asuntos de pacotilla. Puede que de aquí al jueves 20 recupere el seny y me ocupe de algo de eso más serio, o al menos contar qué hice aquel día, hace 50 años. 

Gaza, vergüenza de la humanidad; Gaza, siempre en la memoria

domingo, 9 de noviembre de 2025

370 y 230

 

370 días después ha aparecido la víctima número 230. Eso cree ser el president en funciones. No puede más. Ha podido 365 días pero los últimos cinco –se admiten rimas- se le han hecho tan cuesta arriba que ya no sigue. Y no es el único culpable y el otro, el que estaba informado puntualmente por algún instrumento de telepatía, ese todavía sigue. Y muchos más. Esta entrada podía haberse titulado “Más madera (2)” porque sigue el patio muy alborotado y como éramos pocos, de nuevo ha parido la abuela, con amenaza de dejar viuda a la presidenta madrileña por suicidio del delincuente confeso. Pocos guionistas se hubieran atrevido a tanto ahora que las series tienen en algún limbo a la mayoría del personal.

Tampoco está nada mal descubrir que una fiscal miente. Una de las dos altos cargos de la fiscalía. Se supone que una más amiga del fiscal general y otra mucho menos, casi enemiga se podría decir. Una dice que don Álvaro dijo algo y la otra lo niega expresamente y además dice que la una le tiene animadversión manifiesta al fiscal general. A ver si no es para afirmar que “cómo está el patio” con todos los signos de interjección que nos quepan.

La otra cara la ofrece esta semana Nueva York. Hace más de treinta años que un joven padre de familia, que no había terminado la secundaria obligatoria, me dijo muy seriamente que Nueva York no era América. Me costó entenderlo. Era mi segundo viaje a Estados Unidos y en el primero solo había estado en Nueva York y Washington. Ese segundo era muy al sur, casi en la latitud de Cuba, con caimanes que aparecían de vez en cuando por los jardines de las urbanizaciones… Aquel verano una turista alemana solo dejó como rastro el bolso.

Viendo mapas electorales detallados se entiende mejor lo que algunos allí no consideran América, que solo algunas veces nombran como los “States”. Es una forma de apartheid aparentemente más limpia. Si la mayoría vota distinto, diferente a nuestros gustos entre conservadores y reaccionarios, les hacemos un bantustán aparte. Nueva York esta semana les ha dado la razón. Han votado mal, como decía un difunto premio Nobel de Literatura. Si votas lo que a mí no me gusta es que votas mal.

La lección, como alguna bendición papal, debería ser para la ciudad y para el mundo, urbi et orbe. A veces se pierden las batallas antes del inicio, por ejemplo eligiendo en el interior del partido al candidato o candidata menos adecuado/a. Pero Nueva York esta semana ha rizado el rizo. La disputa electoral no era entre un candidato demócrata, con todas las de ganar en la ciudad, y uno republicano. El enfrentamiento era entre un demócrata moderado o conservador y uno abiertamente socialdemócrata que en los EE.UU. es la frontera con lo inconcebible. Comunista sin remedio para Trump y medio país.

Cuando yo era muy pequeño, tuve la oportunidad de escuchar, en plena dictadura en España, cómo discutían de política dos adultos norteamericanos. Él era hermano de mi padre y en 1960 llevaba más de 30 años en California. Ella era su mujer, de procedencia vasco-francesa cuando todavía no sabíamos lo que era Iparralde. Sus hijos, mis primos, combatieron a los japoneses en el Pacífico. El pequeño, Frankie, tuvo que falsificar la edad para poder enrolarse. Aquel noviembre el tío Ángel votó a Kennedy y la tía Grace a Nixon. Y aquel verano pudimos escuchar las diferencias que ellos se lanzaban apoyando a sus candidatos. Kennedy, 16 años antes del 200 aniversario de la Independencia, fue el primer presidente católico en los EE.UU. Zohran Mamdani además de socialdemócrata es musulmán, claro que todavía no es el presidente. Solo el alcalde de la ciudad más grande de aquel país. En pocos meses se celebra el 250 aniversario de la Independencia. No va a dar tiempo. Además Mamdani, por no haber nacido allí, nunca podrá ser presidente...

 

Gaza, vergüenza de la humanidad; Gaza, siempre en la memoria

domingo, 2 de noviembre de 2025

Más madera

 

La locomotora requiere cada vez más vapor, más temperatura, hasta que algo explote. El final de octubre no solo era este año el recuerdo de los muertos en general, las locuras del carnaval de otoño en que se ha convertido la fiesta de los difuntos reimportada desde Norteamérica cuando aquí teníamos bonitas tradiciones asociadas a la recogida de las últimas cosechas, las castañas, los dulces prenavideños… Este año era también el primer aniversario de un par de centenares largos de difuntos que lo fueron en buena parte por negligencia, en Valencia casi todos ellos. Al aniversario de aquella dana mortal, me ha tocado sumar un accidente mucho más cercano en el tiempo y bastante cercano en lo familiar, de tal manera que en la tarde-noche del truco o trato me encontré en un funeral.

Las convenciones sociales hacen que asistamos a ceremonias religiosas muchos que tenemos muy abandonadas esas prácticas. Hace tiempo que en esas circunstancias y manteniendo todo el respeto, trato de recordar el latín que aprendí en aquel tercero de bachiller de mitad de los años sesenta. Rosa, rosae y templum, templi. Dativos, acusativos y genitivos… El pater noster me sale tan bordado que al día siguiente lo recité de corrido en un panteón del cementerio de Segovia, en recuerdo de mis segundos suegros. Hace poco ya he comentado que tengo la suerte de tener tres familias.

Pero la semana, además del bochorno de que al funeral de Valencia asistiera el desalmado president de aquella Comunitat, tenía otra cita de esas que nos preparan quienes parece que no se enteran del desaguisado que se traen entre manos. Sobre el papel que ha adquirido el Senado en esta legislatura, ya  anticipé mi opinión el 31 de agosto en este mismo blog y el 3 de noviembre del año pasado una mera cronología del contraste que está a punto de oficializarse y desenmascara al gran mentiroso, ese que día sí y día también acusa de mentir a todos demás: Estuvo informado -por el que no cogía el teléfono- en todo momento, “de primera mano”. Y empieza el juicio contra el fiscal general, un “pasen y vean” de primicia mundial…

Y el cansancio enorme ante el rifirrafe que solo engorda a quien no hace nada y le importa un pimiento la democracia; y descubrir qué individuos andan por ahí ganándose sueldos espléndidos por hacer algo muy parecido a una gamberrada. Por ejemplo, un senador por Cuenca de cuyo nombre no me da la gana acordarme y de apariencia digna de novelas del siglo XIX.

Además, las novedades del tema del Sahara Occidental a modo de “éramos pocos y parió güela”. Pero ha sido en la sección local donde me ha explotado la cabeza esta semana que acaba ahora mismo.

La deriva de la presidenta Buruaga, que parece que tiene formación en Derecho y que ha reaccionado igual que la alcaldesa Igual, de la que se desconoce su formación,  aunque durante años pretendiese tener un título universitario. Al margen de las diferentes formaciones, ambas tienen poca y mala memoria. Se comportan como señoras de la derechona menos cultivada, hablando de oídas y sin ningún rigor científico… y así, reaccionan a la propuesta de declaración como lugar de Memoria de la Magdalena, en recuerdo del primer campo de concentración creado por el régimen franquista, oponiendo la cantinela de los arrojados por el faro… ¿dónde encontraron los cadáveres? ¿No saben todavía que la propia causa general franquista desmintió el hecho? Seguimos con mitos interesados y arrimando ascuas a sardinas propias, pues deben considerarse parte de un bando. Las víctimas del “Alfonso Pérez” son buenas pero las del bombardeo nazi no merecen más que el olvido. Eso es mantener las heridas, precisamente eso. Situarse con las víctimas, en el lado de las víctimas, de todas las víctimas, es lo único sano. Lo contrario es lo que nos obliga a movernos entre la vergüenza y el asquito.

 

Gaza, vergüenza de la humanidad; Gaza, siempre en la memoria