No están los tiempos para facilitar rimas fáciles. Este blog cumple,
mañana, su aniversario decimotercero. Esta es la entrada número 677, o sea que
la productividad no ha estado nada mal. En aquella primera entrada había un par
de referencias o tres que rescato: La entrada en la vida pasiva, la soledad en
la que la vida me había colocado dos años antes y el aniversario de las últimas
penas de muerte ejecutadas en nuestro país. Sigo en la vida relativamente
pasiva; la soledad no es una seña de mi identidad desde hace ya más de siete
años –casi el mismo tiempo en el que me hicieron abuelo, una cosa más
importante de lo que podía haber sospechado- y el aniversario de la ejecución
de aquellas penas de muerte me sigue llenando de tristeza e indignación. Pero
hay que seguir adelante, cabeza alta y mirando al futuro.
El cine está muy presente en mi vida, especialmente en este mes de
septiembre. Santander tiene su festival colocado, no sé si muy acertadamente,
entre el de Venecia y el de San Sebastián. Al de aquí es normal asistir, el de
San Sebastián está muy cerca y va convirtiéndose en tradición acudir a él; y al
de Venecia no creo que pueda ir nunca, salvo que algún juego de azar me sonría.
Si en la capital guipuzcoana los precios de esta semana se ponen por las nubes,
en Venecia son de otra galaxia.
He visto seis películas en Donostia en menos de 48 horas. No suelo acertar en mis predicciones. En general elegimos bastante bien lo que queremos ver y no somos los más torpes a la hora de conseguir entradas… mi favorita, para la sección de nuevos realizadores, es Bahadur the Brave, una película de la directora india Diwa Shah con la que al final del coloquio seguimos comentando y que se fotografió con nosotros. Una condescendencia que no suelen tener los consagrados. La vida de los inmigrantes nepalíes, en tiempos de las restricciones impuestas por la pandemia, ayudan a entender cuántos mundos coexisten en este mundo. Ayudan a resituar las problemáticas que pueden afrontar películas occidentales notables como la escandinava Kalak o la norteamericana Ex_Husbands. Y una joya controvertida: en el cincuenta aniversario del golpe de Pinochet: Valeria Sarmiento, la viuda de Raúl Ruiz, ha completado un documental que se inició en aquel Chile de esperanzas que iba ya asistiendo a la incubación del huevo de la serpiente…, El realismo socialista, ese es el título, debería ser de visión obligada en estos tiempos de tanto ruido.
El hecho de que esta entrada venga un poco cargada libra, en parte, lo
que se merece el patrón mayor del gremio hostelero. Haciendo bromitas sobre las
condiciones de trabajo en su sector. Para poner un bar no hace falta mucho
título académico, pero que la esclavitud hace un par de siglos que empezó a
estar mal vista en el mundo civilizado, parecía un conocimiento básico… y en
esas llegó el camarada Yzuel y justificó que media jornada son doce
horas… Después ha pedido disculpas por la broma. No soy ajeno al gremio en el contexto
familiar. Sé de qué hablo y eso es muy impresentable pero hasta ahí hemos
llegado.
No puedo acabar sin meter a ese cuadro de honor de la desvergüenza
semanal al dúo muy poco cómico F y F,
Felipe y Fonzo, vergüenza ajena como subtítulo. La misoginia de Guerra
ya es antigua, seguramente innata, ya hizo una referencia sexista para atacar a
su compañera, Trinidad Jiménez, entonces ministra de Rodríguez
Zapatero. Menos mal que personalidades tan cercanas a ellos como Carmen
Romero y Luis Yáñez, y seguramente miles de militantes y
simpatizantes no les ríen las gracietas. Es duro ir demostrando por ahí que es
muy común perder la cabeza a cierta edad ¡Qué os compre el libro…!
He durado menos de un cuarto de hora escuchando la intervención inicial
del candidato Núñez F. Aunque tengo buen fondo, a veces me enfado. Se me
suele pasar pronto. En este momento Núñez F, no sé si pariente del otro Núñez, del
de los barcos sin honra o la honra sin barcos, me da un poco de penita. Hoy ha
iniciado su intervención con una partitura de otro concierto. Guión de
zarzuela, por lo de género chico: Palurdo que llega de la aldea, se crece, o le crecen y al final le dejan en
la cuneta. Todo eso antes de que le
soltaran a Óscar Puente. Ahora es el boxeador más zumbado de la
historia.
Tampoco quiero terminar esta entrada de aniversario sin un recuerdo muy
triste de la semana. Todos los sanmateos desde entonces recuerdo el día de San
Mateo de 1983, el final del verano de la gota fría y las inundaciones. Ese día
amanecí en Pamplona y mi sobrina Irene ya no amaneció. Han pasado
cuarenta años y sigue siendo un recuerdo vivo. Especialmente en los días
cercanos. Como ocurrió hace dos años, en la víspera del santo de la vendimia,
con otro sobrino, Nacho, con la misma enfermedad. Septiembre…mi abuelo,
mi padre, esos sobrinos a los que la biología no debería haber tenido en la
línea de meta… Tampoco octubre me deja sin recuerdos de ese capítulo. Pero ya
llegará.