lunes, 23 de abril de 2018

Libros y rosas


Guardo muchos recuerdos de abril, seguramente tantos como de cualquiera de los otros meses, pero hoy es Sant Jordi, para mí la jornada es así, en catalán, y venerando la costumbre que aprendí allí. Si me empeñara podría incluso guardar un orden cronológico de esa memoria, pero no lo voy a hacer. En estos días se cumplen seis años de mi salida para Banjul y muchos más del asesinato de Julián Grimau en las vísperas de aquellos XXV años de una supuesta paz que también habría empezado en abril. Era abril de hace 101 años cuando las tesis de Lenin y era el abril de hace 40 años cuando el PCE decidió desembarazarse de él. Era abril cuando en Portugal despidieron a su dictadura y era abril cuando Italia rompió con el fascismo. Y sigue siendo Sant Jordi, aunque el 155 altere la festividad.

Era abril cuando asesinaron a Martin Luther King, o cuando Massiel nos despertó con el triunfo que no pudo ser para Serrat por empeñarse en cantar en catalán en aquellas vísperas del mayo de hace cincuenta años. Aquel mayo del 68 en el que ya habían masacrado Mi Lay. En abril, y ya han pasado cien años, fue derribado el Barón Rojo que volaba en un avión muy parecido al que ostenta la web del grupo musical del mismo nombre. Y es abril cuando, a su manera, ETA pide perdón. La época de la post verdad, lo que antes llamábamos embustes a secas, pelea con dureza por el relato. Importa mucho más la narración que lo que ocurra en realidad y ETA, como los demás actores, no abandona la ilusión de que el relato le quede adecuado, guapo.

De todas formas, para perdonar algo me parece imprescindible que alguien pida perdón. No le veo interés en perdonar a quien ni siquiera lo reclama. De quien lo haga podemos dudar, es legítimo. Pero con quien no lo pida, no hay duda. La Iglesia y el perdón tienen bastante relación y la Iglesia vasca también pide perdón, lo que no deja de hacer real la parte del relato hasta ahora semioculta. Sin la colaboración de sectores de esa iglesia, la organización terrorista no hubiera llegado tan lejos, no hubiera podido matar tanto.

Y es abril, todavía nos queda una semana, cuando Nicaragua, un pueblo que ha pasado por todo tipo de calamidades físicas y humanas, tiene que volcarse en la calle para que el héroe de ayer o de anteayer, convertido en tirano de hoy, no les arruine la esperanza de un futuro mejor. Decenas de muertos, como hace pocas semanas en Honduras, los déspotas maltratando la dulce cintura de América, tanto o más que cuando el Nobel chileno escribió el Canto General. Los déspotas que un día fueron esperanza de futuro son los peores. Se cargan también la esperanza.

Personalmente ya llevo tres abriles de una vida nueva, es bastante habitual que la Pascua sea en abril. Vuelvo a tener a quién comprar una rosa y de quién esperar un libro, pero algunos dirigentes de lo que se denominó partidos nuevos hace no más de cinco años, deberían tomar mejor nota. Son nuevos en el registro de asociaciones pero tan viejos como los viejos en las viejas prácticas. Y también arruinan la esperanza. Por solo citar un ejemplo, Monedero. No tengo idea, ni pienso buscarlo, cuántos años tenía en abril de 1978. Pero seguramente estaba alineado con quien perdió nominalmente aquel Congreso del PCE y después conspiró lo que pudo o más, para la ruina total del Partido.


lunes, 16 de abril de 2018

Visitas


El palacio de El Pardo, para los de mi generación, tiene un significado muy concreto. Hay momentos en que ese significado, antiguo, gris y maloliente, revive. Ha sido el caso de la última semana.  Una de las visitas más indecorosas que haya podido soportar el palacio. Y tiene muchas y variadas. Supongo que yo soy muy mal pensado pero las relaciones de nuestros reyes, padre e hijo, con la familia real de Arabia, no serían soportables en casi ningún otro lugar del mundo civilizado.

Me suena que hay manuales  que censuran la utilización de los condicionales, pero, podría ser que la fortuna del rey padre, que no parece pequeña, se relacione con sus trabajos como comisionista. Alguna de sus amantes también se ha dedicado a lo mismo. He visto de cerca el trabajo de representantes de comercio que se ganaban la vida a comisión, pero no es lo mismo.

No pretendo hacerme radical a mi edad. La industria militar, desde el neolítico, ha sido vanguardia tecnológica que ha supuesto con posterioridad avances en calidad de vida. Desde algunas aleaciones metálicas hasta el uso terapéutico de la energía nuclear se pueden buscar ejemplos. Algunos explosivos son necesarios en la minería o en las obras públicas…. El problema surge cuando se vende armamento a algún indeseable, sin ninguna seguridad sobre su uso posterior. Puede servir para masacrar población civil en algún lugar de esos que no es fácil situar en el mapa, pero también para atentar contra nosotros en nuestras propias ciudades. Y nos llenamos de fotos con algunos traficantes. El jefe del gobierno babeando. Literal. Pagan bien y no se discute que-el-que-paga-manda.

Por alguna razón que se me escapa, el mismo barco que recibe protestas en Bilbao o Santander por su tráfico mortal, hace escalas en puertos polacos, alemanes, belgas o franceses sin que se altere en ellos la vida ciudadana. Claro que tampoco somos muchos los que protestamos. Pero los de Bilbao han conseguido después de meses que ese tráfico ya no se haga en su puerto y aquí, en muy pocas semanas, dos barcos saudíes han sido contestados lo suficiente como para recoger más de 19.000 firmas y que el Parlamento regional se pronuncie contra ese tráfico sin ningún voto en contra. Otra cuestión es ver si eso sirve para algo.

Después tenemos al muy miserable señor Hernando, portavoz del grupo parlamentario popular en el Congreso. El ataque lanzado contra las ONGs humanitarias que alzan su voz contra el tráfico de muerte, solo destila ese olor muy parecido al citado en el primer párrafo. Además, y eso a un señor al que un programa de radio presenta con un relincho, no le importará mucho, la ONG que ha encabezado esa censura al tráfico de armamento con destino a un país como Arabia, es Amnistía Internacional. Y esa organización no recibe un euro de subvenciones públicas, señor Hernando. Esa es la base de su credibilidad e independencia. Son las cuotas de sus más de tres millones de socios en todo el mundo, casi 90.000 en España, las que mantienen la organización.

El jueves pasado algunos ciudadanos sostuvimos una pancarta durante unos minutos  en el monumento que recuerda a las víctimas de la explosión del vapor Cabo Machichaco, catástrofe que provocó cientos de víctimas y que figura en cabeza de nuestras tragedias contemporáneas. Un agente de policía nos filmó desde diversos ángulos. No creo que estuviéramos cometiendo ninguna falta. No sé cuántas veces me habrá filmado un agente de policía pero la primera está a punto de cumplir 48 años. Era el 1 de mayo de 1970 y dos agentes de paisano filmaron a todos los que salíamos de la Iglesia de San José Obrero cuando estaba situada en lo que hoy es la boca sur del túnel de Puertochico. No he olvidado quién vivía en El Pardo en 1970. La pancarta decía: La guerra empieza aquí.


lunes, 9 de abril de 2018

El mapa y la procesión


De qué se ríen y qué aplauden. Por ahí va la cuestión. Se aplauden, a ellos mismos. Se ríen de nosotros. De todos los demás. El modo de obtención de un master por parte de la presidenta madrileña veo que me ha hecho más daño que aquella no multa con la que castigaron a Esperanza Aguirre cuando arremetió contra un policía municipal: Viven en la impunidad. Roban, despilfarran lo de todos, venden armas a países en guerra… y casi nunca pagan por sus actos.

Pero noto que el máster de Cifuentes me ha hecho un daño especial. Me acuerdo casi todos los días de mi vida de lo que me costó mi título universitario. Los madrugones, las jornadas dobles, los fines de semana de estudio… También tengo un máster pero, sinceramente, no fue lo mismo. Los estados mayores de los partidos mayoritarios se han construido una especie de régimen neoseñorial, poco relacionado con la intelligentsia, y que desborda a los apparatchik. Puede haber fichajes del exterior. La desconfianza que han generado sobre cualquiera que se interese en la cosa pública es ya un daño irreparable. Los nuevos pecheros solo vemos ganas de medrar a nuestra costa, lo que nos deja expuestos a lo peor.

Se ha elevado alguna voz de hartazgo en el propio PP, pero las risas y los aplausos suenan infinitamente más. La dirigente regional de ese partido, hay que ver cuánto dura en el cargo, en su aquelarre sevillano, ha mostrado deseos de sacar en procesión al ministro de Fomento. El mismo que ha dejado una herencia municipal que puede ser la sepultura de ochenta años de gobierno municipal. Ochenta. No le va a dar tiempo a leer esto, al ministro, que está a punto de vender su moto en un hotel de la ciudad que gobernó diez de esos 80 años. Pero ya se sabe que hoy tendrá una bienvenida adecuada. Un síntoma muy claro del cambio, lento, que va fraguando.



Le adjunto un mapa, por si lo lee más tarde, al que después de año y medio en el ministerio debería dar alguna respuesta. El mapa es de 2014, con M. Rajoy presidiendo el gobierno y Nacho Diego la región. Actualizado en 2017, con de la Serna ya en el ministerio. Silencio total y no estamos en el mapa. Silencio de todos, no solo del PP. Rajoy se fotografía en Sevilla con la alcaldesa Igual y celebran un premio que ya he olvidado. Nuestra alcaldesa ha ido hasta Buenos Aires a ilustrar a los australes sobre participación ciudadana, con su ciudad y sus ciudadanos más alzados que nunca contra sus gobernantes precisamente por la falta de participación. Así es si así os parece de nuevo reflotado.

Exageran más que los peores actores. Tengo archivado de cuando era muy niño una expresión tan gráfica  como insolente. De cuando en la tienda-taberna de mi calle se organizaban orfeones diarios y alguno, con un vino de más, hacía referencias que a veces acababan muy mal. Los mandos, de entonces, se decía, entre vino de pellejo y vino de pellejo, no se conformaban con sacarte los ojos. Además te meaban en los agujeros. Los herederos parece que siguen la receta.

La pelota pasa a estar en el tejado de la izquierda. Tengo alguna curiosidad y muy poca confianza en lo que sea capaz de construir. Me ofrezco a explicar gratis el Pacto de San Sebastián de 1930 para poder traducirlo. No estará de más tener a mano los resultados electorales de los últimos 40 años. En el Ayuntamiento de Santander, a la izquierda del PSOE, nunca se han obtenido más de tres concejales del total de 27. Muchas veces ese resultado ha sido cero y en el Parlamento Regional, asimismo, tres ha sido el mejor resultado y menos veces aún que en el Ayuntamiento capitalino. El centroderecha está inventando una broma que puede conducirlo a acudir a la cita de mayo del año próximo en cuatro candidaturas. No sé si Hormaechea ha leído la entrada anterior de este blog.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  


lunes, 2 de abril de 2018

De Sultán a Furaco


Cuando algún historiador del futuro se ocupe desde un punto de vista institucional de nuestra región desde el final de la dictadura franquista, dos personas van a ocupar necesariamente capítulos destacados. Hormaechea, último alcalde franquista de la capital y primero de la democracia, gracias a una famosa pirueta de los concejales regionalistas, y posteriormente presidente regional durante dos mandatos, con crisis semestral intermedia y ruptura con el PP incluidas y Revilla, histórico líder del regionalismo posterior a la muerte del dictador, y mucho más interesado en la geografía física que en la humana. En el mundo del espectáculo que en el del gobierno, en la literatura (si se puede encajar lo que escribe o le escriben, en esa parte del arte)

Los dos tienen actuaciones positivas, no voy a negar yo pan y sal a nadie, pero creo sinceramente que los dos han sido un pesado lastre para una región tan pequeña. Revilla, con ocho años de vicepresidente regional, aliado del PP y doce años, once ahora mismo, de presidente, aliado con los socialistas, tiene más responsabilidad que nadie en todo lo que ha pasado aquí, en lo bueno y malo, desde hace 23 años. Desde que la justicia inhabilitó a Hormaechea. Y el juicio global para nuestros prohombres no podrá ser benévolo.

En un invierno extraordinariamente húmedo, que se ha prolongado en los primeros días de la primavera, recoge uno de sus clásicos y arremete contra las previsiones de los meteorólogos, dando pie a que alguno de sus hooligans entienda que esa profesión tiene intereses oscuros en relación con Cantabria y su sector turístico. Que el calendario laboral regional, responsabilidad suya, haya dejado la famosa “semana” en un fin de semana largo, de solo tres días, caso único en toda España, no ha debido tener relación con los escasos ingresos de nuestros hosteleros.

Es primavera, ha habido ratos de sol, también de lluvia. Más de una procesión ha debido suspenderse por el mal tiempo… Showman, escritor y hombre del tiempo, a su edad, no le deja tiempo para gobernar. De hecho, su tiempo se acaba. Si se confirma electoralmente el pronóstico demoscópico, el ascenso de Ciudadanos puede barrer las aspiraciones regionalistas. Que el remedio sea peor que la enfermedad no es consuelo en este momento.

No es inteligente, justo con dos millones de catalanes en la apuesta, jugar la carta del victimismo. Amagar y no dar. Su partido se coloca ahora contra las escolleras de la Magdalena. Debe de hacer un año aproximadamente que el gobierno regional retiró un recurso que tenía parada la obra. El hombre tiene una gloriosa foto con la camiseta verde de la PAH. Como Ada Colau, lo cual no le impide votar en contra de lo que representa la camiseta y al día siguiente tratar de enmendar. La yenka en estado puro. Izquierda, derecha, adelante y atrás.

Los casos de menores extranjeros no acompañados tratados indebidamente en la comunidad autónoma que preside no le han hecho mover una ceja. Las reinas madres se suelen comportar así.  A dicharachero no le gana ni el rey emérito. Habrá que ver cómo lidian esos historiadores del futuro con la polla del rey de Noruega, narración casi en directo de nuestro pequeño gran hombre que facilitó su salto a la fama.

Cospedal y tres ministros más han cantado lo del viva la muerte en Málaga, la Málaga que alguna vez llevó el apelativo de la “roja” y cuyo “carnicerito” particular tiene todavía calle en esta ciudad, lo cual no sonroja a la alcaldesa que bastante tiene con todo lo demás. Entender  lo que nos pasa no es fácil. Tratar de actuar como si fuera sencillo es muy torpe. Lo demostrará la izquierda una vez más, que empieza a marear con la posibilidad de una  Marea unitaria cuando lo que prima al final es el sectarismo. En mi opinión, ni el toro de Hormaechea, Sultán, ni el oso de Revilla, Furaco, actuaron con tanto celo para que ganasen sus contrarios. Queda un año para desarrollar la idea. Enorme deseo de equivocarme.